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ESTRATEGIAS DE OPERACIONES ORIENTADAS A VENTAJAS COMPETITIVAS


Enviado por   •  20 de Julio de 2011  •  7.058 Palabras (29 Páginas)  •  4.957 Visitas

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INTRODUCCION

Las estrategias de operaciones son directrices que ayudan a elegir cursos de acción adecuados para alcanzar las metas que la organización se ha fijado. Esas estrategias deben ser conducentes a los objetivos generales de la organización y tienen la mayor importancia, porque acarrean consecuencias para toda la organización y son el origen de las políticas de empresa y de todo el resto de la planificación.

Toda empresa diseña planes estratégicos para el logro de sus objetivos y metas planteadas, esto planes pueden ser a corto, mediano y largo plazo, según la amplitud y magnitud de la empresa. Es decir, su tamaño, ya que esto implica que cantidad de planes y actividades debe ejecutar cada unidad operativa, ya sea de niveles superiores o niveles inferiores.

Ha de destacarse que el presupuesto refleja el resultado obtenido de la aplicación de los planes estratégicos, es de considerarse que es fundamental conocer y ejecutar correctamente los objetivos para poder lograr las metas trazadas por las empresas.

También es importante señalar que la empresa debe precisar con exactitud y cuidado la misión que se va regir la empresa, la misión es fundamental, ya que esta representa las funciones operativas que va a ejecutar en el mercado y va a suministrar a los consumidores.

ESTRATEGIA DE OPERACIONES PARA OBTENER UNA VENTAJA COMPETITIVA.

El término estrategia tiene su origen en el arte de la guerra y, en una primera aproximación, podemos decir que es aquello que se debe realizar para obtener la victoria final.

Previamente a la estrategia hay un concepto que tenemos que tener muy claro: la misión. La misión consiste en conocer a dónde queremos ir, cual es nuestro propósito u objetivo. Además tenemos que conseguir que la conozcan nuestros clientes, que sea de dominio público. Una vez ya sabemos dónde queremos ir cabe hacernos la siguiente pregunta ¿cómo lo vamos a hacer?. En este punto, se produce la entrada en escena de la estrategia y que podemos definir como los pasos a realizar para alcanzar nuestra misión, es decir, decidir el plan a seguir. La implementación de la estrategia se debe realizar de arriba abajo, tratando primero los asuntos de calado más general y terminando con los pequeños detalles. Además si hacemos una división en diferentes áreas funcionales las posibilidades de éxito son aún mayores debido a que el responsable de cada función puede realizar un estudio más específico de la misma. Supongamos ahora que nos piden en nuestra empresa que nos encarguemos de vender un producto. En este caso la misión está clara: la venta de dicho producto; por tanto, todo nuestro trabajo se debe centrar en qué estrategia seguir y para ello tenemos múltiples opciones. Nosotros vamos a hablar de tres grandes tipos: de coste, de diferenciación o de respuesta.

・ Una estrategia orientada al costo del producto consiste en hacer nuestro producto más atractivo que los del resto de competidores reduciendo el coste del mismo. Si conseguimos hacer un producto de calidad y barato, entonces podremos venderlo fácilmente. No obstante, antes de embarcarnos en un plan de este tipo es necesario que conozcamos bien nuestra situación: si tenemos suficientes stocks, capacidad para alcanzar el objetivo,... ya que de lo contrario puede salirnos el tiro por la culata.

・ Una estrategia orientada a la diferenciación consiste en crear un producto que no necesariamente tiene porque ser más barato que el de nuestros competidores, pero si diferente. Le podemos añadir algún valor que el resto no tengan y que sea perceptible por el consumidor como es el caso de una mayor calidad. De este modo, puede que el cliente prefiera pagar un poco más por un producto mejor.

・Finalmente tenemos una estrategia basada en la respuesta, Este tipo vendría a solaparse con el tipo anterior ya que consiste en darle un valor añadido a nuestro producto a través de una respuesta más eficaz que el resto de competidores. Por ejemplo: podríamos ofrecer un servicio más rápido que los demás; más flexible de forma que permitiera al cliente hacer cambios de última hora, etc... Una vez hemos elegido el tipo de estrategia que vamos a seguir es necesario que tomemos una serie de decisiones importantes que marcarán nuestros planes. Estas decisiones son 10 y las pasamos a enumerar a continuación:

1. Planificación de bienes y servicios.

2. Calidad.

3. Planificación del proceso y de la capacidad.

4. Localización.

5. Organización.

6. Recursos Humanos y diseño del trabajo.

7. Compras.

8. Inventario.

9. Programación.

10. Mantenimiento.

En todas y cada una de las decisiones anteriores hemos de tener en cuenta varios factores como son: el coste que van a tener; los recursos tanto humanos como no humanos que se requieren; la calidad que pretendemos alcanzar con cada una de las decisiones; y algunos otros más específicos de cada una de las mismas. Un pilar básico para nuestra estrategia es lo competitivos que seamos. Ya hemos nombrado antes algunas características que nos pueden ayudar frente a nuestros competidores como es la calidad, la rapidez en el servicio, en abaratamiento de los costes... pero también hay otros importantes como el tema de la investigación.

Una vez ya hemos decido que estrategia vamos a seguir y tomado las 10 decisiones básicas se pasa a la fase de ejecución del plan. No obstante, la tarea del estratega no cesa en cuanto el producto ya se encuentra en el mercado sino que debe mantenerse alerta. Cuando se venda dicho producto seguro que aparecerán en escena muchos factores que no habíamos tenido el cuenta durante el diseño de nuestra estrategia. Estos factores podrán ser de origen externo (nuevas oportunidades o nuevos peligros que surjan en el mercado) o interno (problemas de última hora en la empresa) y pueden provocar cambios en los planes previamente diseñados. En definitiva, debido a la gran cantidad de variables que intervienen es necesario que incorporemos unos elementos de control que nos permitan rehacer, sobre la marcha, nuestra estrategia e incluso volver a plantearse el objetivo final ya que pueden darse situaciones en las que se convierta prácticamente en inalcanzable. Además, en la reevaluación constante que hemos de ir realizando hemos de tener en cuenta los Factores Críticos de Éxito (CSF) y que consisten en una serie de tareas que no podemos delegar en otras empresas ya que si lo hacemos puede que nosotros fracasemos estrepitosamente. También hemos de incluir, en este proceso de revisión de los pasos a tomar, una revisión de las 10 decisiones básicas que tomamos anteriormente porque puede que alguna tenga que ser modificada.

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