APLICACIÓN DEL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO DEL COLEGIO JOHN DEWEY.

La interacción se basa en el análisis de la vida cotidiana y atribuye una gran importancia a los significados sociales que las personas asignan al mundo que los rodea (Olivera, 2006), lo anterior hace referencia a la importancia que tienen las relaciones sociales para el desarrollo del conocimiento y en el crecimiento individual del ser. Es por esta razón, que se hace necesario educar a los niños y jóvenes de una forma adecuada con el fin de que puedan tener una interacción sana en la sociedad y pueda definirse también como individuo.

Algunos psicólogos han considerado que este proceso de socialización como una imposición de un conjunto de normas y valores uniformes que se centran en el individuo como tal, convirtiéndolo en un individuo social y predecible, mientras que otros enfatizan más en la necesidad de procesos sociales; realizando una distinción entre el individuo y la sociedad (Tomasini, 2010)

Por su parte, para George Mead, la formación del individuo debe comenzar primero por medio de la formación social, ya que el individuo consciente y pensante es lógicamente imposible sin un grupo social que le preceda (Mead, 1982), es decir, que la construcción del sí mismo, se da por la interacción comunicativa con los otros y a través de las relaciones comunitarias que se instauran entre las personas, por medio de un proceso simbólico, en la medida en que los símbolos y signos estructuran posiciones comportamentales, es decir que los niños o las niñas pueden encontrar el sentido a sus comportamientos en la manera que ellos perciben el comportamiento de los demás y reaccionan a sus actos (Tomasini, 2010).

Este proceso simbólico, comienza entonces desde el hogar, lugar donde se debe comenzar a inculcar los valores y las bases del comportamiento; de forma que la familia y en especial los padres se convierten en la mano derecha de los docentes; a su vez, en los centros educativos se lleva a cabo el fortalecimiento de los valores, de forma que les permita alcanzar la autonomía, mediante la interacción entre el individuo y la sociedad por medio de palabras, gestos y expresiones como símbolos de los pensamientos y las sensaciones que las personas asignan al mundo que les rodea (Olivera, 2006); ya que hasta los gestos físicos pueden ser símbolos significantes, los cuales, para Mead, constituyen el papel central de la interacción simbólica.

Mead describe la interacción simbólica como una exposición de gestos y una respuesta al significado de los mismos y cuando el significado es el mismo para ambas personas, se comprenden mutuamente; este proceso consiste en formular indicaciones a los demás sobre lo que hay que hacer, y en interpretar las que ellos formulan a su vez, ésta a interacción social se ejerce primordialmente en el ámbito simbólico (Pérez, Ramírez, Restrepo, Rodriguez, & Quijano, 2007)

Entonces, se puede entender así, que la interacción simbólica, se concentra en los actos humanos y en el proceso a través del cual los individuos se comunican entre ellos, y expresan intensiones y elementos compartidos, incurriendo entonces en la construcción y el desarrollo de la persona como tal, el cual está anclado a este proceso simbólico, en la medida en que los símbolos y signos estructuran disposiciones comportamentales, tales como la atención, la percepción, la imaginación, el razonamiento, entre otras; aspectos que se encuentran implicados en la actividad humana y que diferencian la conducta humana de la conducta animal, porque juntas conforman la conciencia, la mente, el self (Olivera, 2006).

El Self es la capacidad de verse a sí mismo como un objeto social, y de ponerse en el lugar de otros y actuar como otros lo harían, lo cual implica también controlar las acciones, lo que se dice y lo que se va a decir y contemplarse desde el punto de vista del grupo social (Ritzer, 2002).

El self se comienza a formar a partir de las etapas del juego y del deporte que se desarrolla en la infancia e incluye dos fases, que son el “yo” se refiere a un principio de acción, como reacción a las actitudes de los otros que permite la novedad en la situación; mientras que el “mi” es una instancia que designa el sistema de control de los comportamientos construido por el niño o la niña, al adoptar frente a sí mismo las expectativas del otro generalizado. El individuo puede regular su participación en el acto social porque dispone para sí de los papeles de los otros involucrados en la actividad común (Ritzer, 2002).

Entonces, la condición del self es la capacidad de los individuos de salir “fuera de sí” para poder evaluarse a sí mismos, y poder de esta forma convertirse en objetos para sí; haciendo entonces de la interacción social una forma de aprender cuál es el lugar que le corresponde al individuo en el mundo social.

De aquí, entonces, se pueden desprender los principios básicos del interaccionismo simbólico que Mead propone, que son:

• A diferencia de los animales inferiores, los seres humanos están dotados de capacidad de pensamiento.

• La capacidad de pensamiento está modelada por la interacción social.

• En la interacción social las personas aprenden los significados y los símbolos que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humana.

• Los significados y los símbolos permiten a las personas actuar e interactuar de una manera distintivamente humana.

• Las personas son capaces de modificar o alterar los significados y los símbolos que usan en

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