Ensayo Sobre John Dewey

1. INTRODUCCIÓN

En el presente ensayo se hace referencia al pensamiento educativo de John Dewey, pensador que ha ejercido una gran influencia en la educación y que hizo numerosas y valiosas aportaciones al campo de la pedagogía.

La propuesta educativa de Dewey plantea una forma distinta de entender la educación y de conocer al individuo. En oposición a la enseñanza tradicionalista, propone una educación basada en las propias experiencias del niño; con ello revalora la importancia de la atención a las necesidades, inquietudes e intereses del infante, así como la relación con su mundo exterior, como elementos fundamentales para brindar una verdadera educación y favorecer un auténtico desarrollo del alumno.

La teoría pedagógica de John Dewey representa un importante legado para la educación. La teoría pedagógica de Dewey permite explicar el valor que tienen las experiencias o vivencias en la formación del niño y fundamenta nuevas formas de actuación o de intervención pedagógica que han revolucionado la práctica docente hasta la actualidad.

Una constante en la obra de John Dewey es su oposición a las bases y efectos de una educación a la cual él llamaba tradicional. Para Dewey, el modelo tradicional no hacía más que promover una enseñanza puramente verbal, mediante la cual se obligaba al niño a memorizar y repetir. Reducido a una condición de pasividad, el niño sólo estaba destinado a escuchar y absorber. En la práctica, ese modelo promovía una educación autoritaria, porque imponía a los niños opiniones determinadas acerca del mundo y unas soluciones previamente desarrolladas.

2. POSICIÓN ACERCA DEL TEMA

La idea de elegir y abordar a este autor para el ensayo surge tras la pregunta que nos formulamos: ¿Aprendemos todos a partir de la práctica? Hemos buscado muchas referencias del autor, leído textos acerca de su obra y, comparando con la educación en la actualidad, podemos encontrar ciertas similitudes, ya que ésta, está basada en teorías constructivistas, que pretenden que el niño sea quien construya su propio conocimiento. Y John Dewey nos plantea que la educación debe partir de los intereses del niño.

El día a día de las escuelas, nos presenta una realidad totalmente diferente. Una realidad donde el maestro/a tiene un plan, que debe seguir para conseguir unos objetivos, y dentro de estos contenidos, el niño, mediante la realización de ejercicios prácticos y teóricos, va desarrollando su conocimiento (el cual está muy alejado de lo que en la teoría se pretende). El punto de vista que presenta J. Dewey, es muy acertado ya que lo que se logra es que el niño/a no esté en la escuela por obligación, sino que lo que le mueve para estar en la misma, sea su interés y su voluntad por aprender sobre situaciones que se va a encontrar en su día a día.

Por lo tanto se debe encontrar un equilibrio, es decir, se debe dar con la fórmula exacta para que la educación sea lo más práctica posible. Que el niño/a vea que todo lo que aprende tiene una función, una finalidad, una utilidad que le servirá para cuando sea adulto, que le sirva en su día a día; y que a su vez, cumpla con los organismos que le proponen los objetivos a lograr en cada etapa.

John Dewey nos menciona en su texto, “Mi credo pedagógico” que la educación de un niño/ atraviesa dos fases:

- Psicológica: es la fase en la que el niño/a comienza a manifestar sus capacidades y habilidades.

- Social: fase en la que el niño/ adquiere el conocimiento y consigue enfrentarse a la vida que se le presenta.

“El proceso educativo tiene dos aspectos: uno psicológico y otro social, de estos dos aspectos, el psicológico es el básico, es cuando el niño realiza por su propia iniciativa, independientemente del educador. El social, es la adaptación a la sociedad, (Dewey, John. 1967. “Mi credo pedagógico”)

Otro elemento que cabe destacar en la obra de John Dewey, es el lenguaje. Dewey toma el lenguaje como punto de partida y adquisición de los conocimientos. El lenguaje representa la comunicación, las interacciones entre seres humanos en la sociedad. Lo considera una parte básica de la sociedad en la que vivimos.

Desde la antigüedad, el ser humano ha buscado el medio de comunicarse, bien sea por gestos, bien por sonidos o bien sea por el lenguaje. Es el elemento básico en el intercambio de conocimientos, a través del cual vamos a obtener una determinada información.

En la escuela de Dewey, o escuela progresista, se nos presenta como una institución donde el niño acude a trabajar, donde se estimulan sus intereses y es controlado por las diversas formas de vida de la comunidad, lo cual hace crecer al niño/as en valores. Y es el maestro el factor que va a tener como objetivo conocer, profundizar, y seleccionar las inquietudes e influencias del niño, las cuales van a ser una base de trabajo en la enseñanza propuesta por John Dewey.

El papel del niño/a en esta escuela, es un papel clave, ya que es él quien va a romper los esquemas que se le presentan, ya que éstos no le van a ayudar a comprender y conocer su entorno, el espacio que le rodea. Por lo tanto, no van a servirle como referencia a la hora de aprender a solucionar sus problemas en el día a día.

Todo esto nos hace reflexionar sobre una escuela, la escuela actual, y sobre la propuesta del autor que trabajamos, escuela progresista de John Dewey. Hace plantearse que en la actualidad no se llega a cumplir ese equilibrio, ese en el que se consiga una practicidad entre lo estudiado y lo que el niño/a se encuentra en el día a día. Y esto ocurre ya que, gran parte de la escuela es tradicionalista, y se limita a una mera transmisión de conocimientos; una transmisión sin una reflexión previa, y esperando a que el niño/a supere una serie de objetivos propuestos, los cuales dictaminarán si ha logrado o no ha logrado los conocimientos básicos para cada etapa.

3. CRÍTICAS AL TEMA

Para algunos, la escuela propuesta por John Dewey, es una escuela que forma parte de una sociedad no real. Esto quiere decir que el niño no sale preparado para que el día de mañana pueda ser un maestro, un ingeniero, un arquitecto en condiciones, etc., ya que lo único que preocupa son los intereses del niño.

Todo esto lo que provocaba es que los niños cuando saliesen a la realidad, al día a día, se llevasen un duro golpe, ya que se les formaba en una idea de bienestar social, la cual no es real. Porque la vida no sólo consiste en la construcción de maquetas de granjas, en la elaboración de productos

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