Cambio Organizacional, ensayo

Cambio Organizacional y Comunicación

El cambio, sin duda, es un concepto complejo en función del protagonismo que ha tenido en todo ámbito de desarrollo de nuestra vida. Resulta difícil, si no imposible, encontrar algún aspecto de nuestras vidas que no haya sido afectado por sucesivos cambios que hayan conformado la situación actual de las cosas.

Desde la psicología, el cambio ha implicado siempre un desafío para las personas, pues es a partir de este que los individuos logran escapar de su status quo hacia un nuevo equilibrio en todo sentido; sin embargo, cada cambio implica una crisis donde debemos enfrentarnos a nosotros mismos, tomar conciencia de nuestras dificultades y discernir qué es lo que necesitamos cambiar para avanzar.

Así, el cambio puede ser una tarea muy complicada sin el autoconocimiento suficiente. Tomar conciencia de nuestro propio campo de experiencia propio es una de las claves para obtener el cambio que deseamos realizar (Marshak, 2007).

Sin embargo, el cambio se encuentra presente en ámbitos mucho más amplios que el intrapersonal. Basta con mirar la televisión un momento para dar cuenta de la consigna popular que ronda el imaginario colectivo; vivimos en una época de cambio, es cierto, pero el cambio existe como protagonista silencioso desde el inicio de las relaciones interpersonales y las primeras formas de organización entre los individuos, las cuales no pudiesen haber surgido sin la existencia de un factor primordial a la base: La comunicación.

Teniendo en claro que la comunicación juega un papel imprescindible en la organización de los individuos es necesario preguntarse ¿Qué papel juega la comunicación en el cambio organizacional?

Aludiendo a la definición básica del concepto de organización, damos cuenta que ésta se trata de un grupo de individuos que se relacionan en pos de alcanzar un objetivo común, el cual debe ser consensuado y establecido a través de un proceso basado en la interacción de todos los miembros del grupo. Así, la organización logrará adquirir dicho carácter únicamente a través de la comunicación, de manera tanto horizontal como vertical, fomentando la participación de todos.

De esta manera, es posible afirmar que la comunicación en las organizaciones es de vital importancia, debido a que a través de ella, las personas son capaces de generar acuerdos y abrir posibilidades de integración, transformación y alcance de objetivos; todo esto a través de un trabajo organizado y sistemático (Echeverría, 1994).

Una vez establecido el objetivo común, que guiará el futuro de la organización, comenzará la etapa más compleja: El proceso de cambio organizacional, el cual será necesario para lograr que los individuos avancen desde su posición actual hacia ese nuevo ordenamiento, equilibrio o estadio del grupo.

Para este proceso es necesaria la comunicación en todo momento, a fin de generar un plan de acción capaz de movilizar a cada miembro de la organización en pos de dicho objetivo, permitiendo la coordinación de dichas acciones y el diálogo constante.

Así, cuando el proceso de diálogo generado en torno al cambio organizacional se encuentra vinculado con un modelo de cambio consensuado, que exprese claramente lo que se está haciendo en la organización, por qué se está llevando a cabo y qué significarán los resultados del cambio para la comunidad laboral; se obtendrá un proceso de cambio con menor margen de error, capaz de llevar a la organización a un nuevo y mejor equilibrio y, por tanto, al alcance de sus objetivos (Stewart y Kringas, 2003).

De igual forma, la comunicación juega un papel imprescindible en la autorregulación del proceso de cambio, conformando una parte integral en la manera en que la organización se enfrenta a las adversidades que van surgiendo en su proceso. Los problemas y retos que enfrenta la organización han de ser de conocimiento común de sus miembros, permitiendo esto generar mejores acciones para confrontarlos y, al mismo tiempo, reducir la incertidumbre en el grupo (Elving, 2005).

Pero la comunicación no solo nos permite saber qué hacer en pos del cambio, también implica la base del proceso de comunicación externa de la organización, vale decir, la capacidad de adaptar los objetivos propuestos en función de los cambios del ambiente, ajustando las acciones internas a fin responder con eficacia y eficiencia a los requerimientos del macrosistema.

...