Carta de una Persona Altamente Sensible
Enviado por neavargas • 28 de Octubre de 2018 • Ensayo • 862 Palabras (4 Páginas) • 354 Visitas
Carta abierta de una Persona Altamente sensible (PAS) al mundo
2017-05-31 | Elisa Valenzuela
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Muchas veces he sentido que este mundo no estaba hecho para mí. Incontables noches me he cuestionado si es que me equivoqué de planeta. La sensación de incomprensión asecha con frecuencia algunas esquinas de mi recorrido.
Soy ese compañero de trabajo que alguna vez catalogaste como demasiado voluble. Esa chica que te parecía muy intensa. Ese amigo que “se siente por todo”. Esa niña de la escuela que llora porque la cambian de lugar en el salón de clases, esa vecina “delicada” que se fue de tu casa antes de que terminara la fiesta porque le molestaba la luz o no soportaba el olor a cigarro.
Quiero que sepas que no soy exagerada, ni malcriada, ni manipuladora. Tampoco soy bipolar, ni histérica. Soy PAS (persona altamente sensible).
La vida a través de mis ojos es maravillosa, aunque a veces también puede ser agobiante.
Para mí un atardecer es la obra maestra más bella, el arte y la naturaleza me conmueven hasta el punto de sacarme lágrimas; tus alegrías se sienten también como las mías y en ocasiones puedo sentir en mi cuerpo tu dolor, en mi mente tu angustia, en mi corazón tu tristeza…
Mis pétalos se pueden abrir por completo al recibir tu amor y cerrar de repente al mínimo toque o sensación de rechazo, porque soy susceptible, pero no por capricho, ni por gusto o por falta de “equilibrio mental”. Simplemente siento todo mucho más, percibo el mundo con todos los sentidos al límite y las emociones a flor de piel.
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Mi sistema nervioso está diseñado para percibir la realidad 10 veces más intensa y los aspectos sutiles y en ocasiones imperceptibles para ti, para mí son evidentes. Los evidentes a veces sobrepasan mis límites de tolerancia y es entonces cuando me debato entre si debo “aguantarme” o salir corriendo, porque a veces siento que no puedo encontrar un punto medio.
No soy una víctima, ni quiero serlo. No quiero vivir debajo de una roca o recluida en mi habitación. Quiero ver el mundo con mis ojos y compartirte mi experiencia, prestarte mis lentes y hablar de cómo cada quien ve su realidad.
Vivimos en el mismo mundo, pero yo lo veo como si anduviera con una lupa pegada a mis ojos. Reaccionamos al mismo tacto, pero puedo sentir el roce de una tela como una lija. Te escucho como si tuvieras un megáfono en tu boca, te entiendo como si fuera yo misma, tus latidos también son los míos.
Cuando quiero, lo hago al máximo, como si no hubiera mañana, si quiero estar contigo estoy entregada y por completo a cada instante y si algo me duele, me parece como si tuviera una daga enterrada en el corazón. No elijo ser así, a veces no es fácil andar por la vida con el corazón en la mano.
Si me voy temprano de la fiesta no es por ti, ni porque no te quiera o sea antisocial, simplemente mis sentidos se han saturado de estímulos y necesito un descanso. Disfruto estar sola por eso mismo; los días en que tengo mucho trabajo o muchas experiencias llego a casa agotada y siento que necesito tomarme unos días para recargar baterías, pero a veces no puedo y llego al trabajo exhausta, me cuesta funcionar.
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