Caso Dora, de Freud
Enviado por Diego Parente • 2 de Febrero de 2018 • Resumen • 5.414 Palabras (22 Páginas) • 199 Visitas
XXI
ANÁLISIS FRAGMENTARIO DE UNA HISTERIA
(«CASO DORA»)
Sigmund Freud
- CASO DORA -
INTRODUCCIÓN
“En el caso presente, vinieron en mi ayuda dos circunstancias: la breve duración del tratamiento -tres meses- y el hecho de que las soluciones del caso se agruparon en torno de dos sueños … anotados por mí al término de la sesión correspondiente…”. “La historia clínica misma la escribí una vez terminado el tratamiento…”. “El tratamiento no fue llevado hasta su último fin, pues quedó interrumpido por voluntad de la paciente al llegar a un punto determinado … No puedo ofrecer aquí, por lo tanto, más que el fragmento de un análisis“.
“Con esta historia clínica me importaba especialmente mostrar la
determinación de los síntomas y la estructura interna de la neurosis“.
I. ESTADO PSICOLÓGICO. MOTIVO DE CONSULTA DE DORA.
Freud a través del caso Dora revela como la interpretación de los sueños interviene en la labor analítica. Dice Freud “… llevada a término la labor
Interpretadora [de los sueños] pueden ser reemplazados [los contenidos manifiestos del sueño] por ideas irreprochablemente estructuradas … los sueños nos muestran el camino por el que puede llegar a la consciencia aquel material psíquico que, a causa de la resistencia provocada por su contenido, ha quedado reprimido y confinado fuera de la consciencia, haciéndose con ello patógeno”.
“La incapacidad de los enfermos para desarrollar una exposición ordenada de la historia de su vida … Depende de varias causas: en primer lugar … lo que el enfermo silencia conscientemente … por la “repugnancia a comunicar sus intimidades” … En segundo lugar, una parte de los conocimientos escapan al dominio del paciente (son inconscientes). Por último, no faltan nunca amnesias verdaderas, lagunas anémicas … Ni tampoco falsos recuerdos, formados secundariamente para cegar tales lagunas”.
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Según Freud, “el fin práctico del tratamiento está en suprimir todos los síntomas posibles y sustituirlos por ideas conscientes, el fin teórico estará en curar todos los fallos de la memoria del enfermo”. Si se alcanzo uno se logra también el otro simultáneamente.
Motivo de consulta:
El padre de Dora fue atendido por Freud a nivel médico (por afección vascular difusa). “A esta afortunada intervención médica debo sin duda que el padre acudiera a mí cuatro años después, con su hija, aquejada de claros síntomas neuróticos y resolviera luego, al cabo de otros dos años, confiármela para intentar su curación por medio del tratamiento Psicoterápico“.
“Nuestra paciente, a la que llamaremos Dora en lo sucesivo, mostró ya a la edad de ocho años síntomas nerviosos. Por esta época enfermó de disnea permanente con accesos periódicos a veces muy intensos“. Al llegar a los doce años comenzó a padecer frecuentes jaquecas y ataques de tos nerviosa … a los dieciocho años me fue confiada para su tratamiento, tosía de nuevo en forma característica. No fue posible fijar el número de tales ataques; su duración oscilaba entre tres y cinco semanas, llegando una vez a varios meses“.
De adolescente además sufrió … “una constante depresión de ánimo y una alteración del carácter“. También “evitaba el trato social, alegando fatiga constante”. “Un día sus padres se quedaron aterrados al encontrar encima de su escritorio una carta en la que Dora se despedía de ellos para siempre, alegando que no podía soportar la vida por más tiempo“.
Freud consideró a Dora “la pequeña histérica”: presentaba los síntomas típicos más frecuentes de la histeria.
Freud → Condiciones psíquicas en toda histeria, y la de DORA
“… he visto numerosos casos de histeria … y en ninguno de ellos he echado de menos las (siguientes) condiciones psíquicas: el trauma psíquico, el conflicto de los afectos y … la intervención de la esfera sexual (conflicto en lo sexual)“.
“Tratándose de cosas que han llegado a hacerse patógenas por su tendencia a ocultarse, no se debe esperar que los enfermos las confíen espontáneamente al médico … En el caso de Dora debí a la aguda comprensión del padre, ya varias veces reconocida, la facilidad de no tener que buscar por mí mismo el enlace de la enfermedad, por lo menos en su última estructura, con la historia externa de la paciente. El padre me informó de que tanto él como su familia habían hecho en B… íntima amistad con un matrimonio residente allí desde varios años atrás: los señores de K… La señora de K… lo había cuidado durante su última más grave enfermedad, adquiriendo con ello un derecho a su reconocimiento, y su marido se había mostrado siempre muy amable con Dora”.
“Dora había cuidado cariñosamente de los dos niños pequeños de aquel matrimonio
mostrándose con ellos verdaderamente maternal. Cuando, dos años antes, el padre y la hija vinieron a visitarme a principios de verano, estaban de paso en Viena y se proponían continuar su viaje para reunirse con los señores de K… en un lugar de veraneo situado a orillas de uno de nuestros lagos alpinos. El padre se proponía regresar al cabo de pocos días, dejando a Dora en casa de sus amigos por unas cuantas semanas. Pero cuando se dispuso a retornar a Viena, Dora declaró resueltamente su deseo de acompañarle, y así lo hizo. Días después explicó su singular conducta, contando a su madre, para que ésta a su vez lo pusiese en conocimiento del padre, que el señor K… se había atrevido a hacerle
proposiciones amorosas durante un paseo que dieron a solas. El acusado, al que en la primera ocasión pidieron explicaciones el padre y el tío de la muchacha, negó categóricamente el hecho y a su vez acusó a Dora diciendo que su mujer le había llamado la atención sobre el interés que la muchacha sentía hacia todo lo relacionado con la cuestión sexual, hasta el punto de que durante los días que había pasado en su casa, sus lecturas habían sido obras tales como la «Fisiología del amor», de Mantegazza. Acalorada sin duda por semejantes lecturas, había fantaseado la escena amorosa de la que ahora le acusaban. «No dudo -dijo el padre- que este incidente es el que ha provocado la depresión de ánimo de Dora, su excitabilidad y sus ideas de suicidio. Ahora me exige que rompa toda relación con el matrimonio K… y muy especialmente con la mujer, a la que adoraba. Pero yo no puedo complacerla, pues en primer lugar, creo también que la acusación que Dora ha lanzado sobre K… no es más que una fantasía suya, y en segundo, me enlaza a la señora de K… una honrada amistad y no quiero causarle disgusto alguno“.
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