DEFINICION DEL CONCEPTO DE SALUD MENTAL

DEFINICION DEL CONCEPTO DE SALUD MENTAL

Sánchez Hidalgo define la salud mental como: “el ajuste del individuo a sí mismo y al mundo total con el máximo de efectividad, satisfacción, regocijo y aceptación social, y como la capacidad para afrontar y aceptar las realidades de la vida”. El mayor grado de salud mental puede describirse como aquel que permite al individuo lograr el éxito mayor a tono con sus capacidades, con la máxima satisfacción para él y para el orden social con el mínimo de fricción y tensión.

Puede afirmarse que la actividad y el trabajo constituyen procesos de adaptación del individuo en su entorno, a través de los cuales va mejorando sus capacidades de interacción, logrando un mayor bienestar individual y contribuye al del grupo social. Existen aprendizajes positivos como negativos, ya que hay experiencias negativas o perjudiciales de manera inevitable. Lo importante es que predominen las experiencias positivas por sobre las negativas.

LA SALUD MENTAL Y LAS ORGANIZACIONES

Para Freud, el trabajo tiene una función indiscutible asociada a la obtención de una retribución económica a cambio de la tarea realizada, pero además representa una serie de funciones no menos importantes, como por ejemplo: un sostén social, ubicarse en una posición social, identidad y fortalecimiento de la autoestima. Todo trabajo implica una exigencia mental, relacionada con los niveles que demandan la tarea en sí misma, junto con el entorno y clima laboral, las habilidades y competencias, etc. El ámbito laboral puede ser bueno, como malo. Las consecuencias generadas por el desempleo no están muy alejadas a las originadas por los conflictos dentro del ámbito laboral.

• El trabajo otorga: retribución económica, sostén social, estructura temporal, posición social, identidad, fortalecimiento de la autoestima.
• El desempleo genera: desconcierto, incertidumbre, falta de ingreso económico, perdida de contención social, carencia de ritmo temporal socialmente compartido, pérdida de identidad, sentimiento de exclusión, carencia de objetivos y proyectos.

Existe una estrecha y reciproca relación entre la salud mental y la posibilidad de desempeñar una función laboral.

La salud mental en el trabajo implica: Ajustes del individuo a las condiciones laborales, salud física y emocional, bienestar individual y grupal, importancia y reconocimiento social, eficiencia, buen rendimiento y productividad.

De ninguna manera la salud mental significa ausencia de conflictos o problemas. La diferencia radica sobre todo en la manera en que cada uno encara la vida y enfrenta sus dificultades. Los que poseen esa salud mental tienen una actitud positiva ante la vida y la afrontan desde esa postura, tanto a nivel laboral como personal, logran crear vínculos sanos y positivos con los demás. El hecho de que la persona sea madura y tenga seguridad en el trabajo no quiere decir que esté libre de conflictos o que no experimente frustración, sino que se encuentra mejor preparada para enfrentar este tipo de situaciones en comparación con alguien inseguro, inmaduro o con dificultades en sus vínculos interpersonales.

Considerando la salud mental y las organizaciones, no se puede dejar de mencionar que estas también tienen un grado de responsabilidad en el cuidado y preservación de la salud física y/o psíquica de sus integrantes, en función de:

• Las condiciones físicas del lugar de trabajo que ofrecen
• Los factores de riesgo presente en el entorno de trabajo
• La forma de trabajar
• El tipo de área
• La consideración de las características individuales en cada empleo

Tanto las condiciones de trabajo como los factores de riesgo y la forma de encarar las tareas constituyen características específicas de cada puesto laboral, y son las que producen efectos y consecuencias, tanto negativas como positivas, en la salud física y/o psíquica de los empleados. Cada individuo se adaptara y será afectado de manera distinta.

Hay empresas que exigen demasiado a sus empleados, sin considerar las consecuencias que esto pueda acarrear. Otras favorecen el clima laboral. Surgen los problemas cuando las organizaciones no se preocupan por la salud mental de sus empleados.

CONFLICTOS Y FRUSTRACIONES LABORALES

Toda actividad implica conflictos y frustraciones. Siempre hay insatisfacciones, frustraciones y conflictos irresueltos que funcionan como el motor de vida para realizar acciones e implementar cambios.

Cuando el individuo ve relegadas a un segundo plano sus inquietudes y motivaciones porque a la organización no le interesan, generan desmotivación, frustración y desinterés por buscar nuevas formas de encarar el trabajo. Un rasgo de cada persona es la tolerancia a las frustraciones y la forma en la que cada uno trata de resolver los conflictos. Cuando la frustración entra, la persona se siente no respetada ni valorada por la organización, lo cual afecta su salud.

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VIOLENCIA Y ACOSO LABORAL (MOBBING)

La violencia y acoso laboral (mobbing) son cada vez más frecuentes en los lugares de trabajo. Muchas veces estas situaciones se hallan relacionadas con frustraciones que los individuos son incapaces de manifestar de otra manera que no sea la violencia, utilizada a menudo como medio para descargar los sentimientos de fracaso o desilusión en el ámbito laboral.

El tema de violencia en el trabajo repercute en la salud mental de quienes la padecen, pues genera dolor y tristeza en ellos y estados de confusión en los que no saben que está sucediendo ni porque.  Las consecuentes más comunes son los problemas emocionales como ansiedad, miedo, pérdida de autoestima, depresión y apatía.

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