Dinámica de la teoría de la maduración de Arnold Gesell

Dinámica de la teoría de la maduración de Arnold Gesell:

1.- Estudio de patrones conductuales:

Gesell estudió los comportamientos motores de los bebés. Concluyó que el comportamiento era mejor que fuera estudiado no de forma cuantitativa sino en función de patrones comportamentales.

Un patrón conductual es cualquier acción que sea definida por una forma o tamaño, es decir, todo lo que haga el bebé, desde cerrar y abrir de ojos a lanzar una pelota.

Gesell observó una serie de conductas que todos los bebés manifiestan tarde o temprano, siguiendo el mismo patrón y secuencia.

2.- Entrelazado reciproco:

Este término hace referencia, tanto a nivel motor como de personalidad, a como el bebé se comporta siguiendo dos tendencias contrarias con la intención de encontrar un equilibrio.

Si se observa a los niños pequeños, éstos aún están formando de su personalidad, lo cual hace que su relación con los demás sea contraria en muchos contextos, siendo más extrovertido con unas personas mientras que con otras se vuelve más introvertido.

A lo largo del desarrollo, la personalidad del niño va alcanzando un equilibrio entre ambos extremos y se asientan finalmente sus rasgos de personalidad.

Esto también puede verse a nivel motor, siendo muchos los niños quienes en los primeros meses de vida hacen un uso bastante equilibrado de ambas manos, sin ser del todo ambidiestros. Posteriormente, se alcanza una mayor lateralización en cuanto a sus acciones, volviéndose definitivamente diestros o zurdos.

3.- Autorregulación:

Gesell asegura que los recién nacidos son capaces de regular su propia conducta, e incluso son capaces de determinar sus propios horarios de sueño y comida.

Su investigación sugiere que también puede controlar su personalidad y equilibrio conductual y motor.

4.- Generalización e individualidad:

La teoría de la maduración sostiene que todos los niños se desarrollan siguiendo una misma secuencia en cuanto a su desarrollo conductual y fisiológico, sin embargo, también apunta a que cada uno lo hace a su propio ritmo.

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