Einstein-Freud. Sobre infantes caprichosos, cultura y guerra
Enviado por Didier Olarte • 6 de Mayo de 2018 • Ensayo • 598 Palabras (3 Páginas) • 95 Visitas
Einstein-Freud. Sobre infantes caprichosos, cultura y guerra.
En nuestra referencial discusión epistolar se abordan ideas que, aunque hoy para pocos serían ajenas, entonces sí se constituían en elementos esclarecedores para el discernimiento de la condición humana en lo pertinente a su capacidad y vocación innatas para la agresión, y en conjeturas casi proféticas anunciando el futuro del orden global en su porvenir; nuestro presente.
Con su respuesta, S.F. nos recuerda la relación entre violencia y derecho, rescata sus observaciones sobre la pulsión erótica y thanática, y, soportando la mayoría de los planteamientos de Einstein, elabora, finalmente, una moción a favor de la educación y de la cultura desde su naturaleza y potencia sublimante. Sostiene que solo la hábil manipulación, transfiguración y domino del instinto agresivo sumados a fuertes ideales de comunidad, lograrían legitimar una voluntad transnacional.
Hoy, ochenta años después, vemos como los augurios del señor Freud se decantan en realidades.
El siglo veinte se dejó sentir en la historia con su polaridad, sus remarcables logros y contrariedades. La segunda guerra vino acompañada del fin del colonialismo visible. El mayo francés y Gandhi hicieron lo suyo. Con esto se obligaron convenios de paz y la constitución de organismos rectores como la ONU. Si bien su poder supranacional, nacido de la reflexión animada al interior de instituciones como la liga de las naciones, supondría un nuevo orden legal mundial, las inequidades constitucionales no demorarían en hacerse sentir.
La mujer, los indios y los negros alzarían la voz para no volver a callar en los 50 y M.L.K. sentaría, con su movimiento por los derechos civiles, muchas protestas por venir. Ni el apartheid ni nuestras dictaduras contarían con mucho tiempo. También, el disparate de Marx y la ortodoxia del suicida Laissez faire se harían sentir en las disputas regionales y mundiales. Con la victoria del capitalismo llegarían formas más sofisticadas de imperialismo, heredadas de la guerra fría, que apoyadas en el Banco Mundial y el FMI, conseguirían someter al mundo entero bajo un solo gobierno, el de las transnacionales. Pero este nuevo orden mundial no se impone sobre una totalidad de fanáticos cegados por el consumo pues hay quienes guardan sus desavenencias. Es así como el siglo pasado nos dejó las joyas del hipismo y los otros movimientos de contracultura, y en la identidad contemporánea se funde la angustia existencial que las grandes guerras nos produjeron. Nace el valor indiscutible de la vida para la cultura, la pacha mama se desempolva y toda esa cosmovisión postmoderna que rechaza a la ciencia positiva abraza a la multiculturalidad, el relativismo y los derechos humanos alcanzan a la mente pop. Sentimientos de tolerancia, respeto, diversidad en una cultura cada vez más globalizada. Legalidades particulares negociándose en la entrañas de una ley mayor. Esa ha sido la dinámica que, ahora y gracias a la tecnología se hace casi compulsiva.
...