El cuerpo vivido

EL Cuerpo Vivido

Des Kennedy

Resumen: este articulo trata con el “Cuerpo Vivido”, que propongo, tanto como fundamento epistemológico como ontológico de la terapia Gestalt. Para profundizar nuestra comprensión de la teoría de la terapia Gestalt me baso en las reflexiones de Maurice Merleau-Ponty cuya filosofía en una extensa meditación sobre el tema del cuerpo vivido. Muestro como este concepto ha sido pivote en la teoría de la terapia Gestalt desde el comienzo y yace detrás del holismo abrazado tanto por Laura como por Fritz Perls. Para demostrar la centralidad del cuerpo vivido, elaboro sobre cinco áreas de encarnar: mi cuerpo vivido como vehículo de mi ser-en-el-mundo, como portador de mis equipajes del corazón, como el depositario de mi historia, como el lugar de mi unicidad, y como fuerza de transformación siempre presente (trascendencia).

Prólogo

Le debo hacer al lector una conexión y una distinción entre esta pieza y mi artículo: “el campo fenomenológico” (2003). En ambos artículos el punto de partida es el mismo: el cuerpo vivido dado. En “el campo fenomenológico” mi preocupación era discutir el nivel apropiado de intervención para la terapia Gestalt. Ahí argumenté que éste es el nivel apropiado del campo fenomenológico –es “la capa de la experiencia viva a través de la cual otras personas o cosas nos son dadas primeramente” (FP pág. 57; F69). Este es el nivel de percepción subvertido en el trauma. Argumenté que a través del dialogo, el cliente puede volver a experienciar lo que yo llamo “el beso del mundo”. Esto es la entrada que se abre a la restauración, una “ampliación del mundo” donde el cliente puede sentirse que pertenece y que es hermoso.

En el presente artículo mi preocupación es demostrar la naturaleza fundacional del cuerpo vivido. Esto lo hago a través de la descripción y análisis de lo que significa “corporeizado” una noción muy desarrollada por el filósofo francés Maurice Merleau-Ponty. Este es un ensayo en fenomenología y por lo tanto, requiere que el lector mismo lleve lo que yo diga al lugar de su propia experiencia, que es el último tribunal de apelación en fenomenología.

Introducción

Antes que nada, demostraré cómo la experiencia de cohesión del mundo, que es la base para nuestra teoría de la perspectiva de campo, es un correlato de la unidad experienciada de mi cuerpo vivido; es decir, es la unidad experienciada de mi propio cuerpo la que me posibilita experienciar la unidad del mundo. (Esto tiene, por supuesto, importantes implicaciones terapéuticas para lo que es comúnmente llamado “proceso del Self frágil”). Esta unidad experienciada, que no es otra cosa que mi cuerpo, es el fundamento de la terapia Gestalt. Fue inspirado genio de Fritz Perls el tomar el hecho del Holismo, -del cual la teoría de campo es una aplicación particular-, para que fuera el concepto central en terapia Gestalt y estaba listo para poner su reputación –tal como fue- al límite, para enfatizar la centralidad de este concepto (Henle, 1986).

Cuando lo miramos más de cerca, vemos que la teoría de campo en Gestalt nos dice la manera en que conocemos lo que conocemos, y es por lo tanto un principio epistemológico. Es más, veremos que éste deriva de la manera en que nuestro cuerpo vivido está presente en el mundo, un principio ontológico. Cuando digo que el cuerpo vivido es un principio ontológico de la terapia Gestalt, quiero decir que, es el cuerpo vivido el que sostiene en significado y por lo tanto en ser, todo lo que pertenece a la terapia Gestalt.

Las cinco áreas que he escogido para elaborar en este artículo son sólo modalidades de una revelación de la existencia que es la vida de una persona, que decae y fluye a través del tiempo y el movimiento. También observaremos lo que queremos decir cuando decimos que el cuerpo vivido es trascendente, una noción no muy desarrollada en terapia Gestalt, aunque en la práctica, valida toda nuestra empresa terapéutica y sustenta todo nuestro uso de técnicas para la conciencia inmediata.

Explicando el Titulo

El “Cuerpo Vivido” es una traducción de la expresión de Merleau-Ponty “le corps prope” (1945, p 232; F 235). En el contexto en que usa la expresión es claro que intenta decir “el cuerpo que soy yo”. Su uso adopta la identidad de la persona corporeizada, el “Yo” y el cuerpo como una posesión, propia o especial para mí, yo mismo” (Dupond 2001, p 9). El cuerpo vivido es el cuerpo del campo fenomenológico (Kennedy, 2003), en contraste con el “cuerpo objetivo” que puede ser el cuerpo como máquina, como objeto de experimentación, de post-mortem, como espectáculo, como demostración. El cuerpo vivido del campo fenomenológico “es comparable a una pieza de arte en el sentido de que es un nexo de significados vivos…” (FP p 151; F 177). El cuerpo vivido” es mi Self cotidiano, respirando, tosiendo, preocupándose, riendo, o siendo sexualmente excitado; mi Self total, cómo respondo al mundo que está conmigo en dialogo interminable.

Porque la Terapia Gestalt Necesita un Fundamento Sustentador

Una teoría terapéutica que carece de un fundamento no soporta pensarla: sucumbe cuando se cuestiona. Aunque puede ser inspirada, necesita un fundamento, raíces estables en la tierra como un árbol grande que soporte el viento de la moda y lo superficial que soplan sobre ella.

La reflexión sobre una base, hace lo implícito explícito; pone frente a nosotros lo que de otra manera seguiría a nuestras espaldas. Una filosofía fundadora también tiene otra función, ser soportadora y ejercer una influencia unificadora: una plataforma de acuerdos entre los miembros por la que, compartamos un entendimiento de lo que significan nuestros conceptos básicos, así la investigación se torna parte de su crecimiento orgánico, y estará lo suficientemente apoyada para permitir a los estudiantes explorar cuestiones difíciles, más que sólo acumular para mostrar algo que es de cualquier manera obvio. Por ejemplo, cuando un investigador se embarca en la cuestión de: ¿Qué significa ser una persona humana a la luz de la teoría de la terapia Gestalt?

Anunciar a priori que todo gestaltista contestaría esa pregunta en una manera completamente diferente, como si cada uno de nosotros poseyera una verdad privada, es en sí mismo proponer una filosofía subyacente básica de la terapia Gestalt, un principio de desunión. Y de hecho, tal posición apoya la crítica atrincherada hecha por Jean-Marie Robine de la situación presente.

Estoy aburrido con estas situaciones en la cuales una y otra vez, tenemos un pedazo de Gestalt y organización, una rebanada de la Gestalt de Kohut, una gota de desórdenes limítrofes y narcisistas, etc., y nada lo suficientemente elaborado para hacer que la terapia Gestalt sea fuerte y consistente, me siento preocupado y ansioso, después de enseñar en diez países, de notar que la terapia Gestalt es más y más “distinta” de acuerdo a cada país y que incluso los conceptos básicos no son entendidos en la misma forma aquí y allá. Usamos más o menos un vocabulario común pero más allá de esto, no nos podemos entender uno al otro. Acepto profundamente las diferencias y las considero un reto para todos nosotros, pero hallo absolutamente crucial hablar acerca de las diferencias, explorar e investigar para lograr un cimiento común. (2001).

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