El mito individual del neurótico.

EL MITO INDIVIDUAL DEL NEURÓTICO

Como todo mito tiene que ver con el origen. Con la pre historia del sujeto; acontecimientos que tienen que ver con la historia de quienes lo precedieron, y dan cuenta que su origen como neuróticos tiene una estructura de ficción. Es decir, una verdad que tiene que ver con el discurso del sujeto, donde algo de la verdad es dicho a medio decir.

El síntoma tiene que ver con esa verdad de ese sujeto, la histérica a través de sus síntomas en el cuerpo, dice algo de su verdad. El síntoma se construye por el lenguaje, y se transmite por la vía de la palabra. La forma de ser obsesiva es única, aunque se parezca en algunos aspectos a otra forma de ser.

Lacan demuestra acá como algunos elementos del mito intervienen en la construcción de neurosis, y en el armado de sus síntomas. El mito es lo que da una forma discursiva a algo que no puede ser transmitido en la definición de la verdad, porque la definición de la verdad solo puede apoyarse sobre ella misma, y a la palabra en tanto que progresa la constituye. La verdad se va armado en el discurso. La palabra solo puede expresarla de modo mítico. En este sentido puede decirse que aquello en lo cual la teoría analítica concretiza la relación intersubjetiva, que es el complejo de Edipo, tiene un valor de mito.

Lacan eligió el “Hombre de las ratas”, considerándolo como la raíz y la estructura de esta neurosis obsesiva, a saber, la tensión agresiva, la fijación instintiva, etc. Temas fantasmáticos o imaginarios que se tiene el hábito de encontrar siempre en el análisis de una neurosis obsesiva, se vuelven a encontrar en la lectura del “Hombre de las ratas”.

El mito es esa estructura de ficción que nos puede decir algo de la verdad del sujeto. Se transmite a través del relato y rescata la particularidad de cada sujeto. No todas las neurosis son iguales, el sujeto no deja de ser sujeto en su particularidad.

El neurótico se avergüenza de su fantasma porque tiene que ver con un goce de tipo perverso. Es esencial para determinar una neurosis.

El mito es individual, cada caso debe ser estudiado en su particularidad. La constelación original que presidió el nacimiento del sujeto, la pre historia. Lo que desencadena la neurosis está relacionado con la constelación familiar que lo precedió, en tanto lo configuró la unión de los padres.

EL HOMBRE DE LAS RATAS

En el caso del Hombre de las ratas. La constelación original del sujeto está formada en la tradición familiar por el relato de cierto número de rasgos que especifican la unión de los padres.

En este caso su padre era sub oficial, y siguió siéndolo en su posición en la vida. Está en deuda con el propio deseo, abandona el amor por el dinero.

Este se encontró en posición de hacer un casamiento ventajoso, casándose con una mujer de un medio mucho más elevado en la jerarquía burguesa. El prestigio está pues del lado de la madre. Y una de las bromas más frecuentes entre ambos es aquella que habla de una divertida relación que tuvo el padre, con una mujer pobre pero linda. A la cual el padre la considera de una forma lejana y olvidada.

Este juego, impresionó profundamente al joven sujeto que será más tarde paciente de Freud en Viena.

Otro elemento del mito familiar se observa en el padre, quien en el curso de la carrera militar tuvo púdicos problemas económicos, dilapidando en el juego los fondos del regimiento. Bajo esta situación, aparece un compañero quien le reembolsa este dinero salvándolo de la posibilidad de que pierda su trabajo.

Este relato sale a la luz en el curso del análisis; los elementos de la neurosis obsesiva esenciales marcan que el conflicto mujer rica/mujer pobre, se reproduce exactamente en la vida del sujeto en el momento en que su padre lo empujaba a casarse con una mujer rica, y es entonces cuando se desencadena la neurosis propiamente dicha.

En la obsesión fantasmática la imagen del suplicio engendró toda una suerte de temores, en relación a que este tipo de suplicio pudiera serle infligido un día a las personas que le eran más queridas, o bien a ese personaje de la mujer pobre idealizada. Las construcciones neuróticas del obsesivo terminan a veces por confirmar con las construcciones delirantes.

El joven se encuentra en la situación de tener que pagar el precio de un objeto, se trata de un par de anteojos que le pertenecen. Se le perdieron en el curso de las grandes manobras durante las cuales se le hizo el relato del suplicio en cuestión y en las que desencadenó la crisis actual.

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