Ensayo sobre el libro: “El Hombre en busca de Sentido” Vicktor Frankl

Ensayo sobre el libro: “El Hombre en busca de Sentido”
Vicktor Frankl

La segunda Guerra Mundial fue, sin lugar a dudas, fue uno de los más catastróficos sucesos ocurridos en la historia de la humanidad.  Representa la muerte de millones de personas y una huella imborrable que se quedará presente en muchas otras personas. Como se sabe, una de las implicaciones más grandes que tuvo esta guerra fue el intento de Adolf Hitler por exterminar a los judíos para así crear “una raza pura”, se crearon muchos campos de concentración y exterminio; a uno de ellos llegó Vicktor Frankl, al igual que muchos otros reconocidos psicólogos, sin embargo, esto le dio la oportunidad a este neurólogo y psiquiatra de desarrollar  la escuela de la Logoterapia, por medio de su ensayo autobiográfico “El hombre en busca de sentido”. Este es un libro bastante enriquecedor, ya que Viktor, por medio de un análisis psicológico hacia prisioneros del campo de concentración Auschwitz, da a conocer comportamientos que son dignos de recordar y admirar y que cada individuo debe tener presente en su vida, para así lograr la máxima realización del ser.

Frankl (1905-1997)  fue un destacado neurólogo y psiquiatra austríaco. Entre sus más grandes logros se encuentra la fundación de la Logoterapia, considerada la tercera escuela vienesa de Psicología. Su trayectoria académica fue interrumpida de 1942 a 1945, ya que fue prisionero en campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra  Mundial. Sin embargo, este suceso, le sirvió para qué escribiera el ensayo autobiográfico “El hombre en busca de sentido” donde nos habla de las cosas más horribles e inimaginables que puede sufrir un ser humano, las experiencias vividas en un campo de concentración nazi tanto de sus compañeros como las vividas por él. A mi parecer, el autor nos menciona estos relatos, no como una reseña histórica, sino para que nos demos una idea para tener un porqué vivir, una meta por alcanzar, un sentido a la vida.

En la primera parte del libro,  Frankl nos menciona el shock al que se tuvieron que ver sometidos los prisioneros al darse cuenta que estaban siendo recluidos en un campo de concentración en Auschwitz, sus sentimientos y emociones, sus primeras reacciones y pensamientos tales como el que les cruzara por la mente suicidarse tirándose a la alambrada electrificada, así como algunos otros sucesos a los cuales el ser humano se ve forzado a hacer al entrar en este campo.        
En esta parte podemos encontrar narradas tres fases principales de la experiencia en el campo de concentración:

1) La primera fase: en está nos menciona el  “Internamiento en el campo”
2)  La segunda: se refiere a la “vida en el campo”         
3)  La tercera: es aquella que se refiere  a la “liberación”.

En un principio, cuando Frank se refiere al encierro, a mi parecer es  el momento más difícil pues implica que estas personas sean separadas de sus seres queridos, de todas sus actividades, sus hobbies, comodidades y de un ritmo de vida al cual están acostumbrados, el impacto que debe tener todo esto y al final dejarlo todo para ser encerrados en un campo de concentración, para estar sometidos a malos tratos en condiciones pésimas y en circunstancias extremas así como poner su vida en riesgo y ver la vida de sus seres queridos en la cuerda floja; esto no tiene una lógica razón de ser pues no importa de qué país son originarios, ni las creencias de las personas, todas las personas sienten, piensan, actúan y son únicas, aunque lo demuestren de distintas maneras, como las leyes lo indican… todas las personas tienen el derecho a ser libres.

Una vez recluidos en el campo se presentan distintos sentimientos y emociones  como la incapacidad para encontrar el significado de existir. También se presenta la perdida de la voluntad y el deseo de vivir, todo se enfoca a vivir es igual a sufrir entonces sería mejor morir, este pensamiento fue lo que llevo a muchos al suicidio pues pierden la motivación, el impulso de continuar y así terminaron con ese sentimiento de infelicidad que se apoderó de ellos y solo así se pudieron liberar de este sufrimiento.

En el campo se separaban a los hombres de las mujeres y estos a su vez en débiles y fuertes. Aquellos que eran considerados como débiles (Niños y viejos) eran llevados a su destino final, la cámara de gas. Mientras que las personas consideradas como fuertes era el trabajo en demasía sin tener que demostrar cansancio pues de lo contrario esto los llevaría a su inminente muerte.

En este lugar se debían aparentar muchas cosas para lograr ser aceptado por las autoridades que los tenían vigilados, cambiar sus emociones y forma de ser para poder “sobrevivir”. Las personas que resguardaban y cuidaban a los prisioneros eran en verdad muy malvadas, crueles y con muchos sentimientos de amargura y dolor, eran sádicos, hacían muchas cosas solo por el placer de ver a estas personas sufrir y así tener un sentido de superioridad ante otras personas. No conocían valores éticos y tampoco demostraban los sentimientos y valores que las personas deben tener como humildad, respeto, fraternidad, honestidad entre otros.

Un sentimiento que se presentaba en los prisioneros en estas condiciones era la apatía, pues en estas situaciones ya no les importaba nada, ya no tenían motivación de seguir viviendo, cómo ya lo había mencionado anteriormente. Pero al final este sentimiento servía de autodefensa entre prisioneros, pues así ya no les dolía muchas de las cosas que vivían en este lugar y dejaban pasar algunas circunstancias. Además de todas estas torturas físicas, emocionales y espirituales ellos sufrían de algo terrible lo que es tener hambre y no tener que comer o en ocasiones comer pero sin satisfacer sus necesidades, simplemente llenar el estómago; pues sus alimentos eran mínimos y tenían que distribuirlos bien para utilizarlos en un momento de hambre, con el objetivo de lograr sobrevivir bajo estas condiciones inhumanas; esto provocaba la muerte de muchas personas, por no comer.

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