Extructuralismo y funcionalismo

La psicología estadounidense; el funcionalismo, las funciones de chicago y los funcionalistas de Columbia. 

EDWUAR Titchener posiblemente no se halla interesado en la psicología aplicada y en las diferencias individuales o en estudiar a animales, niños o dementes pero prácticamente todo los psicólogos de estados unidos se interesaron en los tema.

La razón en parte se deriva del contexto histórico que prive a finales del siglo XIX en estados unidos durante las últimas tres décadas del siglo después de la guerra civil.

Estados unidos entro en un periodo de crecimiento sostenido, fue un lapso de reconstrucción en el sur, expansión hacia el oeste, construcción de vía férreas, innovación tecnológica ejemplo; el teléfono, la máquina de escribir, industrialización a gran escala y acumulación de grandes riquezas por parte de empresarios  y por parte de la edad de oro como Rockefeller, Vanderbilt, Morgan, Carnegie Y Mellon por supuesto también fue un periodo en el que la poblaciones de los indios norte americanos  fueron desarraigadas de sus tierras  y diezmadas.

Los trabajadores soportaban larga jornada y padecían condiciones laborables inseguras a cambio de penosos salarios en el que a las mujeres y la minoría se le consideraban mentalmente inferiores a los barones de raza blanca y en la cual se creó una  enorme brecha entre los pocos ricos y e numerosos pobres que había, no obstantes la mayoría de ciudadanos llegaron a desarrollar un concepto sobre su carácter nacional que otorgaba un valor elevado al hecho de asumir una responsabilidad personal por el éxito o el fracaso, hacer algo de uno mismo al margen de los antecedentes personales, competir y ganar en el lugar del trabajo y pensar siempre en la utilidad o el valor practico de los objetivos y las ideas.

             ‘ Los funcionalistas de chicago’ 

En mayo de 1889, John D. Rockefeller  con las bolsas repleta de ganancias producto de la Standard Oíl dono una suma inicial de 600,000 dólares  para establecer una universidad bautista, condicionada a una suma de 400,000 dólares que aportaban los bautistas. Se ubicaría en Chicago una ciudad que ya estaba ganándose la reputación que llevaría al poeta Carl Sandburg a llamada la “Ciudad de los Grandes Hombros”. Casi destruida por el famoso incendio de 1871 que quemó 1688 acres, consumió edificios evaluado en 192 millones de dólares y causó la bancarrota de 64 compañía de seguros. Chicago era una de las ciudades de más rápido crecimiento en Estados Unidos a finales del siglo XIX.

Su enorme extensión  con criadero de ganado y cerdo, mataderos y empacadores hacían de ellos el centro de la industria de la carne de res y cerdo, y su ubicación le convertía en un centro natural para los ferrocarriles y un sitio clave para la industria, que también dependía del transporte por trenes y buque de votos que reconocían los grandes lagos.

John Dewey  (1859-1952)

John Dewey nació en Burlington, una pequeña población al oeste de Vermont que limita con el lago Champlain. Ahí se educó en un ambiente que le inculcó los valores yanquis tradicionales del trabajo arduo, el respeto de los demás, el ahorro, la sencillez y el amor por la democracia. Después de titularse, Dewey enseñó en un bachillerato durante varios años y luego decidió continuar con sus estudios. Johns Hopkins era la estrella naciente en la academia, y Dewey se matriculo ahí para estudiar filosofía en 1882.

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