“Filosofía de la nada”

Charla IV

El autor comienza estructurando la neurosis en cinco estratos: capa de los clichés, que comprende todos los clichés que intercambiamos con otros. Por ejemplo, saludos, apretón de manos, como así también señas “sin significado” propias de un encuentro casual. Como segunda capa, de Eric Berne o Sigmund Freud, en donde el autor indica que “jugamos juegos y representamos roles” como ser asumir el rol de el niño bueno, el matón, la niña encantadora, la mujer seductora. Estos son estratos superficiales, sociales del “como si”. Hacemos un show de lo que somos. Aplicamos dos tipos de juegos intelectuales, el juego de las comparaciones, “el juego del mas que”, y el juego de calzar, o fitting, donde se despliega energía para representar un rol por ejemplo, ser la más estudiosa de la clase. Estos juegos se dan en dos sentidos: haciendo calzar la realidad con nuestro modelo, y/o haciendo que el modelo calce con la realidad. Perls indica que esta capa es una capa sintética, donde prevalecen tres tipos de existencia: la existencia en sí misma, la anti existencia y la existencia sintética. Gran parte de nuestra vida es existencia sintética y el resto es un compendio entre existencia y anti existencia. Si logramos atravesar esta capa y la trabajamos, si quitamos los roles, vivenciamos la anti existencia, que es la nada, la vaciedad y pasamos a la siguiente capa, llamada Impasse. Esta es congruente con la sensación de estar atascado, perdido. Se caracteriza por una actitud fóbica de evitación, donde evitamos el sufrimiento y la frustración. Permanecemos inmaduros y manipulamos el mundo en vez de sufrir los dolores del crecimiento, por lo que no estamos dispuestos a sufrir los dolores del impasse. La capa de la muerte o implosiva, aparece como la muerte o como el temor a la muerte. Es un concepto diferente al de Freud. Aparece como parálisis catatónica, donde nos encogemos, contraemos y comprimimos, implotamos: nos rompemos hacia adentro. En esta capa la energía se deriva hacia la vida de fantasía que tomamos como real. Depositamos en los otros aquello que podemos hacer por nosotros mismos, creyéndonos desvalidos. La energía vital e va a aquellas partes de la personalidad con a que nos identificamos. Una vez que logramos contacto verdadero con lo muerto de este estrato implosivo, se convierte en explosión. Esta capa de explosión es el nexo con lo auténtico de la persona. Se vuelve capaz de vivenciar y expresar sus emociones. Explosión de pena, explosión hacia el organismo, de ira y hacia la alegría, conectan con el verdadero SELF. Los roles que jugamos están diseñados para controlar estas explosiones. En las capas previas de la muerte, creemos que si explotamos ya no podremos sobrevivir y así comienza el ciclo de auto tortura, nos retenemos y controlamos.

El autor hace mención a la “Filosofía de la nada”. En Gestalt la nada no existe. La nada está basada en el “darse cuenta” de la nada. Con lo que hay, darse cuenta de algo. Cuando aceptamos y penetramos la nada, el vacío, el desierto se empieza a llenar, a florecer. Esta nada equivale a lo real, a lo verdadero.

Charla

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