Cinco Memorias

Los finales de siglo XVIII representan un punto de inflexión en el contexto político europeo, un momento crucial para el porvenir de la sociedad moderna. Es el siglo de la Ilustración, marcado por la ruptura del Antiguo Régimen y la aparición de un nuevo concepto político: la Nación. En este contexto, la Revolución Francesa es el origen de una transformación política profunda que acarrea a la vez profundas transformaciones a nivel social: el paso de una sociedad estamental a la nación, de los privilegios de nacimiento a la libertad e igualdad jurídica. La Revolución Francesa ha conseguido cambiar el mundo asentando las bases de una sociedad encaminada hacia la democracia. El levantamiento de la burguesía( el tercer estado) y de las masa populares consiguieron derrotar el poder de la aristocracia y del Antiguo Régimen de corte feudal dejando paso a un Estado Liberal caracterizado por una ardua defensa del principio de libertad, igualdad y fraternidad, así como la sistematización, centralización y la secularización , como bases de la Nación. Como decía el profesor Manuel de Puelles Benítez, la Revolución Francesa no ha sido solo una revolución política sino también una revolución económica y social, un arquetipo, un paradigma, fuente de las revoluciones sucesoras.

Uno de los aspectos mas destacados en materia de política social ha sido la educación que, en manos de los ilustrados, se transforma en un arma muy potente en la lucha para el desarrollo y consolidación de la nación. Se trata de unos principios revolucionarios que se plasmaran a través de la educación del pueblo y que determinaran la política educativa de los siglos XIX y XX en las sociedades occidentales: igualdad y libertad.

En este escenario político aparece la figura del marques de Condorcet, Marie-Jean-Antoine-Nicolás (1743- 1794), filosofo, matemático, político y politólogo francés, que desempeñó un papel protagonista al estallar la Revolución en 1789, como defensor de las numerosas...

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