LLEGO MI JUBILACION Y AHORA ¿QUE HAGO?

LEGO MI JUBILACION Y AHORA ¿QUE HAGO?
Pr. Homero Salazar

“13Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”(Flp 3.13–14).

Quiero con este sencillo mensaje, honrar a todos los obreros evangélicos a quienes les ha llegado el momento de jubilarse. Para muchas personas en el mundo la jubilación es el final de su carrera laboral y la suele acompañar la idea de que es el comienzo real de la vejez o la inutilidad. Estos sentimientos producen tristeza y depresión en muchos y sobre todo en los varones que alguna vez fueron muy activos. Pero, según lo aconsejan algunos sicólogos, la persona que se esta por jubilar debe prepararse con tiempo para el inicio de este proceso, algunos dicen que lleva entre 6 meses a un año superarlo. Tener una actitud positiva cuando llegue es lo ideal, porque Jubilarse del trabajo no quiere decir jubilarse de la vida.

Ver la jubilación con una actitud positiva significa ver la vida como una nueva oportunidad, como un volver a empezar. Como una nueva etapa en la que se nos regala tiempo para hacer muchas de las cosas que no podíamos hacer mientras estábamos enfrascados en el trabajo. Pero, para que esto suceda, debemos organizarnos y planificarlo. Algunos de los mayores desafíos que se deben superar tienen que ver con: aprender a convivir nuevamente con nuestro cónyuge y definir qué tipo de tareas van a realizar juntos. Algunos psicólogos aconsejan que una de las maneras más efectivas de sentir gozo durante este periodo es convertirse en un voluntario para ayudar a otros en la comunidad. Por eso el jubilado debe estar mentalizado y dispuesto a recibir asesoramiento para que ese momento en su vida no se convierta en el final.

Pero hay un grupo de personas que parece que se jubilan pero en realidad nunca lo harán, y ese grupo es el de los pastores, los ministros. Las posibilidades de sentirse útiles para estos predicadores del evangelio son muchas. Han acumulado tanta sabiduría con el correr de los años y en su experiencia con el Señor, que tienen tanto para enseñar y tanto para bendecir, en este aspecto los pastores son como Pablo. Ellos siempre tendrán ese sentimiento de PROSEGUIR A LA META!!! Son como Cristo.

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