“La convivencia en un centro educativo: Claves organizativas para su potenciación”

“La convivencia en un centro educativo: Claves organizativas para su potenciación”

Las prácticas de intervención se agrupan generalmente en estrategias de prevención primaria, secundaria y terciaria, siendo la primera la más idónea. Para Blanco (2018) la prevención primaria actúa sobre los factores de riesgo que pueden producir la enfermedad, las actividades se dirigirán a disminuir la prevalencia de alteraciones de la salud, reducir el riesgo de aparición de casos nuevos. En el ámbito empresarial consiste en eliminar o reducir la exposición a riesgos de deceso laboral o problemas con los compañeros de trabajo.

Esta intervención facilita las relaciones positivas e impide las negativas, dentro de la comunidad educativa implica a todos los miembros que la conforman incluyendo a los padres de familia. Además, se previene las conductas violentas en colegios para facilitar la convivencia, la tolerancia cero con respecto al bullying entre estudiantes y la integración social de todos los alumnos en el aula.

Dicho anteriormente, acerca de la prevención primaria dados por comportamientos disruptivos o violentos en los centros educativos, se da también la adaptación de una prevención secundaria e incluso terciaria cuando estas conductas son detectadas como indicios problemáticos o ya estén instalados en las instituciones.

Por otro lado, la prevención secundaria implica estrategias de primeras señales del desorden, para la prevención de problemas más rigurosos. Algunos signos de advertencia para la institución pueden ser: pérdida de objetos personales, cortes inexplicados, heridas o equimosis, temor a asistir a las clases y faltas de asistencias, disminución de interés por trabajos en equipo, logros académicos, asimismo, quejas somáticas como dolores de estómago, cabeza, ansiedad, pasividad, entre otros.

Y la prevención terciaria basada en alumnos con un problema establecido y diseñadas para solucionar ese problema, aminorar la duración y minimizar los efectos negativos. Esta intervención va dirigida a aquellos estudiantes que ya se han identificado como agresores o víctimas. La finalidad con el primer ente, agresor, es que entienda porqué es inaceptable su conducta, dotarlo de habilidades sociales para que desarrolle conductas óptimas. Y a las víctimas, se les brinda orientación de cómo enfrentarse a posibles ataques por parte de los agresores, como responder con asertividad y cómo evitar situaciones peligrosas y cómo pedir ayuda.

En base al marco teórico, Ramos (2010) propuso actuaciones, las cuales fueron ejecutadas en el Centro Educativo, dentro de ellas se buscó la integración entre los estudiantes de las aulas, haciendo énfasis, en la dispersión de alumnos que presenten problemas de convivencia. Después de ello, se pone en ejecución el Plan de Acción Tutorial que tiene como objetivo fomentar la educación en valores. Dichas actividades fueron puestas en prácticas para mejorar y fomentar una adecuada convivencia dentro de las aulas de clase, las estrategias fueron creadas en base a la necesidad del alumnado a fin de tener mejores resultados.

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