La muerte de socrates. Ensayo
Enviado por akil3ss • 11 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 719 Palabras (3 Páginas) • 566 Visitas
Siguiendo con la temática de Sócrates, podemos ver como Robin Waterfield en su libro la muerte de Sócrates nos muestra un contexto histórico enmarcado en la derrota ateniense en la “La guerra del Peloponeso y además la posterior restauración de la democracia. Además, también nos muestra que Sócrates permaneció en Atenas durante el “gobierno de los 30 tiranos”[1], que fue un momento caracterizado por una fuerte persecución contra todo aquel que, aunque sea por sospecha apoyara la democracia.
Otra de las cosas que nos señala Waterfield es que entre los alumnos de Sócrates, se encontraba Alcibíades, que no era muy bien visto en la Atenas de aquella época porque entre otras cosas conspiró contra la democrática Atenas pasándose al lado espartano y cuando aseguro su suerte regreso a la “polis”, Él fue asesinado en 404 cuando huía de nuevo, y claramente su nombre estaba ligado al de Aristóteles, cosa que no le hizo tener una gran popularidad con los jurados “dicastas”; entre otras cosas Waterfield nos presenta esta información como prueba de que Aristóteles no gozaba de buena “popularidad” aparte de los rumores que el mismo señala que vienen de tiempo atrás también con actitudes que tuvo el mismo y algunos de sus seguidores “alumnos”.
Para poder seguir hablando de la muerte como la veía Sócrates nos es imposible no referirnos a otra de las obras de Platón, Fedón en esta obra Sócrates señala que el filósofo no debe temer a la muerte, ya que el cuerpo es un impedimento para el conocimiento, pero enfatiza que nadie se puede suicidar porque somos propiedad de los dioses y después de eso termina con una explicación de las leyes del destino, que establecen un sistema de recompensas y castigos, relacionadas con la teoría de la “transmigración de las almas”. En la que la vida en este universo depende del continuo ciclo de las almas que van encarnado sucesivamente en diversos seres humanos, o animales según las faltas o buenas conductas en esta vida.
Otro tema que toca Aristóteles es el de la inmortalidad del alma; para esto da varias explicaciones, para comenzar el afirma que el alma siempre trae la vida a aquello que ocupa, además aduce que lo contrario de la vida es, la muerte y, por lo tanto, la muerte es opuesta a lo que siempre trae la vida, es decir, al alma.
Otro aspecto que usa para resaltar su afirmación es que ningún contrario admitirá jamás algo que represente lo contrario de el mismo. Por esto, sería inconcebible que la vida- alma pudiera aceptar en sí a su contrario, ósea, la muerte. Y siguiendo la línea de estos pensamientos podemos ver también que aquello que no admite la idea de lo mortal sería lo inmortal y la realidad que no admite jamás a la muerte es el alma, por lo tanto, no sería absurdo concluir que el alma es inmortal.
Teniendo todo esto en cuenta no es raro que Aristóteles no viera la muerte como un mal, porque al ver lo que pensaba de ella estaría en un estado de transición además el insta en el mismo Fedón a que los filósofos no teman a la muerte, sino que deberían recibirla con alegría porque no sólo existe una vida en el más allá, sino que además hay “una ley cósmica” que premia o castiga las almas, según sea necesario, de acuerdo a su comportamiento en el mundo.
Y al imaginar que no tendría razón lo único que el ve es la posibilidad de que la muerte sea como un “sueño inconsciente” en el que las preocupaciones ya no serían más; y por todo esto en las obras Fedón y Apología de Sócrates vemos que Sócrates no pierde la compostura y por el contrario es el quien da consuelo a sus discípulos y a las personas que se preocupan por el.
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