La psique en américa latina
Enviado por Fernando Jiménez • 6 de Febrero de 2019 • Ensayo • 1.504 Palabras (7 Páginas) • 83 Visitas
La psique en América Latina
Como se sabe, Freud elaboró una primera tópica de la psique en la que ésta aparecía como un equilibrio inestable entre lo consciente, lo preconsciente y lo inconsciente; en este modelo, lo preconsciente era lo memorizable e imaginable más o menos voluntariamente; en la medida en que los recuerdos eran perdidos y/o distorsionados, eran menos voluntarios y más confusos, por lo que la libertad y el campo de la conciencia disminuían, y lo inconsciente era más poderoso e influyente, aumentando su parcial autonomía de lo consciente. Posteriormente, en la segunda tópica, Freud re-elaboró su esquema en el Yo y el Ello, presentándolo como una estructura inestable y contradictoria en que las partes centrales de la psique eran el yo, el ello y el superyó. En este segundo esquema lo inconsciente ganó potencia para mantener cierta integración y cierta adaptación también a la realidad externa u objetiva.
En América Latina, la pérdida de memoria histórica se ha expresado como amnesia local y continental, mediata e inmediata, y como falsos recuerdos también locales y continentales, mediatos e inmediatos. América Latina olvidó su primera infancia, nació en 1492, cuando el Otro (españoles) la descubrió. La pregunta básica es: ¿de qué defienden la represión, a quiénes defienden, para qué defienden?
La respuesta es que defienden de la angustia y/o culpa que sufriría el yo de muchos individuos sin tales defensas; los conquistadores tenían autoimagen de cristianos, yo y superyó de católicos medievales; todos habían sido socializados para amar a Dios sobre todas las cosas, amar al prójimo como a sí mismos, no robar, no fornicar, no matar, etc. El ello, temido y reprimido es predominantemente sexual y agresivo debido a que “Dentro del ello ejercen su acción eficiente las pulsiones orgánicas, ellas mismas compuestas de mezclas de dos fuerzas primordiales (Eros y destrucción)”1 y al negar la propia agresión y redefinirla como civilización, al racionalizar sus conductas conquistadoras, al proyectar su violencia, sexualidad y destrucción y al dividir a las culturas como cristianos (buenos) e infieles (malos), la mayoría de los españoles sienten poca o ninguna culpa, mantienen su autoimagen, preservan el yo adaptado a la (su) realidad. La conquista es pues cumplir con los propios deberes; matar es defenderse; amenazar, prohibir y castigar es civilizar. Así el superyó católico-español, la autopercepción y la percepción del otro se hacen viables y funcionales.
Lo que es funcional culturalmente para los conquistadores, no lo es para los conquistados; el yode los antiguos indígena se quiebra, la angustia invade y destruye la psique de los antiguos indígenas debido a que “Un acrecentamiento esperado, previsto, de displacer es respondido con la señal de angustia; y su ocasión, amenace ella desde afuera o desde adentro, se llama peligro.”2. Ello es por la derrota político-militar, sin duda, pero también por el "abandono de los dioses", porque los indígenas "no están a la altura. El yo de la mayoría de los indios y mestizos queda, después de la conquista, débil; el indio y el mestizo se hacen inseguros, frágiles y dependientes, por motivos sociales, pero también ante sí mismos ya que ellos pierden su memoria y su identidad, y readquieren una falsa memoria y una falsa identidad. Algunos no culpan a los españoles y se creen que han sido descubiertos en 1492, o que no hay más religión que el catolicismo colonial, o que sólo el castellano es una lengua buena; otros los rechazan, creen que lo malo empezó en 1492.[pic 1]
En ambos casos el yo es débil y confuso debido a que “El yo desvalido se defiende de ellas mediante unos intentos de huida {represiones {esfuerzos de desalojo}) que más tarde resultan desacordes al fin y significan unas limitaciones duraderas para el desarrollo ulterior.”3. No se sabe dónde empieza y dónde termina el yo, qué es lo mío, qué es lo auténtico y lo espurio, quién soy yo, cuánto valgo yo como mestizo o como indígena o como latinoamericano. Esta confusión es característica fundamental de gran parte de los latinoamericanos, de la psique y de la cultura latinoamericana hasta hoy. Este conflicto implica poca autonomía cultural y poca autonomía psíquica: un yo confuso, débil, poco libre, angustiado y oprimido.
La necesidad psíquica de los indios de restaurar su yo, de bajar su angustia, se hace convergente con la necesidad cultural de adaptarse lo mejor posible a la nueva realidad porque “Mientras el yo trabaja en pleno acuerdo con el superyó, no es fácil distinguir las exteriorizaciones de ambos, pero las tensiones y enajenaciones entre ellos se hacen notar con mucha nitidez.”4. La identificación con los agresores y/o con los potentes permite y facilita el transformarse en caballero, desde la colonia hasta hoy como hombre digno. Como se ve pues, los conflictos colectivos provocan defensas también colectivas. Durante el siglo XIX, al ser la cultura puritana antisexual, la represión de los impulsos sexuales es colectivo en tal cultura, frecuentes y masivos, con grados y matices, como todo fenómeno cultural “Así, el yo combate en dos frentes: tiene que defender su existencia contra un mundo exterior que amenaza aniquilarlo, así como contra un mundo interior demasiado exigente.”5.
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