La teoria de la pelota

LA TEORÍA DE LA PELOTA

Una de las situaciones que más nos produce ansiedad y desequilibrio se da cuando tenemos en nuestra mente y damos por válidos dos pensamientos contrarios, es como si aceptáramos que un papel es blanco y negro, el blanco nos alegra o tranquiliza y el negro nos entristece. En un momento dado aceptamos el blanco y en otros negamos el blanco y aceptamos el negro. Son ideas extremas que provocan un vaivén emocional demasiado fuerte. Ejemplo: Mi compañero de trabajo, Juan, quiere fastidiarme vs. Mi compañero me ayuda cuando lo necesito.

Cómo gestionar estas situaciones.

Lo primero es darnos cuenta de esos dos pensamientos enfrentados y que nuestra mente va de uno a otro. El resultado es que yo me doy cuenta que paso de un extremo a otro, que eso no tiene sentido, y por tanto, me achaco yo la culpa de este vaivén. Mi mente me puede decir que me aclare que no puedo pasar del blanco al negro, que no puede ser, que me está pasando algo, y no es bueno. Si no gestiono bien estas ideas se incrementa más la tensión, y esa tensión inicialmente me la meto yo mismo. En otras ocasiones también hacemos responsables a los otros, aumentado así la negatividad en mí y hacia el otro.

Tenemos que cerrar el tema.

Hay tres posibilidades: blanco, negro o gris. Del blanco puro al negro puro existe una infinidad de grises, que es donde mejor podemos dirigir el análisis de esa situación. Difícilmente alguien es siempre bueno o siempre malo, lo más habitual es que sea en general bueno y a veces malo. Pero, es verdad, que hay gente mala, gente que grita, que insulta, se queja, nos falla, pero no lo hace siempre, ni siquiera a menudo. Este debe ser el pensamiento realista que tenemos que aceptar.

Ejemplo: mi compañero Juan me suele ayudar cuando lo necesito, por tanto es bueno, pero en alguna ocasión ha ido a fastidiarme.

Cogemos y escribimos los dos pensamientos extremos y contrarios y analizamos la realidad de lo que está sucediendo y de ese análisis obtendré la realidad: blanco, negro o gris. A ver, cómo es Juan en general, ahí es hacia donde vamos, a buscar pruebas de cómo es Juan, pruebas que no se puedan discutir.

Ejemplo: Juan es una buena persona, me suele ayudar, yo también le ayudo muchas veces, hemos tenido varias discusiones, y cada vez que tenemos una nos cuesta recuperar la tranquilidad y en dos ocasiones hemos estado muy de mala leche, es normal tener discusiones porque pasamos muchas horas juntos, se pone especialmente nervioso cuando está el jefe, sé que tiene problemas familiares,…

Pensamiento real: Juan es una buena persona, pero ahora estamos cabreados por la última discusión con la que me suelo llevar bien.

Mi cabeza acaba machacada si salto de un pensamiento blanco a otro negro, si paso de querer a alguien a odiarle, si paso de quererme a odiarme, si quiero irme ya mismo de casa de mis padres y quiero quedarme en casa de mis padres para siempre jamás, etc. Mi mente es una pelota a la que una hipotética raqueta le está dando fuerte de un lado al otro de la pista de tenis. Y esa raqueta que le da fuerte es el aceptar que un pensamiento “X” es real, lógico y adecuado y el contrario “Z” también es real, lógico y adecuado. Y, es uno mismo, el que le está dando con fuerza a la raqueta.

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