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La trata de personas, un análisis a la luz de las teorías de Zizek


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2015  •  Trabajo  •  2.123 Palabras (9 Páginas)  •  286 Visitas

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LA TRATA DE PERSONAS.

SU PROBLEMÁTICA A LA LUZ DE LAS TEORÍAS DE SLAVOJ ZIZEK

Teoría Política I

Universidad Católica de Córdoba

Docentes: Dra. Ciuffolini, María Alejandra

                   Lic. De la Vega, Candela

Fecha de entrega: 7 de Julio de 2015


La trata de personas. Su problemática a la luz de las teorías de Slavoj Zizek

 “Quizás haya llegado el momento de criticar esa actitud que domina nuestro mundo: el liberalismo tolerante y multicultural.

Quizás se deba rechazar la actual despolitización de la economía. Quizás resulte necesario, hoy en día, suministrar una buena dosis de intolerancia aunque sea solo con el propósito de suscitar esa pasión política que alimenta la discordia. Quizás convenga apostar por una renovada politización” (Slavoj Zizek, 1949)

La trata de personas constituye una de las formas más denigrantes de la conducta  humana en la actualidad. Todas las prácticas violentas que se ven implicadas son verdaderamente atroces. El ser humano es usado como objeto del sistema capitalista en un marco de dominación constante, en donde la producción es el único objetivo que persiguen las clases burguesas sobre el proletariado.

La igualdad entre los seres humanos se ve suprimida en todos sus aspectos por la trata de personas, ya que ella materializa al sujeto, lo deja martirizado, completamente dominado, ubicándolo en un nivel inferior al de las demás personas: en el último eslabón de la sociedad. El sujeto se ve suprimido absolutamente por la mercantilización propia del sistema capitalista. Podemos entenderlo, entonces, asumiendo la diferencia natural de todos los hombres. De tal modo, se defendería el derecho a la diferencia en la humanidad y que la misma sea respetada, por lo tanto se dejaría de lado el derecho a la igualdad, defendido por los autores liberales.

Se puede afrontar esta problemática según la teorización de Slavoj Zizek expuesta en su artículo “Cómo volver a empezar desde el principio.” El autor señala una cuestión a partir de la cual se desarrollará el presente ensayo. Es la siguiente: “La pregunta hoy es: democracia ¿continúa siendo un nombre apropiado para esta explosión igualitaria?” (Zizek, 2010)

  Es relevante destacar dos aspectos abordados por el escritor.  Por una parte, la ardua tarea de abolir la trata de personas no se debe construir sobre los cimientos del capitalismo, ya que este no proporcionaría una solución, sino que, bajo sus principios de dominación, nos quedaríamos estancados en la misma lógica por la que se rige,  en donde un grupo de personas se impone frente a otras. La opción más viable para poder eliminar por completo la trata de personas es ubicarnos desde otro paradigma, este no puede ser otro ─afirma Zizek─ que el comunismo.

Por otro lado, el autor presenta una serie de antagonismos sociales que generan la necesidad del comunismo. Uno de los más importantes es la dicotomía entre “excluidos” e “incluidos.” El comunismo debe romper  esta división tan tajante entre ambas partes. Los excluidos son aquellos que deben someterse a la trata de persona, realizando tareas forzosas que claramente no son de su agrado.

Las grandes empresas son capaces de dominar los sujetos en todos sus aspectos. Estas, producto del sistema capitalista, son las que reproducen el poder colonizador que antes estaba en manos de la Nación. La superioridad de ellas  sobre el propio Estado nos muestra el capitalismo en su estado más puro.   

Para poder abordar la teoría aquí planteada, sería muy útil situarnos en un caso de la realidad. Una joven de tan solo veintidós años fue secuestrada en Méjico trabajando forzosamente por dos años en una tintorería. Su cuerpo  se fue degradando con el pasar de los días.  Tras los veinticuatro meses de tortura los órganos de la joven lograron el aspecto de una mujer de más de cincuenta años. “Con palos, con fierros, con uñas” narra la víctima como respuesta a la pregunta de los periodistas en cuanto a qué le hacían cuando ella se resistía.

Tanto como en el caso recientemente mencionado, como en los múltiples casos existentes  en los que se vislumbra la trata de personas, podemos identificar que hay un desajuste en el principio universal que Balibar llama la egalibreté, el principio de que todos los hombres son iguales en cuanto dotados de palabra. (Zizek, 2008). Todos los sujetos víctimas de la trata de personas, pierden este principio en todos sus aspectos, su palabra no es válida en ningún sentido. Todas las formas de resistencia expresadas por la joven con sus quejas, fueron carentes de sentido, agravando así las penas impuestas por sus jefes “Los excluidos no tienen un lugar fijo en el entramado social” (Zizek, 2008), están en una constante búsqueda por un espacio digno en la sociedad.

Es necesario entender también que, tal como plantea Zizek en su libro En defensa de la intolerancia, las ideas dominantes no son nunca las ideas de la clase dominante, estas son una construcción entre los temas, motivos e intereses tanto de los oprimidos como de los opresores. En la mayoría de los casos, los oprimidos tienen la necesidad de buscar trabajo en procura  de un salario para poder satisfacer sus necesidades básicas, y los opresores abusan de gran parte de esta mayoría desesperada, realizando monstruosidades sobre ellas, tal como vimos en el ejemplo anteriormente citado. En todo momento hay un antagonismo de clase que como sociedad claramente podemos identificar.

La violencia y la trata de personas

Vale aclarar que en la trata de personas la violencia es ejercida en uno de sus puntos culminantes, ya que ella  no solo denigra al sujeto, sino que en muchos casos lleva a la victima a su muerte. Aquí “reside la violencia sistemática fundamental del capitalismo, mucho más extraña que cualquier violencia directa socioideológica precapitalista: esta violencia ya no es atribuible a los individuos concretos y a sus <> intenciones, sino que es puramente <>, sistemática, anónima.” (Slavoj Zizek, 2009, p23 en “Sobre la Violencia”)

La violencia objetiva resulta invisible, ya que las elites la instauran como un elemento que es parte de la normalidad en el sistema capitalista. Este objetivismo también hace referencia a que la sociedad instaura la trata de personas como algo natural, se asume que es algo que existe y perjudica a gran parte de la sociedad pero no se hace nada para acabar con ella. Además, los opresores ocultan a las víctimas de la trata, obligándolas tras su fuerza y su poder a realizar las tareas forzosas. La trata de personas hoy es la forma más clara y visible de esclavitud en la sociedad. Hallándonos en el siglo XXI, existen grandes grupos que tras ser callados y silenciados por el sistema, son obligados por quienes utilizan su capital y su poderío sin importarles las otras personas que se ven implicadas.

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