La violencia reflejada en el machismo de la familia peruana
Enviado por iv.s21 • 30 de Junio de 2022 • Ensayo • 4.088 Palabras (17 Páginas) • 82 Visitas
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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA
La violencia reflejada en el machismo de la familia peruana
AUTOR(ES):
Anastacio Mejia, Vania Nicole (0000-0002-1503-1817)
Hermoza Encina, Sofia (0000-0002-1520-9638)
Ruiz Torres, Milagros del Pilar (0000-0003-0480-2177)
Sanchez Portocarrero, Ivanna Abigail (0000-0002-4614-9770)
Zegarra Lema, Arlette Brigitte (0000-0002-6267-3150)
Zubieta Villanueva, Giannela Mirelly (0000-0001-6212-1756)
ASESOR(A):
Mgtr. Claudia Ross Meri Fernandez Garcia (0000-0002-2093–6653)
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
Violencia
LIMA-PERÚ
2022
ÍNDICE
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REFERENCIAS……………………..………..…………………………. | 11 |
INTRODUCCIÓN
La violencia hacia la mujer, que generalmente se da en el ámbito de las relaciones conyugales o de pareja, se sustenta en un conjunto de concepciones y modelos de ser hombre y de ser mujer que se denominan comúnmente “machismo”. Como nos dice Salinas y Carbajal (2006), el varón se configura como padre, autoridad en el hogar, trabajador, proveedor, con dominio en lo público. Las mujeres se construyen socialmente centradas en la maternidad, protegidas por los varones, dedicadas al hogar y a la crianza y con dominio en lo privado.
Según Viladrich (2021) refiere que el machismo es la diferencia entre lo masculino y lo femenino, en realidad, manifiesta el origen, la naturaleza y el destino basado en el amor y para el amor del ser humano. La diferencia entre hombres y mujeres se manifiesta en el hecho de origen, naturaleza y destino, basado en el amor y el amor por una persona. La condición humana de amar requiere de dos personas distintas; Por eso, el primer error del machismo es pensar que hombres y mujeres son diferentes porque son jerárquicos; es decir, porque el hombre es el tipo superior de hombre y la mujer es el orden inferior del hombre cuyo deber es servir a la jerarquía masculina.
El machismo concebido como creencia resguarda y acepta el dominio y/o predominio masculino, fenómeno en el que se enfatiza sus cualidades machistas, de dominancia, por encima de la debilidad y subordinación de la mujer. Según Ballen y Villaseñor (Moral & Basurto, 2016).
Algunas de las consecuencias del machismo son que, en el ámbito de la comprensión de la sexualidad, se reduce al modelo masculino, desconociendo la comprensión de la sexualidad femenina. Esto se puede ver en nuestra cultura, entorno, crianza de los jóvenes, abuso físico, violación y bombardeo frecuente de mujeres que necesitan cambiar sus sensibilidades sexuales para satisfacer las necesidades de los hombres.
El cambio de masculinidad implica que los hombres asuman que tienen que cumplir con los mismos deberes de crianza y cuidado que las mujeres, que tienen que asumir sus responsabilidades porque son miembros de la familia, y en ese sentido es importante romper con la monarquía masculina en que todos los hombres viven como reyes en sus propios hogares.
Como bien sabemos, el machismo es la creencia de la superioridad del hombre a la mujer, denominado también por ciertas conductas, prácticas sociales donde se alimenta esta creencia, sosteniéndose de la cultura patriarcal. Una problemática que afecta gravemente a las mujeres, pero ¿Qué se dice de los hombres?. Según Giraldo(1972) “El macho, el "verdadero hombre" según la cultura hispana, debe tener ciertas características para que se lo considere como tal y no como afeminado u hombre a medias. Las características sobresalientes del macho con su heterosexualidad y su agresividad.”(p.9). Esto tiene gran impacto cuando el machismo predomina en una familia, donde usualmente se ve al hombre como autoridad familiar y a la mujer con rol de crianza lo cual no permite ejercer la paternidad de los hombres para con sus hijos.
Diversos estudios muestran que la violencia doméstica es un problema de dimensiones importantes y generalizado, pudiendo evidenciarse en una amplia variedad de circunstancias.
En la revista Mexicana del 2013, nos dice que Johnson (2008) desarrolló una clasificación de la violencia de la pareja, desde la relación entablada por ambos miembros. Distingue tres tipos: violencia situacional, definida como un círculo vicioso de violencia en el que intervienen ambos miembros de la pareja ante conflictos que no resuelven; terrorismo íntimo, sería un control violento con una agresión unilateral para controlar por el miedo a la pareja y; resistencia violenta, corresponde a una reacción violenta como autodefensa y restablecimiento del respeto ante una agresión recibida. Como antecedente de los dos últimos tipos de violencia se puede señalar el pertenecer a una cultura patriarcal, en la que el hombre cuenta con un estatus superior al de la mujer y ejerce la violencia como medio de control, con la expectativa de sumisión y respeto, otro antecedente pertinente para los tres tipos sería la violencia en la familia de origen, actuando los progenitores como modelos de conducta para resolver conflictos.
Así mismo, en una revista Peruana del 2009, se informa acerca de investigadores latinoamericanos como Fuller, Olavarría, Salinas, Arancibia y otros, coinciden en señalar que los varones tienen conocimiento en cuanto a los cambios habidos en los roles de género y en la necesidad de relaciones más equitativas al interior de la familia (lo que se ha constatado en el presente estudio),sin embargo hay persistencia de una cultura «machista» que sostiene y reproduce ideas, valores y actitudes de desigualdad y discriminación, especialmente hacia las mujeres, que propician las prácticas de violencia y maltrato.
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