Las capas de un humano

Las capas de un humano

     Estas caminando por la calle y de repente te encuentras con una persona que te desagrada y esta te saluda; Puesto que no quieres parecer grosero, le contestas y continuas con la conversación, finalmente te despides. Entonces piensas en lo incomoda que fue ese encuentro, pero que en pos de mantener una buena imagen decidiste actual de forma amigable, aunque realmente no actuarias así. El ejemplo anterior sirve para mostrar una situación de la cotidianidad, y muestra lo mucho que puede cambiar muestra forma de actuar de acuerdo al contexto en el que nos encontremos.

     Al igual que una cebolla, tenemos capas. En cada una de estas representamos o mostramos una faceta nuestra, y como es obvio, no todas los mostramos en todas las ocasiones. Entre más profundo exploremos en estas capas, más cerca estaremos de encontrar el “verdadero yo”. Sin embargo, es complicado, incluso para nosotros, llegar a entendernos por completo, puesto que muchas de las capas más profundas solo aparecen en situaciones muy especificas, las cuales puede que incluso no conozcamos. Podemos pues plantearnos una pregunta: ¿Qué tanto cambia la forma de actuar de una persona den distintas circunstancias? Para responderla tendré que recurrir a la experiencia propia, pues como ya dije antes, es imposible conocer la forma en la que actuaran los demás en el ámbito más privado.

     Comenzare entonces por explicar mi forma de ser en público. Al estar con personas “extrañas” o en quienes no he depositado confianza suelo ser alguien más amigable, actuando de una forma más infantil y usando vocabulario más común en personas de mi edad con la intención de causar una buena impresión y no resultar antipático. Al encontrar me con personas las cuales conozco con quienes he convivido actuó de una forma un tanto más suelta que se puede resumir en ser mas graciosos y en ocasiones intencionalmente estúpido.

     En cambio, al estar con mi familia o amigos de mucha confianza, una personalidad más autentica comienza a surgir: don mi opinión y punto de vista de forma más amplia y cómoda; Paso entonces a dejar de solo ver y escuchar, a hablar y actuar. A pesar de ello, el cambio más drástico viene cuando estoy solo: mi forma de actuar se torna más seria y fría, prefiriendo los momentos tranquilos y de reflexión.

     Con esto nos damos cuenta la forma en la que puede cambiar la forma de ser una persona en varios momentos, y esto no tiene que ser considerado como algo necesariamente malo, de hecho, es una forma que tenemos todos los humanos de adaptarnos a la vida social, porque si todo aquello que opinamos o pensamos se generarían muchos conflictos. Finalmente, cabe destacar que en varias ocasiones solemos no solo ocultar pensamientos, sino también inventarnos opiniones y gustos con la intención de encajar en un grupo, más aun en edades tempranas. Al final, lo único que podemos hacer es tomas las actitudes que vemos como autenticas, pues por más cercanos que seamos una persona, nunca podremos llegar a descubrir cómo es realmente.

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