Mapeo general de un problema moderno

Mapeo general de un problema moderno

Gómez Vélez, M. y Calderón Carrascal P. (2017) Salud mental en el trabajo: entre sufrimiento en el trabajo y la organización saludable. Revista katharsis,  N 23, enero-julio 2017.  

Gómez es psicóloga de la Universidad de Antioquia, Especialista en Psicología Organizacional de la universidad San Buenaventura; Magister en Ciencias Sociales de la Universidad de Antioquia, Candidata a Doctora en Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Argentina. Calderón es Psicóloga de la Universidad Católica Luis Amigó, Especialista en Psicología Clínica y Salud Mental de la Universidad Pontificia Bolivariana; ambas profesoras de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Este articulo realiza una diversa recopilación de la terminología utilizada por múltiples autores y organizaciones sobre un tema en común, la salud mental en el trabajo. Y de manera implícita se puede realizar una ligera comparación de los conceptos, que no difieren mucho entre ellos. Plantean, en una problemática de preocupación, la inquietante actualidad laboral presente en diversos países como respuesta a un incremento de patologías, enfermedades y hasta suicidios vinculados directamente con el trabajo.  

Para ello, definen qué es, o cómo será entendida la salud mental. Se delimita, a grandes rasgos, como un estado de bienestar psicológico donde la persona es capaz de agenciar su vida en un entorno sociocultural, exhibiendo maneras de resolver de forma eficaz  circunstancias cotidianas, teniendo un adecuado dominio de su entorno. Al estar determinada por factores sociales, psicológicos y biológicos, las alteraciones de dichos indicadores como la pobreza y el bajo nivel educativo son un riesgo constante que afecta la estabilidad psicológica del individuo. La salud mental entonces no es la ausencia de patologías

El trabajo es una actividad de importancia para las personas, ya que según Dejours, juega un rol protagónico en la constitución del individuo y su identidad, constituyendo una forma de interacción social, más que una simple actividad que exige capacidades técnicas. Es un lugar donde se asumen roles y se deben llegar a acuerdos sobre la interpretación, exigiendo una movilización de subjetividad.

De acuerdo al coste simbólico que consume, se convierte fácilmente en un espacio generador de tensiones y malestares con capacidad de desestructurar la vida psíquica del sujeto. Las organizaciones, impulsadas por el ideal económico propio de una sociedad capitalista, están orientadas fundamentalmente a la rentabilidad, lo cual conlleva a una mayor exigencia del personal y a una dinámica despersonalizada hacia el trabajador. Creando, entonces, situaciones de insatisfacción, malestar, e incluso sufrimiento.

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