OBSESIÓN Y COMPULSIÓN Teorías de la neurosis

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OBSESIÓN Y COMPULSIÓN

Teorías de la neurosis

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Obsesión y compulsión

     En todas las psiconeurosis el control del yo se ha hecho relativamente insuficiente. En las compulsiones y obsesiones sigue en pie el hecho de que el yo gobierna la motilidad. Los derivados de los impulsos que han sido rechazados delatan su naturaleza de derivados de su carácter exagerado.  Su persistencia representa la energía de alguna otra idea impulsiva que ha sido rechazada y a la cual se halla vinculada por asociación.

     Más adelante esta atención toma un carácter obsesivo, o bien se desarrolla otra actitud obsesiva, de carácter positivo, irreconciliable en tal grado con la situación originalmente asegurada.

     Algunas ideas fóbicas adquieren carácter compulsivo por su mera intensidad. Las compulsiones son obsesiones que todavía se sienten como impulsos, también son derivados y su intensidad también expresa la intensidad de las pulsiones rechazadas.

Instinto y defensa en los síntomas compulsivos

     El fenómeno de la compulsión es una condensación de las fuerzas instintivas y las anti instintivas a la vez. El significado de defensa y de penitencia es mucho acentuado que en los síntomas de conversión.

     En algunos casos resulta evidente que las compulsiones ocupan el lugar de órdenes del superyó. La pulsión se expresa en el contenido ideacional y el superyó en el aspecto de mandato que la deformación ha impuesto al impulso primitivo. La masturbación compulsiva exenta de placer un acto sexual, no en procura de placer, sino con un propósito de castigo y de coarta miento de la sexualidad.

     A veces un síntoma que aparentemente no tiene ninguna vinculación con la masturbación, revela esa vinculación cuando es analizado.

     Un síntoma puede aludir a un acontecimiento perteneciente al pasado del paciente. Una alusión tal no puede ser entendida mientras no se conozca su contexto integro.

La regresión en la neurosis obsesiva

     En las neurosis obsesivas se encuentran constantemente ya sea tendencias a la crueldad, francas o encubiertas, ya formaciones reactivas contra las mismas. Con igual frecuencia encontramos en las formas más variadas impulsos eroticoanales y defensas contra los mismos.

     En la historia las ideas reprimidas permanecen inalteradas en el inconsciente y de ahí continúan ejerciendo si influencia. En la medida en que el complejo de Edipo constituye también la base de los síntomas obsesivos, esto es válido también para la neurosis obsesiva.

     La explicación de estas aparentes contradicciones debe ser buscada en el concepto de regresión. Se recibe la impresión de que los impulsos sadicoanales se han desarrollado a expensas de los primitivos impulsos edipicos fálicos. los impulsos edipicos genitales han ido perdiendo su vigor a medida que los impulsos sadicoanales se han ido fortaleciendo.

     El material clínico en que las ideas y los modos de conducta propios del nivel genital se encuentran mezclados con material sadicoanal es abunandante.

     El efecto inmediato de la regresión es doble. El acrecentado sadismo se combina con la hostilidad edipica dirigida al progenitor del mismo sexo e impone nuevas tareas defensivas al yo, toda gratificación sexual puede quedar unida tan sólidamente a las ideas temibles de castración, que finalmente lo único que resulta inconcebible sin lo otro.

Otros mecanismos de defensa en la neurosis obsesiva

     La alteración del carácter típica de la neurosis obsesiva no siempre se debe directamente a la regresión. Es causada también por el uso de otros mecanismos de defensa después de la regresión, como ser la formación reactiva, el aislamiento y la anulación.

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