Prevención al Tratamiento-Psicología de la Salud

Prevención al Tratamiento/ Psicología de la Salud

Todo esfuerzo que hagamos mientras aún estemos sanos para no enfermar o reducir algunas de las molestias de nuestra enfermedad, es una conducta de salud.  El método de aprendizaje  explicado por Bandura  en 1982,  puede ser utilizado para modificar o bien para cambiar los malos hábitos que amenazan a nuestra salud  por comportamientos más saludables. Es decir que los medios de comunicación, las campañas por el MINSA u otros grupos que aporten a la salud pública a través de las mismas, pueden provisionar información y estas ayudarnos a cambiar nuestra perspectiva de los síntomas  de algunas enfermedades e influir  en nuestros estados de ánimos. Por supuesto que los estados de ánimos y  creencias influyen, ya que estas justifican un poco mas algunos de nuestros hábitos, o sea que para  prevenir ciertas enfermedades y no tener que pasar por “tratamientos molestos” pero necesarios  debemos cambiar nuestros malos hábitos por conductas de salud.

Como parte de la prevención al tratamiento también se encuentra el hacer ejercicio, la meditación, dormir adecuadamente, una buena alimentación y balanceada, el fomentar la risa y el sentido del humor no solo hará que podamos compartir aun más con quienes nos rodean sino que también nos trae beneficios para nuestra memoria entre otro beneficios hacia nuestra salud. Seguramente para mucho esto puede ser un tanto estresante, y precisamente la forma en que manejes y abordes  dicho estrés marcara la diferencia. Tenemos que aprender a prevenir el factor estresante exterior, identificar nuestros pensamientos y cuestionarlos para saber cuál de ellos agravan la situación, y finalmente  debemos relajarnos  para que nuestro organismo no forme parte de la respuesta ante el estrés.

Bandura en el 1986 a través de su teoría cognitiva social deja al descubierto la demanda que tienen las personas o en  este caso los profesionales de la salud pública, el reconocer sus habilidades necesarias para realizar cierta conducta relevante como lo es la autoeficacia. Ahora bien, hay quienes somos amantes a los números, y hablando de ellos déjeme decirle que  probabilidad  es aun más baja para aquellos profesionales que no creen ser empáticos con sus pacientes, es decir que no lograra mejorar ni cambiar las conductas ni de comunicación ni de salud.

Finalmente queda decir que las ideas del profesional de la salud relacionadas a la enfermedad, la actitud hacia el paciente, y ciertas expectativas que pueda tener acerca del paciente pueden actuar más bien como un obstáculo en la prevención del tratamiento y durante el mismo.

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