En Qué Medida Los Tipos De Evaluaciones Revisadas Invitan A Interactuar Al Alumno, Al Maestro Y A Fortalecer El Aprendizaje (reflexión)

En el campo educativo, a menudo nos encontramos con la definición de evaluación, rápidamente viene a nuestra mente un sinfín de números, cantidades, porque desgraciadamente este es el concepto que se tiene respecto a la evaluación en la educación mexicana, en este tipo de evaluación se valora lo que el alumno logre acumular de información, se basa en parámetros para medir la acumulación y determinar de un puntaje al aprendizaje, hablamos de una evaluación cuantitativa en la que los número del 5 al 10 juega un papel importante para encasillar a nuestros alumnos como buenos o malos estudiantes.

Por las razones anteriores uno de los más grande retos de la educación es lograr una evaluación objetiva, en la que se verá reflejada los avances de nuestros estudiantes y de nosotros, como docentes, en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

En lo que a la RIEB concierne hoy se habla de una evaluación formativa, en la que se vea reflejado el avance de los estudiantes una práctica en la que podamos dar seguimiento y apoyo a nuestros alumnos, describir logros y dificultades para la articulación de saberes, apreciar el camino que sigue su formación y con base a ello orientar el logro de los aprendizajes esperados.

En este nuevo parámetro de evaluación se buscan evidencias que demuestren los cambios que se han realizado, antes, durante y después de las actividades de enseñanza; entonces al docente le corresponderá la revisión continua del avance de los alumnos, del grupo y de su labor docente, por medio de rúbricas, listas de cotejo, además que se propone la autoevaluación y coevaluación de los estudiantes.

Estos dos tipos de evaluación que se abordaron anteriormente (cualitativa y cuantitativa) no se confrontan, más bien es tarea del docente considerar la forma en que se deben realizar los diversos procesos evaluativos.

En conclusión se busca una evaluación objetiva, que parta de los avances de los estudiantes, deberá ir acompañada de fundamentos claros, evidencias que demuestren claramente la apropiación del aprendizaje de nuestros alumnos, hablamos de una evaluación diferenciada, reconociendo el logro de cada uno de los estudiantes, que si bien es cierto concluirá con una calificación, sin embargo, los nuevos lineamientos de la RIEB demanda una evaluación formativa y completa que servirá tanto para nuestros alumnos como para el docente.

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