Problemas de relaciones interpersonales

Y... ¿por qué se producen problemas en las relaciones interpersonales?

Los problemas surgen porque algunas personas se centran en sus propias opiniones, miradas, ideas, y sentimientos; abusan de los demás o pasan por alto aquello que los otros piensan, ven sienten, requieren o esperan. Descalifican y anulan la perspectiva ajena.

Son actores de la situación educativa que no respetan ni tienen en cuenta las necesidades ajenas, impiden la intervención creativa, tienen una mirada inmovilizante y centralizadora de la realidad, generan climas organizacionales estresantes, de “huida”, de distanciamiento, de aislamiento.

De estas personas podemos decir que sus acciones están guiadas por la dominación, la desconfianza o la baja confianza, y no prestan atención a las variaciones en la dinámica de relación que se “va dando”.

La cooperación está en la base de las relaciones satisfactorias; pero, cuando no se tienen en cuenta las necesidades complementarias, puede surgir el deseo de salir de esa relación de pseudo-cooperación, dando lugar, algunas veces, a un deseo de venganza, rebelión u oposición hacia la persona que no responde a lo pautado colaborativamente esto podría dar comienzo a acciones vinculadas con el reproche, el “desquite”, la agresión y la lucha por el dominio de la situación.

Cuando supervisores y directivos no propician la manifestación de la creatividad individual en el grupo, ponen de manifiesto egocentrismo, falta de consideración de ideas, percepciones y sentimientos de quienes están involucrados en la tarea, y ello conduce a que las personas con quienes se vinculan sientan que no hay esperanza para la solución de las necesidades y las problemáticas que las reúnen.

La dominación y el sentimiento de aislamiento que generan estos climas pueden llevar a que los demás dejen de luchar por sus metas, tanto personales como institucionales que quizá se sientan derrotados; puede que cese la comunicación, se use el silencio como “arma”, se pierda la confianza, se eleve el egoísmo y, finalmente, pueda “romperse” la relación, con su consecuente impacto en la tarea institucional. La confianza se ha perdido.

Recalcamos que estos rasgos predominantemente negativos, no son propiedad exclusiva de las relaciones entre supervisores y directivos, sino que son inherentes a toda relación humana, es decir, que se pueden dar con mayor o menor frecuencia y no se deben presentar inexorablemente.

Esta caracterización se basa en nuestro deseo de constituirlas en un medio para analizar las relaciones que pueden darse entre supervisores y directivos, para de este modo prever su aparición o elaborar estrategias y tender a la mejora del propio desempeño en las interacciones institucionales.

R. Harf y D. Azzerboni (2014) Construcción de liderazgos en la gestión educativa. Argentina. Novedades Educativas. pp. 117-118

...