Psicoanálisis freudiano

PSICOANÁLISIS FREUDIANO

1. ¿Qué elementos (conceptos) de la teoría de psicoanálisis (Freud) permiten realizar aportes positivos a la psicología?

La teoría psicoanalítica de Freud sostiene que la conducta está determinada en gran parte por el inconsciente, el cual contiene recuerdos, conocimientos, creencias, sentimientos, pulsiones -energías internas que provienen de las necesidades básicas, están relacionadas con el hambre, la sexualidad, la agresión y los impulsos irracionales- e instintos que no están presentes en la consciencia. Este no es observable de forma directa, por lo que se debe interpretar los sueños, fantasías y lapsus linguae para entender los procesos que orientan el comportamiento. Parte del inconsciente está formada por el preconsciente que contiene material que no está presente en la consciencia pero que se puede recordar con facilidad (Feldman, 2014). Por otro lado está el consciente que es una cualidad momentánea que caracteriza las percepciones externas e internas dentro del conjunto de los fenómenos psíquicos.

Según Freud la estructura de la personalidad tiene tres componentes que son el ello, el yo y el superyó. El ello se encuentra en el inconsciente, es la parte innata y primitiva de la personalidad, opera según el principio del placer. Desde el nacimiento, su propósito es reducir la tensión creada por las pulsiones primitivas y maximizar la satisfacción (Feldman, 2014). Cuando una pulsión se satisface a medias no hay placer, lo que lleva a la repetición de los actos en busca de una satisfacción total que no se consuma. Por otra parte, el yo se comienza a desarrollar poco después del nacimiento, opera según el principio de realidad. Este surge para equilibrar los deseos del ello y del mundo externo. En el yo la energía instintiva se limita para mantener la seguridad del individuo y ayudar a que la persona se integre a la sociedad. Por último, el superyó es la última estructura en desarrollarse, representa lo correcto e incorrecto para la sociedad, según el moldeamiento de los padres, maestros e individuos importantes para la persona. El superyó comprende la conciencia que impide que el sujeto se comporte de manera moralmente inapropiada y ayuda a controlar los impulsos del ello (Feldman, 2014).

Freud también planteó cinco etapas del desarrollo sexual en los niños, en las cuales encuentran conflictos entre las exigencias de la sociedad y sus propias pulsiones sexuales, cuando se presenta la imposibilidad de resolver los conflictos en determinada etapa se puede generar una fijación que persiste más allá del periodo del desarrollo en que se presentaron inicialmente (Feldman, 2014). En estas etapas el deseo de los niños se enfoca en diferentes partes del cuerpo, pasan del autoerotismo a la sexualidad reproductora y desarrollan sus personalidades adultas.

La primera etapa del desarrollo, la etapa oral, va hasta los 12-18 meses de vida, donde la boca es el punto focal de placer, el interés del niño es la gratificación oral -succionar, chupar, comer, morder-. De los 12-18 meses a los 3 años el niño entra en la etapa anal, donde la principal fuente de placer es la región anal, el niño experimenta gratificación al expulsar y retener heces, se debe diferenciar el placer orgánico de defecar del placer sexual consistente en retener las heces para después expulsarlas bruscamente. A los 3 años empieza la etapa fálica que va hasta los 5-6 años, en la cual el interés se enfoca en los genitales y en el placer de acariciarlos. Las diferencias entre la anatomía masculina y femenina se vuelven más evidentes. En esta etapa el niño pasa por el complejo de Edipo y llega a la identificación con el padre, donde quiere ser lo más posible como él imitando el comportamiento y adoptando ideas y valores similares. Alrededor de los 5 o 6 años el niño pasa al periodo de latencia que dura hasta la pubertad,  en este lapso el interés sexual pasa a segundo plano, los impulsos sexuales inaceptables son canalizados a niveles de actividad más aceptados por la cultura. Finalmente, desde la pubertad comienza la etapa genital, la cual va hasta la muerte. Aquí resurge el interés sexual, que antes era autoerótico y en esta faceta se busca satisfacer mediante la interacción de la actividad genital con personas del sexo opuesto -relaciones sexuales maduras- (Feldman, 2014).

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