Psicología siglo XXI
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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
PSICOLOGÍA GENERAL I
DESAFÍOS DE LA PSICOLOGÍA EN EL SIGLO XXI
Profesora: Alumnos:
Zulme Lomelli Ramírez, Alexander
V-26.439.666
Romero, Laura
V-27.478.101
Caracas, 18 de Noviembre de 2016
I. Introducción
En el siglo pasado, en donde la modernidad regía a la humanidad entera, los ámbitos y dinámicas establecidas a nivel social se podían planificar desde un comienzo hasta un final, obteniendo así una vida con un devenir planeado y previsto hacia la prosperidad, tanto a nivel individual como a nivel social. Pero, tomando en cuenta el tiempo transcurrido desde el siglo pasado hasta el tiempo presente del siglo XXI, se evidencia grandes cambios en los ámbitos y dinámicas a nivel social e individual, principalmente por la llegada de una inesperada etapa de la vida: la postmodernidad.
En la postmodernidad, a diferencia de la modernidad, ya nada es planificado, todo a nivel social e individual se ve envuelto en un cambio constante. La vida planificada desde el comienzo hasta el final de la modernidad, es reemplazada por un devenir cambiante que deriva a una vida de incertidumbre. Estos cambios sociales, han afectado el comportamiento del individuo, cambiando su forma de percibir, de pensar y de actuar en cuanto al desenvolvimiento de su vida en el entorno.
Haciendo una comparación entre el siglo XX y el presente siglo XXI, las ciencias sociales han adoptado una forma nueva, en la cual se busca lograr comprender y explicar sus estudios considerando los cambios ocurridos durante todo el desarrollo de la vida del hombre. De igual manera, los cambios constantes se siguen presenciando en los pocos años recorridos del presente siglo, los cuales además de la postmodernidad, son regidos por un fenómeno que es comprendido como globalización, el cual adopta en el mundo la forma de una única sociedad mundial global que se rige por el comercio y que exige al individuo ser competitivo y ganador. (Amar, 2001).
Específicamente la psicología, entendida como “el estudio científico del comportamiento y los procesos mentales” (Huffman, 2008, p.5), toma un papel fundamental en la presente sociedad; ésta debe estar preparada para los cambios a nivel social, y debe tomar en cuenta que a nivel individual se han cambiado las actitudes, las formas de enfrentar los problemas, las formas de recrearse, de valorar y darle sentido a la calidad de vida, y el desenvolviendo de la misma en el ambiente. Se debe estudiar la conducta y los procesos mentales a partir de los cambios que tienen impacto en el comportamiento, las emociones y los estilos cognoscitivos del hombre.
Según Berrío (2013), los psicólogos son “agentes catalizadores para aquellos que esperan que a partir de este saber disciplinar se les brinde la ayuda que requieren para enfrentarse a la novedad e incertidumbre que trae consigo este devenir” (p.1). Dicho esto se entiende que cada sujeto o paciente que acude a un psicólogo legitima y otorga a este profesional el poder de ayudar y orientar su vida hacia la prosperidad. Por ello el psicólogo debe crear nuevas formas de trabajo e investigación que se adopten en la dinámica de vida de cada individuo del siglo XXI, considerando que éste no es el mismo que hace cien años atrás, y que el actuar en el desenvolvimiento cotidiano va generando nuevas formas de pensar que derivan nuevas formas de comportamientos.
También se debe tener presente que la psicología no tiene un objeto de estudio claro delimitado, sino contrario a esto, la psicología consta de una “pluralidad” de objetos de estudio en los cuáles se estudia el comportamiento y los procesos mentales del ser humano según un respectivo enfoque psicológico (Lomelli, 2012). Esta pluralidad de objetos de estudio no ha afectado el sentido de la psicología, sino más bien ha ayudado al desarrollo de ésta disciplina desde varias perspectivas con el fin de estudiar y considerar la conducta y la mente humana como compleja.
La teoría de la complejidad, es una forma que se adapta al plano psicológico y comprende que la realidad de cada conducta es una conexión de eventos, “acciones, de interacciones, donde no existe una única causa para un fenómeno sino múltiples, de ahí la necesidad de una integración de las disciplinas y de una mirada que contemple la mayor cantidad de variables posibles” (García, 2011, p.1). Esto refiere a que la conducta no debe ser evaluada desde un solo punto de vista como la psicología, sino por medio de la complejidad la conducta puede ser estudiada con la intervención de otras disciplinas como la medicina, la pedagogía, la antropología, la neurociencia, la sociología, entre otros, con el fin de tener una concepción más acorde y clara del fenómeno estudiado, en este caso el comportamiento humano.
Debido a estos cambios constantes mencionados anteriormente que atañen a nivel social la vida de cada persona, por medio de la complejidad la psicología en el siglo XXI adopta nuevas formas que son válidas científicamente y que ayudan a cumplir con el estudio del objeto. Dos de estas innovadoras formas son: las neurociencias y la psicología positiva.
II. Neurociencias
Se entiende por neurociencias el conjunto de disciplinas científicas que estudian el sistema nervioso desde la bioquímica, la farmacología y la patología, y de cómo sus diferentes elementos interactúan dando lugar a las bases biológicas de la conducta (Kollo y Whishaw, 2006). Es decir, es el estudio del sistema nervioso de un área multidisciplinar que da alusión al paradigma de la complejidad.
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