Psicología social y comunitaria Identidad en jóvenes final 16-6
Enviado por fernandamb • 25 de Septiembre de 2016 • Apuntes • 1.658 Palabras (7 Páginas) • 291 Visitas
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Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales
Carrera de Trabajo Social
Psicología Social y Comunitaria
Comisión 2
Docente: Margarita Ussher
Año: 2016
Construcción de la identidad de los jóvenes del conurbano
Estudiantes:
- Alfonzo, Victoria - 32465029
- Ibañez, Adela -38859217
- Mendoza Bogado, Fernanda -30050777
- Naccarato, Julieta -38913100
- Quiroga, Cecilia -38319698
- Savia, Omar
Resumen
En un contexto de vulnerabilidad social se propone pensar el proceso de construcción de identidad en los jóvenes. Resulta necesario reconocer que interactúan dimensiones como la narrativa, la vincular, que incluye a las redes vinculares presenciales y no-presenciales. Todas las dimensiones operan como facilitadores, posibilitadores u obstaculizadores del desarrollo psicosocial de los jóvenes de Conurbano Bonaerense.
Palabras Claves:
Jóvenes, Identidad, Vulnerabilidad, Redes.
Introducción
El presente informe pretende comprender cómo construyen su identidad los jóvenes del Conurbano Bonaerense.
En el desarrollo se profundizara la temática entendiendo al joven como sujeto de derecho, destacando aquellas dimensiones que lo atraviesan y favorecen el desarrollo psicosocial de la personalidad en la etapa de pubertad y, a su vez, conciderando aquellas que lo dificultan, como el contexto de vulnerabilidad característico del segundo y tercer cordón del conurbano. Luego se expondrá qué rol y características poseen las redes en la vida cotidiana de los jóvenes y cómo lo expresan en sus narrativas.
Finalmente, se considera necesario reflexionar respecto de los espacios de participación de los jóvenes como potencial para su desarrollo. Presenta un desafío para las prácticas pre-profesionales de Taller.
Desarrollo:
El objetivo general del presente informe está vinculado a comprender el proceso de construcción de la identidad de los jóvenes del conurbano bonaerense; explorando la influencia de la comunidad en dicho proceso y caracterizando las redes vinculares en las que participan.
Se considera hablar de “jóvenes” ya que la noción implica una perspectiva integradora y abarcativa, tomando no sólo al grupo etario y biológico, sino que también teniendo en cuenta aspectos culturales, socio-históricos. Lo primero que hay que tener en cuenta es la mirada de “la y el joven” como seres en relación, como actores sociales inmersos en clases sociales, género, etc; es más que un grupo etario. Y poder comprenderlo desde una triple complejidad:
• Contextual: espacial e históricamente situado.
• Relacional: conflictos y consensos.
• Heterogénea: diversidad y desigualdad.” (Mariana Chaves, 2010, p.37).
La pubertad [1]de los jóvenes es un periodo primordial para el desarrollo psicosocial de la personalidad, el objetivo a alcanzar en esta etapa de la vida es: pasar de la heteronomía, a la autonomía en relación a las figuras parentales; la integración en el grupo de amigos como relación individual más íntima con quien compartir pensamientos y sentimientos; la preocupación incrementada por el aspecto corporal y desarrollo de la propia identidad. El joven percibe semejanzas en las interacciones sociales con otros que comparten las mismas condiciones de vida y establece diferencias con aquellos que ocupan posiciones diferentes.
La configuración de la identidad se puede analizar desde una perspectiva fenomenológica, da cuenta de la tensiones entre los condicionamientos sociales, entendido como el capital cultural social y económico de las familias de origen de los jóvenes; la identidad atribuida a los jóvenes en las redes vinculares en que se socializan y las identidades deseadas por ellos mismos; resulta oportuno mencionar que la formación de la identidad puede poseer algún aspecto negativo manifestado como un aspecto de rebeldía, conformándose mediante un proceso que suma todas aquellas identificaciones y fragmentos de identidad que el sujeto tuvo que interiorizar de su contexto como indeseables. Constituye un aspecto central poder relacionar las trayectorias en la historia familiar, las relaciones vinculares y los deseos de los jóvenes.
Las identidades requieren de contextos intersubjetivos para construirse. Dichos contextos aparecen como mundos familiares de la vida cotidiana. Esta realidad se presenta como objetivada, es decir, existe un orden de objetos que ya han sido designados antes de nuestra aparición en la escena social.
Las dimensiones de la personalidad surgen y se consolidan con una influencia decisiva del entorno familiar, condicionando o facilitando dicho desarrollo; se puede tomar la diferenciación entre identidad negativa, difusa, cerrada, en moratoria o lograda; destacando la importancia de la influencia de los modelos familiares y las interacciones de los jóvenes que contribuyen a la formación de la autoestima, de los rasgos estables de personalidad y la propia filosofía de vida que personifican los jóvenes.
El desarrollo o construcción de la identidad es considerado el hito más importante en esta etapa, todo joven necesita ser respetado y amado, y para ello necesita saber quién es. Él mismo se identifica a través de sus padres o los adultos de su entorno, pero necesita desarrollar su propia identidad y ser él mismo. Sentirse incentivado a participar de espacios que le permitan vivir con mayor plenitud, ser reconocido y esperado socialmente.
Posicionándose desde la “Doctrina del Humanismo o de los Derechos Humanos”, la cual busca garantizar y afirmar que el joven no es un enemigo; es un semejante vulnerable. Es un compañero de existencia y entonces cambia fundamentalmente la concepción. No se busca despersonalizar sino personalizar. Se prefiere hablar de vulnerabilidad como “expulsión” más que exclusión ya que alude a la dicotomía exclusión-inclusión donde se supone la existencia de otro que “excluye” y termina por culpabilizar al sujeto de la situación que atraviesa.
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