Que pasa en tu cabeza

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¿Qué pasa en tu cabeza?

UL -

Laura Mariana Ramón Chan | Psicología - Procesos Psicológicos Básicos | Entrega: 13 de Octubre de 2022

Capítulo 1 – Mundo Antiguo

Hace 10.000 millones de años o menos; los cráneos tenían signos de perforaciones. Aquellas operaciones no se hacían con bisturíes, láseres ni quirófanos. Todo con piedras afiladas, conchas, cristales y madera y con algunos restos arqueológicos nos mostraban que varias personas sobrevivían de dicha operaciones y los huesos de cráneo volvían a crecer y, en otros casos, orificios secundarios de operaciones secundarias.

Un dato curioso es que las craneotomías (trepanaciones de los huesos del cráneo) se realizaban para curar trastornos mentales y fuertes dolores y convulsiones cerebrales; se creían (por sus escasos conocimientos) que demonios habitaban en el cerebro.

Los egipcios (mediante jeroglíficos) se leía que había diferentes médicos para el tratamientos de determinadas partes del cuerpo; como una herida en la cabeza podría derivar problemas de la coordinación de los ojos y de las manos, tenía sentido como un daño en el sistema nervioso tendría consecuencias. Pero para ellos no era prueba suficiente, ya que para ellos el órgano más importante era el corazón quien gobernaba todo los demás porque registraba acciones como buenas o malas.

En el resto del mundo antiguo, Mesopotamia, India, China, trataban de curar como podían, acumulando conocimientos de enfermo a enfermo con remedios, hasta los ritos religiosos formaban parte de un método de curación. En Mesopotamia, las oraciones y ofrendas también son métodos de curación.

En China, desde la antigüedad se utilizan sustancias naturales se sigue utilizando para mejorar la circulación de la sangre y el metabolismo. Además, tener incidencia sobre el sistema nervioso central y reducir el estrés.

Sin embargo, el corazón seguía siendo más importante desde el Antiguo Egipto hasta China por su posición central dentro del cuerpo y que lo liga, de algún modo, a la actividad mental.

Hipócrates, quien se le considera padre de la medicina ayudó con lo llamado Corpus Hippocraticum (con ideas de Alcmeón). Eso quiere decir en latín, El cuerpo según Hipócrates donde, estudios llegaron a la conclusión que era el centro de control del cuerpo; el donde se origina la alegría, placer, felicidad, vivacidad, dolor, disgustos, tristeza y las quejas. A través de él, adquirimos el deseo y el conocimiento, vemos y sentimos y diferenciamos lo que está equivocado de lo que es correcto, alegrías y tristezas.

Pero en la Antigua Grecia, Demócrito y Platón creían en una triple alma; una residía en la cabeza y se asociaba con el intelecto y el otro en el corazón donde se asociaba la rabia, miedo, orgullo y al coraje y una tercera parte se encontraría en el hígado y los intestinos y regiría las pasiones más bajas como la libido, codicia y el deseo.

        El término de alma, tantos la filosofía como la mitología se referían para indicar algunas funciones biológicas o cognitivas de nuestro organismo y le daban tanta importancia como el cerebro. Se llegó a la conclusión que el alma racional se ubicaba en el cerebro y es donde razonamos y que una parte del cerbero está destinada al olor, sentir, etc. También facultades humanas como la imaginación, la cognición y la memoria son una inteligencia misma.

En el sentido de nuestra inteligencia y como nacen las ideas, Leonardo da Vinci nos tiene algo que decir; como el se conocía más por sus pinturas e inventos, pero también trabajó en cadáveres para encontrar un equilibrio en lo que observaba el, otras investigaciones y la doctrina tradicional, la de analizar el cerebro del humano (ventrículos/cavidades) con otros animales.

Otro profesor, el profesor Paul Broca, con un paciente en el 1861 tuvo la oportunidad de examinar el cerebro de un paciente que se descubrió con otros investigadores el abrir su cráneo y ver que había un daño en el cerebro y era probable que el daño bloqueo la función del lenguaje. De ahí se partió la historia de la localización de las funciones corticales.

Capítulo 2 – Dentro del cerebro

El cerebro consumo mucha energía (azúcar y oxigeno), como el 20% de nuestro cuerpo e incluso cuando dormimos, pero es necesario para las neuronas, ellas transmiten señales que llegan al cerebro y las células gliales con su apoyo (nutrir a las neuronas) y protección y nos ayudan a recuperarnos cuando hay algún “accidente” y con la mielinización que permite que los mensajes de comportamiento vayan más rápido.

Para que nuestro organismo funcione de manera adecuada también se utiliza lo llamado sinapsis, conexión de neurona a neurona y las neuronas con las células motoras para que nuestros músculos se muevan con rapidez.

Pero las neuronas no cargan solo señales eléctricas, sino también sueltan una sustancia (o sobre excitan)  a la célula para que tenga cambios (sinapsis) y ya no solo sobre excitan, si no tenga una respuesta inhibidora (regula o aumenta la sustancia hacia y para el cuerpo), de ahí están neuronas que cada uno tiene un papel; las que escuchan los sonidos, las que ven, las que inspiran los aromas, etc.

Ahora pasemos al siguiente; después del cerebro, veremos lo que es la médula espinal donde esta protegida con fibras nerviosas en su interior, es importante para su protección ya que, sin él, los mensajes de los órganos de los sentidos (músculos) no llegarían al cerebro y no se daría la orden dada.

Aquí entra la parte del cerebelo, donde aquí llega algunas informaciones de los órganos de los sentidos que se comparan con indicaciones sobre la posición, equilibrio y el movimiento. Luego el tálamo que recibe la información sensorial de distintos órganos y luego el hipotálamo, quien desarrolla funciones importantes como: controlar el hambre, la sed, los ciclos diarios de sueño y vigilia. Regula también la temperatura, las hormonas sexuales y el estrés.

Sobre cada oreja se encuentra la amígdala que, junto con el hipocampo constituye el sistema límbico. Son esenciales para la evolución de la supervivencia de nuestros antepasados, donde la amígdala se originan las reacciones instintivas para responder cuando hay alguna amenaza, para huir o para combatirla.

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