Resumen de nuevo mundo adulto y sus raíces en la infancia melanie klein
Enviado por Octoganger • 21 de Octubre de 2018 • Apuntes • 2.728 Palabras (11 Páginas) • 820 Visitas
el psicoanalista retrocede, por etapas graduales, hacia la infancia; por lo tanto me detendré primero en las tendencias fundamentales del niño pequeño. Los diversos signos de dificultades en el bebé -estado de rabia, falta de interés por el mundo circundante, incapacidad para tolerar frustraciones y fugaces expresiones de tristeza- solían explicarse antes en términos de factores físicos. Los hallazgos de Freud nos han ayudado a comprender la complejidad de las emociones infantiles y han revelado que los niños atraviesan por serios conflictos. Ello permite lograr una mejor comprensión de la mente infantil y de su relación con los procesos mentales del adulto.
La comprensión retrospectiva está basada en uno de los hallazgos cruciales de Freud, la situación transferencial, es decir, el hecho de que el paciente revive en su análisis y en relación con el analista, situaciones y emociones tempranas, diría incluso muy tempranas. Por lo tanto, la relación con el analista exhibe a veces, aun en los adultos, rasgos muy infantiles, tales como excesiva dependencia y la necesidad de una guía, junto con una desconfianza por completo irracional. La posibilidad de analizar niños muy pequeños me permitió obtener un conocimiento aún más directo de su vida mental, lo cual, a su vez, me llevó a comprender la vida mental del bebé. Gracias a la cuidadosa atención prestada a la transferencia en la técnica del juego, pude lograr una comprensión más profunda de las formas en que la vida mental - en el niño y, más tarde, en el adulto- sufre la influencia de las más tempranas emociones y fantasías inconscientes.
Ya basada en los fundamentos de la personalidad de Freud, Klein empieza a formar sus propias hipótesis,de que el niño recién nacido experimenta, tanto en el proceso del nacimiento como en la adaptación a la situación postnatal, una ansiedad de naturaleza persecutoria. La explicación es que el bebé, sin poder captarlo intelectualmente, vive de modo inconsciente cada molestia como si le fuera infligida por fuerzas hostiles. Si se le brinda consuelo sin tardanza -en particular calor, la forma amorosa en que se lo sostiene y la gratificación de recibir alimento- surgen emociones más felices. es dable observar que el bebé de unas pocas semanas ya levanta la mirada hacia el rostro de la madre, reconoce sus pasos, el toque de sus manos, el olor y el tacto de su pecho o de la mamadera que ella le da, todo lo cual sugiere que se ha establecido alguna relación, por primitiva que sea, con la madre. Sin embargo, el bebé no sólo espera alimento de la madre, sino que también desea amor y comprensión. En las primeras etapas, el amor y la comprensión se expresan a través del manejo del niño por la madre y llevan a cierta unicidad inconsciente, basada en el hecho de que el inconsciente de la madre y el del niño están en estrecha interrelación. La sensación resultante de sentirse comprendido y amado por la madre subyace a la primera, y fundamental, relación de la vida: la relación con la madre. Al mismo tiempo, frustración, molestia y dolor que, según sugerí, se experimentan como persecución, aparecen también en sus sentimientos hacia la madre, pues, en los primeros meses, ella representa para el niño la totalidad del mundo exterior; por ende, de ella llegan a su mente tanto el bien como el mal, lo cual conduce a una doble actitud hacia la madre, aun en las mejores condiciones posibles.
Es inevitable que la agresividad innata resulte incrementada por circunstancias externas desfavorables y, de manera inversa, que disminuya por obra del amor y la comprensión que recibe el niño; y esos factores siguen actuando a lo largo de todo el desarrollo. Pero, si bien hoy se reconoce ampliamente la importancia de las circunstancias externas, todavía no se atribuye a los factores internos su real significación. Los impulsos destructivos que varían de un individuo a otro, constituyen una parte integral de la vida mental aun en circunstancias favorables, y por lo tanto debemos considerar el desarrollo del niño y las actitudes del adulto como un resultado de la interacción de influencias internas y externas. Algunos bebés experimentan un profundo resentimiento ante cualquier frustración y lo demuestran al no poder aceptar la gratificación cuando ésta sigue a una privación.Si un bebé se muestra capaz de aceptar alimento y amor, ello significa que puede sobreponerse al resentimiento por la frustración con rapidez y, cuando se le proporciona una nueva gratificación, recupera sus sentimientos de amor.
Otra de las diferencias entre la teoría de Freud y Klein es que Melanie posiciona el ello, yo y superyó en diferentes etapas de la vida del bebé. Por ejemplo, Melanie las coloca mucho más temprano en la vida del niño: El yo existe y opera desde el nacimiento y que, además de las funciones mencionadas, tiene a su cargo la importante tarea de defenderse contra la ansiedad provocada por el conflicto interno y por las influencias del exterior.
Debemos a Freud y Abraham el gran descubrimiento de que la introyección y la proyección son de importancia fundamental tanto en las perturbaciones mentales graves como en la vida mental normal. Así como la teoría de introyección que subyace al superyó, y a una explicación de la relación vital entre el superyó, el yo y el ello.
la introyección y la proyección funcionan desde el comienzo de la vida postnatal como dos de las primeras actividades del yo, el cual, según mi criterio, actúa a partir del nacimiento. Considerada desde este ángulo, la introyección significa que el mundo exterior, su impacto, las situaciones vividas por el bebé y los objetos que éste encuentra, no sólo se experimentan como externos, sino que se introducen en el sí-mismo y llegan a formar parte de la vida interior. Es imposible evaluar la vida interior, incluso en el adulto, sin estos agregados a la personalidad derivados de la introyección continua. La proyección, que tiene lugar de manera simultánea, implica la existencia en el niño de una capacidad para atribuir a quienes lo rodean sentimientos de diversa clase, entre los que predominan el amor y el odio.
Es decir, el doble proceso de introyección y proyección contribuye a la interacción de los factores externos e internos, la cual continúa a través de todas las etapas de la vida. Del mismo modo, la introyección y la proyección persisten durante toda la vida y se modifican en el curso de la maduración, pero nunca pierden su importancia en la relación del individuo con el mundo circundante.
La proyección e introyección son descritos como fantasías inconscientes.Las fantasías -que se van tornando más elaboradas y se refieren a una variedad cada vez más amplia de objetos y situaciones continúan durante todo el desarrollo y acompañan todas las actividades; nunca dejan de desempeñar un papel
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