SEGAL, Hanna. "Introducción A La Obra De Melanie Klein". Pp. 71-84 RESUMEN CAPÍTULO V.
Enviado por karin_castillo • 30 de Mayo de 2013 • 1.333 Palabras (6 Páginas) • 1.906 Visitas
SEGAL, Hanna. “Introducción a la obra de Melanie Klein”. pp. 71-84
RESUMEN CAPÍTULO V.
LA POSICIÓN DEPRESIVA.
Karim Castillo M.
En los primeros meses de vida, los procesos de escisión, proyección e introyección, ayudan al bebe a manejar ansiedades y organizar paulatinamente su universo, esto es, ordenar su percepciones y emociones y a separar lo bueno de lo malo. El bebe tiene un objeto ideal y uno malo: ama y se identifica con el ideal, pero en cuanto al objeto malo, proyecta en él sus impulsos agresivos, sentidos estos como una amenaza para sí mismo y para su objeto ideal.
En condiciones favorables el bebe siente que tanto su objeto ideal y sus impulsos libidinales son más fuertes que el objeto malo, garantizando cada vez más su identificación con su objeto ideal. A esto se suma el desarrollo fisiológico de su yo, sintiéndose así más fortificado y capacitado para proteger al objeto ideal. Con un yo fuerte, sus propios impulsos malos se vuelven menos peligrosos y él es capaz de manejarlos dentro de sí, por ende disminuye la proyección de tales impulsos hacia afuera como la atribución de estos al objeto malo. El bebe tolera de mejor forma el instinto de muerte dentro de sí y decrecen sus temores paranoides; disminuyen la escisión y la proyección, y poco a poco puede predominar el impulso integrativo del yo y del objeto.
La estabilidad y continuidad de los procesos integradores del bebe dan pie a una nueva fase de desarrollo llamada posición depresiva. Melanie Klein la define como la fase en que el bebe reconoce un objeto total y se relaciona con dicho objeto. Se percibe en el bebe un cambio, pues él ahora reconoce a su madre y comienza a reconocer a otras personas de su ambiente (ej. padre). El bebe reconoce a su madre como un objeto total, no parcial; no sólo es capaz de ver su pecho, rostro, manos, ahora la ve como un todo. El pequeño se da cuenta de que sus experiencias positivas y negativas no proceden de un pecho bueno o malo o de una madre buena o mala, sino de la madre, que es la fuente de lo bueno y lo malo.
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El bebe reconoce a su madre como individuo con una vida propia y su relación con otros. Descubre cuan desamparado está, cuanto depende de ella, y los celos que esto le provoca. A medida que la madre se convierte en un objeto total, el yo del bebe se convierte en un yo total. La integración de ambos prosigue simultáneamente. Con la disminución de los procesos proyectivos hay una menor distorsión de los objetos y un mayor acercamiento entre el objeto malo y el objeto ideal. Al percibir a la madre como objeto total, el bebe puede recordar momentos en que ella le provoco frustración y otros en los que ella lo gratificó. El bebe puede distinguir claramente que es una persona en sí mismo, en sus sentimientos de amor y odio hacia una misma persona (su madre), enfrentándose con los conflictos de su propia ambivalencia. Es de aquí de donde nacen las ansiedades, y su motivo principal es que sus propios impulsos destructivos hayan dañado o lleguen a destruir al objeto amado de quien depende totalmente.
Se intensifican los procesos de introyección, dado que el bebe dependiente de su objeto teme que la independencia de este lo aleje, necesitándolo aún más y guardándolo dentro de sí, protegiéndolo en lo posible de su propia destructividad. Esta etapa comienza en la fase oral, en que el amor y la necesidad provocan el deseo de devorar. La superioridad de los mecanismos de introyección oral hace surgir ansiedad ante la posibilidad de que los impulsos destructivos dañen al objeto bueno externo y al objeto bueno introyectado. Como este objeto interno bueno forma el núcleo del yo y del mundo interno del bebe, surge en el bebe la ansiedad de poder ser el mismo el autor de la completa destrucción de su mundo interno. El bebe siente duelo y nostalgia por el objeto bueno que siente perdido, y siente culpa por haberlo destruído. Puede tras esto sentir desesperación,
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