¿Soy Bipolar?

Y tú, ¿eres bipolar?

Psic. Manuela Cabrera Castillo

¿Cuantas veces has dicho y/o escuchado la afirmación : «es o soy Bipolar»?

Generalmente esta aseveración tiene que ver con algunas variaciones ya sea en nuestro estado de ánimo, en las reacciones emocionales que presentamos, o bien en la toma de decisiones, sin embargo, estos cambios no implican que en realidad tengamos un Trastorno Depresivo.

¿Qué es entonces la Depresión?

El origen etimológico de depresión proviene del término latino depressio que, a su vez, procede de depressus (“abatido” o “derribado”). Se trata de una condición emocional, caracterizada básicamente por alteraciones del humor que hacen que la persona se sienta triste y desganada, experimentando un malestar interior y dificultando sus interacciones con el entorno.

¿Cómo saber si tengo Depresión?

Existen Manuales que permiten diagnosticar si se padece o no Depresión (DSM IV y CIE 10), en estos textos está la Clasificación de la Depresión y los Criterios Diagnósticos, que son las condiciones que deben estar presentes en las personas y así poder confirmar o descartar el trastorno.

La Depresión se encuentra en una categoría denominada Trastornos del Estado de Ánimo y se divide en:

• Trastorno Depresivo Mayor
• Trastorno Distímico
• Trastorno Depresivo no Especificado
• Trastorno Bipolar
• Trastorno Ciclotímico
• De inicio en el Posparto
• Con patrón Estacional

El Diagnóstico debe ser realizado siempre por un profesional, sin embargo existen señales que nos pueden alertar sobre la posibilidad de estar padeciendo algún tipo de depresión.

¿Cuáles son los síntomas que pueden indicar Depresión?

Va a depender del tipo de Depresión que se trate, no obstante,  se pueden observar, de manera general, los siguientes síntomas por un periodo mínimo de dos semanas seguidas:

• Sentimientos de tristeza, desgano y vacío.
• Pérdida de interés en las actividades mas placenteras para la persona.
• Trastornos de la alimentación, desde pérdida del apetito hasta comer en exceso.
• Trastornos del sueño, que incluyen insomnio, problemas para permanecer dormido, despertar muchas veces o dormir demasiado.
• Moverse de manera lenta, sentir el cuerpo pesado, o bien, intranquilidad.
• Sentimientos de culpa, impotencia e inutilidad.
• Falta de concentración, problemas de memoria y dificultad en la toma de decisiones.

• Disminución de la capacidad de concentración, de atención o de la memoria.
• Disminución injustificada del rendimiento laboral o académico.
• Dificultad para la toma de decisiones.
• Sensación de fatiga o pérdida de la energía sin causa que lo justifique.
• Disminución o pérdida del deseo sexual.
• Aumento del consumo de alcohol.
• Dolores físicos o quejas somáticas persistentes que no responden al tratamiento.
• Ideas acerca de la muerte y a veces de suicidio.

En la Bipolaridad los síntomas anteriores se alternan con euforia, irritabilidad, intolerancia, autoestima exagerada, delirios de grandeza, hablar demasiado, distracción, aceleración, dormir poco y el comportamiento puede ser hostil y llegar a ser violento.

Un tipo de Depresión poco conocido es la Distimia, en donde los síntomas son menos evidentes pero mas crónicos (permanentes), que en la Bipolaridad o el trastorno Depresivo Mayor y esto dificulta su diagnóstico, es probable que se confunda con “apatía”, “indiferencia” o “flojera”. Estos rasgos pueden convertirse en parte de la experiencia cotidiana y quien la padece puede referir “yo siempre he sido así”, “esta es mi forma de ser”. A su vez la gente que lo rodea es común que comente “no puede porque le falta fuerza de voluntad”. Por lo cual es importante revisar las causas, cuando se observa modificación de los patrones habituales.

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