Tema: Aula escolar: niño flojo.

INTRODUCCIÓN

Hoy en día para muchos jóvenes al preguntarles ¿qué es para ti la escuela?, muchos contestan: aburrimiento, perdida de tiempo, profesores aburridos, o malos maestros, no me sirve de nada, etc.; estos comentarios que responden los jóvenes, reflejan el grado de desinterés hacia la escuela, debo  decir que a causa del posible plan educativo, o los mismos maestros hacen que el alumno se encapsule en un mundo donde cree que la escuela solo es una perdida de tiempo, mismos que al no sentirse satisfechos de esto optan por tomar la decisión  por desertar.

Sin embrago la escuela se ha caracterizado por ser una institución, la cual tiende a enseñar para que los niños y jóvenes, por medio de un profesor o docente en un aula escolar aprendan diversos conocimientos, pero en el aula escolar se pueden mostrar la relaciones existentes entre profesor-alumno, mismas donde entra mi juicio e inquietud de ¿cómo se establecen estas relaciones?, ya que los maestros en el ámbito educativo llegan a mostrarse como jueces a calificar el aprovechamiento escolar de sus alumnos, y comienza la categorización de ellos, como lo es los NIÑOS FLOJOS..

Esta etiqueta, juicio o calificativo que muestra el profesor ante su alumno, es por que posiblemente el vio en él,  que es un alumno que trabaja poco, se cansa rápido, muestra cero intereses y no tiene ninguna expectativa, que muestra un mínimo esfuerzo por la escuela, pero debemos de entrar en esa línea divisora  de llamarlos así, aun no tenemos la respuesta de que pasa con el joven, por lo tanto en el siguientes líneas tendrán por objetivo, realizar una mirada a conocer esta etiqueta muy popular en las escuelas; conocer las causas por las cuales se ha dado, de igual manera tratare de mostrar como son las relaciones entre el alumno- profesor, desde una perspectiva psicoanalista, y retomare aquellas características que definen a el alumno flojo. De igual manera tomare en cuenta fragmentos de un soliloquio de un estudiante, mostrando como es lo que siente y percibe en la escuela. Finalmente todos hemos pasado por un gran recorrido de escolaridad, donde yo misma me he preguntado ¿qué es la escuela?, ¿hacia donde me dirige?, muchos encuentran razones satisfactorias para responderse y continuar, pero aquel estudiante que se muestra solo y que aunado a ello tiene etiqueta de alumno flojo, tiende a tener una  deficiente respuesta, poco clara para él, por consecuente llega al fin de esta historia, al final de la escuela, al final de seguir siendo un estudiante.

AULA ESCOLAR: RELACIÓN DEL PROFESOR Y EL ALUMNO ETIQUETADO COMO FLOJO.

El futuro del mundo depende del aliento de los niños que van a la escuela.

“EL TALMUD”

L

a escuela es un lugar donde se enseña para que generalmente el alumno aprenda, pero ¿Qué aprende el alumno?, nuevos conocimientos de las cosas y de esta realidad cambiante que le permitirá tener esas “habilidades” que muchos llaman así para salir adelante. Por lo tanto hay que observar que el clima del aula es una dimensión donde se aprecian las relaciones que los alumnos y profesores establecen entre sí, donde el actuar de los alumnos y el del profesor despliega conforme a una serie de normas, hábitos comportamentales, rituales, prácticas sociales; los cuales son constituyentes de nuevos patrones socio afectivo de acción (Ascorra, Arias, Graff, 2003).

 Por lo tanto estas interacciones entre los alumnos y profesor son determinantes del clima del aula, mismas que determinaran la posibilidad de que la escuela sea significativa por el alumno como una experiencia positiva, que depende como ya lo he mencionado y lo recalco, del ambiente que logren crear el alumno-profesor, que donde el profesor no puede llegar a mirar aquella realidad que al clasificar a los niños, les da una etiqueta que pueden seguir siendo guiada por sus compañeros, y que en el alumno flojo puede traerle consecuencias hacia su persona y puede llegar a sentirse poco  hábil, poco inteligente para aprender.  Pero pareciera que esta clasificación es basada en diversas actitudes del profesor; como algunos les gusta enseñar o les agrada los niños,  de igual manera están las habilidades; como por ejemplo algunos profesores están muy preparados profesionalmente y saben mucho, son organizados, pero estos  ejemplos que podrían ser poco razonables, son la serie de diferencias representante de la forma en que los profesores difieren en su conducta hacia los alumnos de alto y bajo rendimiento.

 Regresando a la jerarquización que se puede observar del profesor hacia sus alumnos, es por que se quiere  mostrar la autoridad que él  quiere llegar a imponer para generar disciplina, pero ¿eso es lo que en verdad busca el profesor? generar esa imponencia de que él sabe más que el alumno, y que el alumno debe regirse a la forma de trabajo del profesor, pero no hay que olvidar que el alumno siempre esta  sentado recibiendo la información del profesor, en espera de que el mismo profesor acepte los comentarios o participaciones, para que el alumno exprese lo que piense.

 No hay que olvidar que la escuela es un lugar donde “el niño confronta por primera vez lo propio con lo socioculturalmente y allí suelen aparecer las primeras fracturas”, estas fracturas son las mimas que se manifiestan en la relación de profesor -alumno, puesto que  se observan anotaciones como lento para aprender, no habla, no colabora, palabras que producen daños psíquicos entre estos jóvenes y que muestran el fracaso individual (Bastittini, sin año), se comprende pues porqué numerosos profesores se ven limitados a comprobar amargamente que esos niños que tienen ante sí “ya no son alumnos”, “ya no escuchan” y si no escuchan ya no hablan, porque tienen enormes dificultades para integrarse en el hilo del discurso que distribuye, alternativamente, el lugar de cada uno: el que habla y el que escucha (Dofour, 2009 ).

El fracaso al que me he referido anteriormente; el sentirse inferior por no poder logar aprender, pretendo concientizar que el objetivo del profesor debería enseñar bajo la idea de que todos y cada uno de sus alumnos son diferentes, y que si uno muestra poco interés, que no trabaja, no participa; no optar por establecer esas categorías que podrán generar un desequilibrio en la convivencia de los alumnos y ellos de igual manera tomaran ese papel de jueces para alejarse de sus compañeros en especial aquel niño flojo.

Como lo menciona Batisttini (sin año), hace hincapié a que los niños reaccionan a las expectativas que proponen en ellos sus maestros y amoldan  su rendimiento a ese espejo, por eso el docente debe tomar conciencia del ser humano que esta centrado en su pupitre y comunicarle que uno espera lo mejor de él. Porque no se nace siendo un buen o malo alumno, si no que las oportunidades educativas son disparejas para algunos jóvenes y también las expectativas puestas para ellos. Es por ello que yo espero,  que el sistema educativo  dejara de pretender patrones iguales en cuanto al logro de las expectativas de aprendizaje de sus alumnos para abrir otro espacio, otras habilidades, teniendo en cuenta las diferencias individuales y favoreciendo sus potencialidades de cada alumno.

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