Trastorno Opocisionista Desafiante Tratamiento del trastorno de oposición desafiante

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Tratamiento del trastorno de oposición desafiante

El documento “tratamiento del trastorno de oposición desafiante” de E. Rigau-Ratera, C. García-Nonell y J.Artigas-Pallarés, publicado en el año 2006 por la Revista de Neurología en Barcelona, España; Plante dos estrategias utilizadas que han dado resultados en el tratamiento de personas con el trastorno de oposición desafiante, principalmente en niños; y su vinculación con aspectos de la vida de estos niños haciendo énfasis en que no es el niño quien desea tener las conductas disruptivas sino en su mayoría hay otro componente emocional y/o social que los hace actuar de una manera determinada, la cual no siempre es la adecuada.

Mencionan una relación entre el trastorno de oposición desafiante (TOD) y el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la cual estoy de acuerdo con que puede existir una comorbilidad entre ambas, sin embargo comparto la idea de que una desvincula la otra, por el hecho de que son dos patologías distintas las cuales por otros factores podrían desencadenar la una o la otra; como lo plantea el estudio mencionado en el documento, en el cual hicieron un seguimiento 89 niños hiperactivos, en el cual hubo un grupo control; en el cual uno de los resultados mas relevantes fue que la única asociación de comorbilidad fue la personalidad antisocial.

Una de las pautas que me pareció mas interesante y allegada es el hecho de que estos trastornos muchas veces tienen una relación con un incorrecta adquisición de funciones ejecutivas, tan importantes en el desarrollo de las personas, ponen gran importancia en la memoria de trabajo la cual estoy de acuerdo con que es el componente nuclear de las funciones ejecutivas, y con el hecho de que si hay un déficit en las funciones ejecutivas esto afecta directamente el la capacidad de responder de una manera adaptativa al entorno o a las directrices del adulto; por lo cual el niño tiene dificultad para discernir las consecuencias y tiene conductas repetitivas las cuales no puede asociar con un estímulo negativo que le impida repetirla.

Para la intervención conductual se plantea como primer paso el diferenciar si la conducta se esta dando por el proceso natural de desarrollo el cual únicamente requiere de una intervención educativa por parte de los encargados, o se trata de un caso de TOD; lo cual me parece adecuado e importante de destacar ya que comparto la idea de investigar a fondo antes de etiquetar.

Por otro lado el documento comparte dos enfoques para el tratamiento del TOD, el enfoque conductista (desafiant children adaptado por Barkley) y el enfoque cognitivo (CPS), el primero me parece acertado en el proceso en el cual el niño recibe consecuencias positivas y negativas  según el caso y no solo negativas cuando tiene una conducta inadecuada; sin embargo el segundo me parece mas estructura en el hecho que los padres o responsables tienen como herramientas los “cestos” los cuales los ayudaran a  reconocer la conducta y a elegir la mejor manera de corregirla para que esto se vuelva verdaderamente significativo para el niño.

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