ADOLESCENCIA, SALUD FÍSICA Y MENTAL
Enviado por mujerdoctor • 16 de Octubre de 2014 • 1.993 Palabras (8 Páginas) • 1.385 Visitas
ENSAYO
ADOLESCENCIA, SALUD FÍSICA Y MENTAL
INTRODUCCIÓN
La adolescencia es esencialmente una época de cambios. Trae consigo enormes variaciones físicas y emocionales, transformando al niño en adulto. En la adolescencia se define la personalidad, se construye la independencia y se fortalece la autoafirmación. La persona joven rompe con la seguridad de lo infantil, corta con sus comportamientos y valores de la niñez y comienza a construirse un mundo nuevo y propio. Para lograr esto, el adolescente todavía necesita apoyo: de la familia, la escuela y la sociedad, ya que la adolescencia sigue siendo una fase de aprendizaje.
México cuenta con un total de 12.8 millones de adolescentes entre 12 y 17 años de edad en 2009, de los cuales 6.3 son mujeres y 6.5 son hombres. El 55.2% de los adolescentes mexicanos son pobres, uno de cada 5 adolescentes tiene ingresos familiares y personales tan bajos que no le alcanza siquiera para la alimentación mínima requerida. En 2008 casi 3 millones de adolescentes entre 12 y 17 años no asistían a la escuela. Del total de niños y jóvenes que no asistían a la escuela, correspondían a este grupo de edad 48.6% de hombres y 44.1% de mujeres.
Dejar la escuela antes del tiempo establecido significa el riesgo de continuar el aprendizaje predominantemente en las calles. Con esto, las capacidades y oportunidades de los adolescentes se ven recortadas de manera drástica, y sus riesgos de salud aumentan. La mayoría de ellos además estará condenada a vivir en situación de pobreza.
PROPÓSITO. El propósito de este trabajo tiene como finalidad el de recopilar, información fidedigna para el adolescente y con ello contribuir en la creación de hábitos de vida, también se pretende que el adolescente conozca los beneficios de una buena salud mental y física, realice prevención para propiciar una intervención oportuna y evitar riesgos innecesarios en esta etapa tan importante de la vida, donde los chicos y chicas están en plena madurez y en la búsqueda de su propia identidad.
DESARROLLO Y ABORDAJE
“ Muchos problemas de salud pueden prevenirse ya que son producto del estilo de vida o la pobreza, desafortunadamente los adolescentes de familias con menos posibilidades económicas manifiestan síntomas como: dolores de cabeza, de espalda y de estómago, nerviosismo, cansancio así como sentimientos de soledad y depresión de manera más frecuente, contrastando con los adolescentes de familias más acomodadas que suelen tener dietas mas sanas y mayor actividad física” (Mullan y Currie, 2000).
Indudablemente que el ejercicio, o la falta de él, influye en la salud física y mental. Sus beneficios incluyen mayor fuerza y resistencia, huesos y músculos más sanos, control del peso, disminución de la ansiedad y el estrés así como mejora de la autoestima, las calificaciones escolares y el bienestar. También disminuye la probabilidad de que el adolescente participe en conductas de riesgo. Incluso la actividad física moderada ofrece beneficios para la salud si se realiza con regularidad por lo menos 30 minutos al día. Un estilo de vida sedentario puede tener como resultado un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo II, dos problemas que son cada vez más comunes entre los adolescentes.
Otro aspecto importante es la privación de sueño, y se dice que entre los adolescentes se ha convertido en una epidemia, (Hansen, Janssen, Schiff, Zee, y Dovucovich 2005).
“A medida que crecen, los niños suelen ir a la cama más tarde y duermen menos los días en que acuden a la escuela. El adolescente promedio que a los nueve años dormía más de diez horas por la noche a los 16 duerme menos de 8 horas (Eaton et al., 2008; Hoban, 2004). En realidad, los adolescentes necesitan tanto sueño o más que cuando eran más jóvenes (Hoban, 2004; Iglowstein et al., 2003). Dormir más los fines de semana no compensa la pérdida de sueño durante la semana escolar” (Hoban, 2004; Sadeh, Raviv y Gruber, 2000).
El patrón de ir tarde a la cama y dormir de más en las mañanas puede contribuir al insomnio, un problema que suele empezar en la niñez tardía o la adolescencia (Hoban, 2004). Además, la privación de sueño puede minar la motivación y ocasionar irritabilidad, además de afectar la concentración y el desempeño escolar. Una buena nutrición es importante para apoyar el rápido crecimiento y establecer hábitos alimentarios saludables que se prolonguen en la adultez. “En todo el mundo la mala nutrición es más frecuente entre las poblaciones económicamente deprimidas o aisladas, pero también puede ser resultado de la preocupación de la imagen corporal y el control de peso” (Vereecken y Maes, 2000).
Uno de los primeros problemas de nutrición que nos ocupa, es la obesidad. Las niñas y niños de origen mexicano son más propensas al sobrepeso que los adolescentes blancos no hispanos (Hernández y Macartney, 2008; NCHS, 2006; Ogden et al., 2010).
Ellos están en mayor riesgo de hipertensión y diabetes además tienden a convertirse en adultos obesos, sometidos a diversos riesgos físicos, sociales y psicológicos. La genética y tener padres obesos pueden incrementar la probabilidad de obesidad en el adolescente y, por lo menos en las niñas provoca síntomas depresivos. (Morrison et al., 2005; Stice, Presnell, Shaw y Rodhe, 2005).
En ocaciones le no querer subir de peso, puede provocar problemas más graves que el mismo sobrepeso y la preocupación por la imagen corporal puede conducir al adolescente a realizar esfuerzos obsesivos por controlar el peso. Este problema es más común en las niñas que en los niños y en ocaciones nada tiene que ver con un sobrepeso u obesidad real.
Ejemplo de ello son la anorexia nerviosa o bulimia nerviosa, donde la adolescente puede presentar una preocupación excesiva por la imagen corporal y el control de su peso. Algunos de los factores de riesgo que presentan los jóvenes son: ser perfeccionista, ser mujer, haber experimentado ansiedad en la niñez, tener padres preocupados por el peso e imagen, haber sufrido problemas alimentarios y gastrointestinales en la niñez temprana.
En la anorexia y bulimia pueden presentar síntoma tales como: uso inapropiado de laxantes, enema y diuréticos, atracones, ir al baño justo después de comer, ejercicio compulsivo, boca seca , depresión, caries
...