AMOR: VIDA Y MUERTE

Ensayo AMOR: VIDA Y MUERTE

Posiblemente ver desaparecer la vida sin esperar renacer de lo incurable y terminal, así sea por petición propia, de un familiar o por determinación de algún profesional de salud para evitar el sufrimiento de un paciente, pone en práctica decidir la muerte digna de una persona, instala la negación del bien.

A propósito, en la película Amor de Michael Heneke, se plantea la eutanasia, en forma de suicidio o de homicidio eutanásico, orientada a acelerar la muerte del disminuido terminal, a fin de evitarle más sufrimientos. Empero Hipócrates instauró el juramento que prohíbe a la práctica médica llevar a cabo cualquier acción que termine con la vida del paciente, dado que la labor médica es proteger y salvar la vida humana a cualquier costo.

Es más, en la actualidad, la vida humana elabora una idea esencial: cada ser humano es único e irrepetible, valioso por ser y vivir; construir una vida se necesita un hombre, una mujer, un óvulo y un espermatozoide, y el proceso estaría casi completo si se aporta un si lo quiero o no lo quiero, aborto legal.

Así las cosas, la eutanasia supone un acto social, ya que no hay luz de esperanza posible cuando el sufrimiento y el dolor impiden la buena vida del enfermo es terminal.

En suma, mientras que no sea posible aliviar el dolor físico y mental con medios técnicos y tecnológicos, así haya cercanía de los seres queridos, de ayuda espiritual y afectiva, que el paciente no perciba consciencia por su estado terminal, es mejor aceptar esa muerte digna: es justo acompañar al enfermo terminal siempre en su decisión tanto de vida como de muerte.

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