Actitudes, Cambio De Actitudes Y Procesos De Influencia.

Introducción: Todas las personas tenemos diferentes puntos de vista y formas de pensar en ciertos aspectos, por ejemplo, el aborto y temas de religión. A esta clase de puntos de vista se les conoce como actitudes. En varios estudios de las actitudes es importante para la retención y comprensión de una conducta social humana por razones que mencionaré enseguida.

Las actitudes son importantes cuando uno obtiene nuevos conocimientos por que los seres humanos razonamos, relacionamos y asimilamos la información que proviene de un mundo de dimensiones evaluativas. También tienen varias funciones importantes a la hora de responder, buscar y procesar.

Otra cosa importante es que pueden guardar estrechas relaciones con nuestra conducta por lo que mientras más conocimiento y experiencia de nuestras actitudes permitirá realizar varias predicciones más precisas sobre los cambios de la conducta social humana. También permiten conectar el contexto social en el que vivimos con la conducta individual o de otra forma que nuestras actitudes reflejan las normas, valores y preferencias que mandan en los grupos de las organizaciones a las cuales pertenecemos.

Varios cambios en la actitud de la gente pueden llegar a cambiar el contexto y si las actitudes de un número grande de personas cambian lo más probable es que las normas sociales cambien. Y por último la investigación de las actitudes permite interactuar con otras áreas de investigación. El estudio del prejuicio puede enfocarse como el estudio de algunas actitudes negativas, también el estudio de la autoestima puede referirse como el estudio que tenemos de nosotros mismos como personas.

Desarrollo: Las actitudes tienen que ver con los juicios evaluativos que realizan las personas en las dimensiones que consideramos buenas o malas. La evaluación de varios estímulos de cualquier entorno nos permite reconocerlos y saber que conducta tomar, por ejemplo, no nos acercamos a algo que no nos gusta y a lo que nos gusta sí. La consecuencia de las actitudes juegan un papel importante a la hora de dirigir la atención, conducta y pensamientos de las personas que participan a satisfacer las necesidades psicológicas fundamentales de nosotros, como el tener conocimientos y control sobre nuestro ambiente y mantener el equilibrio y sentido interno, ser aceptado por los demás y sentirnos bien con nosotros mismos. Aunque existen diferencias culturales e individuales, todos solemos a juzgar los estímulos del entorno en las dimensiones evaluativas. De hecho cuando nos exponen o evocamos cualquier estimulo, regularmente respondemos de forma actitudinal. Las actitudes se pueden generar en ese mismo instante y mantenerse posteriormente a través de una multitud de mecanismos psicológicos.

En algunos casos las actitudes forman a partir de las creencias de nosotros en relación con el objeto de la actitud, creencias que pueden tener diferentes significados, como puede ser la deseabilidad, probabilidad y las expectativas. Y en la validez pueden ser creencias que se mantienen con más seguridad que otras. En otros casos las actitudes se forman a través de procesos algo sencillos basados en la familiaridad con un objeto que un ejemplo puede ser la mera exposición y sus correspondientes asociaciones de otros estímulos como que puede ser el condicionamiento clásico.

Y por último las actitudes también se pueden adquirir a partir de la observación de nuestra propia conducta en relación al objeto de la actitud. Nuestra forma de actuar con el objeto de actitud nos permite informar directamente nuestras actitudes, un ejemplo puede ser la autopercepción, también puede ser indirectamente y entonces influye en cómo podemos llegar a sentirnos, un ejemplo puede ser la disonancia cognitiva, en como pensamos que puede ser el sesgo de búsqueda o el cómo penamos sobre lo que estamos pensando que puede ser la autovalidación.

Las actitudes son iguales a la hora de influir

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