Actividad 1: Francisca

Francisca Guichandut Regal

Prof. Fernanda Ronconi

Actividad 1:

Francisca

La sexualidad forma parte de la salud integral y de la personalidad de todo ser humano tanto para nuestro desarrollo físico como emocional.

Nuestra identidad sexual refleja cómo nos vemos a nosotros mismos, nuestros deseos, fantasías, etc. Hay ilimitadas formas de las cuales podemos encarar el tema y personalmente lo quería encarar hablando sobre mi trayectoria  desde mi infancia  y como me fui sintiendo con eso.

Desde muy chica que  soy una persona “ todo terreno”;  siempre me gusto mucho hacer deporte,  hacer actividades al aire libre y todas esas cosas más aventureras  que,  por lo general, las hacía con mi grupo de amigos varones. Me gustaba vestirme con bermudas, usar remeras de futbol  y solía estar despeinada todo el tiempo.  Pasaba mucho tiempo con ellos, capaz jugábamos a juegos más bien “brutos” que con mi grupo de amigas no solía jugar,  pero que por otro lado también me gustaba  jugar a veces con ellas a otras cosas como a las muñecas, a la maestra, a hacer experimentos, entre otras cosas.

Cuando jugaba con mis amigos, ellos siempre me hicieron sentir más que cómoda e incluida,  pero creo que el problema y/o mi incomodidad empezó en la escuela primaria cuando las profesoras de educación física, preceptoras o  diferentes maestras no dejaban que las chicas juguemos al futbol, “mata sapo” o cualquier tipo de juego con los chicos porque era algo muy “bruto” y que no se podía.  

“Es un juego muy bruto…” “ No podes jugar a esto porque sos muy bruta y tenes mas fuerza que tus compañeras…” “Es un juego de chicos…” “Las chicas vayan a jugar al voley y los chicos al fútbol…”

Todas esas eran cosas que me comenzaban a decir y que a mi no me hacían sentir bien. Qué interesante estos que contás Fran. Sobre todo para analizar en qué momento y cómo comienza a operar con más fuerza sobre nuestros cuerpos la vigilancia del género. Si bien muchas veces nuestros mismos pares son quienes nos marcan qué deberíamos hacer o no hacer, en tu infancia tu grupo de amigues significó un espacio de libertad; en cambio las adultas, en el marco de una institución, comienzan a intentar disciplinar lo que puede un cuerpo. Incluso cuando tu cuerpo y tu deseo querían y podían ir más allá, la vigilancia de género se instalaba como algo limitante: no crezcas, no te desafíes, no aprendas.

Luego al pasar de los años me comenzaron  a resbalar la mayoría de esos comentarios hasta que me empezaron a llegar otros como:

“Ay que brazos tan marcados tenes, pareces un luchador”

“Tenes mas fuerza que Pedro, qué onda?”

Desde siempre que tengo un cuerpo tonificado tanto las piernas como los brazos y ese tipo de comentarios fue el que me hizo comenzar a sentirme insegura con mi apariencia. Esto lo podemos relacionar con los estereotipos que impone la sociedad todo el tiempo ya sea  para el hombre; que tiene que ser alto, musculoso, con una personalidad “fuerte”, como para la mujer;  que tiene que ser flaca, con tetas,  culo, sexy  y con actitudes “femeninas”.

Es el día de hoy que comentarios como esos o como muchos otros, a veces hasta comparándome con alguna otra chica,  me siguen llegando. Por suerte ya no les doy tanta importancia y suelen no molestarme, pero que a mi me resbalen no significa que haya que seguir haciéndolos o que a todo el mundo les sean indiferentes. Totalmente de acuerdo. Has podido desarrollar herramientas para que no te condicionen, pero eso no significa que no sigan operando en algún lado, incluso inconscientemente. Sobre todo porque se trata de señalamientos que intentan hacerte encajar en modelos normativos en los que los criterios a seguir son absolutamente arbitrarios.

Como me pasa a mi, le pasa a muchas chicas por no decir todas. Es algo que personalmente pienso que como sociedad lo tenemos que cambiar entre todos, quemar estos estereotipos y entender que  tener físicos diferentes entre nosotros no nos hacen ni  van a hacer  mas ni menos hombres omujeres, buenos o malos , lindos o feos, etc.

En conclusión, siento que  la ESI debería estar más presente entre toda la socie dad en todos los ámbitos,  ya que como decía en el texto “toda educación es sexual”. Perfecto Fran. Al leerte puedo darme cuenta de que has entendido esa expresión cabalmente.Lo que las profes de educación física hacían al decirte esas cosas también era educación sexual, sólo que desde una perspectiva disciplinadora, que no deseamos. La perspectiva de la educación sexual integral sí se posiciona desde una persperctiva de género que busca visibilizar y desarmar todos los condicionamientos que se bsucan imponer sobre nuestros cuerpos e identidades, para que seamos, aunque suene un poco clishé, libres.

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