Amigonianos

LA IMPORTANCIA DE HABLAR DE IDENTIDAD AMIGONIANA EN LA ACTUALIDAD

La pedagogía Amigoniana ha considerado al hombre como un proyecto de amor cuyo objetivo es contribuir al crecimiento y maduración desde el amor, la felicidad, el carisma, la simpatía, la pedagogía, la importancia de la persona no de sus actos, la esperanza de esperar entre otros. Aspectos importantes a tener en cuenta en nuestra actualidad que atraviesa por diferentes crisis desde la pérdida de valores, la pobreza, inequidad, exclusión, violencia intrafamiliar, abuso sexual, alcoholismo, drogadicción, madresolterismo, separación de los padres, enfermedades crónicas de alguno o de los dos padres, enfermedad mental o disturbios emocionales de los padres, delincuencia y/o prisión de los padres, así como el elevado número de hijos (as) en una familia factores que disminuyen las capacidades de las familias e inciden en la violación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en contextos familiares y sociales. Dichas condiciones debilitan las relaciones de los niños, niñas y adolescentes hacia los grupos convencionales como pueden ser la familia, la sociedad, la escuela y le induce a crear vínculos con otros grupos en los que va encontrando eco a su desintegración y en donde se refuerzan conductas desadaptativas conllevando así a un circulo de agresión con ellos mismos y al entorno que los rodea. He aquí la importancia de la filosofía y pedagogía amigoniana ya que estas son características que evidenciamos en nuestras instituciones y la importancia del actuar de los educadores bajo caracteres de misericordia, sacrificio y servicialidad, confiando en el cambio de comportamientos y transformación de proyectos de vida y siendo mediadores en el que hacer y hacerse de la vida, conociendo y dándose a conocer a su ovejas representadas en los niños, niñas, adolescentes y familias, actuando sin huir ante las dificultades, acogiendo con ternura al que viene, esperar contra toda esperanza, que las personas pueden cambiar, ser en todo los últimos, colaborar en la restauración del hombre, amando a la medida de las necesidades del otro sin esperar recompensa y ser portadores y constructores de paz.

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