Analisis Relatos Salvajes

Relatos Salvajes, Episodio 6 – La Boda

Este episodio mueve sentimientos y emociones bajas, pues la felicidad de los recién casados que envuelve la ilusión, los buenos deseos de los invitados, que dan esperanza de familia, hogar, hijos. Todo ellos se derrumba en un instante cuando la novia se da cuenta que el esposo la ha traicionado con alguien que está en la fiesta de matrimonio. Mientras bailan el vals, increpa a la pareja a que le diga la verdad de si se acostó con esa persona y si toda la mesa está enterada de ello. Saberlo la desquicia y huye hacia la azotea, pareciera con la intención de lanzarse, sin embargo ahí se encuentra con un cocinero que le pregunta: qué le pasa? Ella se percibe destrozada, y el cocinero le dice que lo que le pasó es algo doloroso pero no es la única a la que le ha pasado que la engañen y si le da tanta importancia al qué dirán pues va a sufrir mucho. Que espere a llegar a estar solos y ve si puede perdonar o separarse. La mujer le agradece el gesto con un abrazo pero luego comienza a besarlo y tiene sexo con él. Su esposo la captura en pleno acto y le dice que no tiene derecho ni a decir nada. Que le va a sacar hasta el último peso que tenga y que le hará la vida imposible pero cuando pidiera el divorcio ella haría el show ante el juez de como ella le echa para mantener el matrimonio. Que finalmente la muerte los separará porque él se morirá y ella se va a acostar con cuanto tipo le dé una pizca de cariño. Que transformación sufre la novia, de la felicidad que exuda por los poros cuando llega a la fiesta a la que ahora está manifestando el odio y deseo de venganza que quiere ejercer sobre el esposo. El cocinero se sorprende del cambio de niña dolida a bruja malvada; tanto fue la transformación que el esposo comienza a vomitar. Ella regresa a la fiesta y comienza a bailar la tarantela y busca a la mujer con quien se acostó el esposo y le da tantas vueltas que la lleva hacia un espejo donde la expulsa creándole heridas múltiples en el cuerpo. La gente se comienza a angustiar, la fiesta no tiene nada de estándar, el esposo dice que su familia quiere que su abogado demande a la novia por amenaza; la mujer se encuentra fuera de si, y busca la torta para seguir con el rito del matrimonio; ello lleva a burlarse de todo el rito y decir que todo ello es una farsa; la madre del novio sale a defenderlo y a agredir a la novia; esta se burla del llanto del esposo y dice que quiere que lo graben para mostrarlo a sus hijos o en su próxima boda. La destrucción del rito los deja mal, tanto que llega asistencia médica a chequearlos, el padre de la novia está furioso con el novio. Ya en esa escena la novia está fuera de si, disociada, el paramédico se acerca para atenderla pero ella lo mira extrañada, como si estuviera sufriendo desrealización y despersonalización. Finalmente, el novio toma una botella de champaña; busca el cuchillo para sacer un trozo de torta y va en busca de la novia, la invita a bailar y van entre desconfianza y deseo, bailando hasta que se acercan más íntimamente y se besan lo que los lleva a querer sexualizar. El espectador queda asombrado de los picos cambiantes de humor de la pareja y cuando buscan la mesa de la torta para tener intimidad, los invitados se van. Quizás por eso dicen: que en peleas de pareja nadie se meta, porque ellos se arreglan y los demás quedan afectados. Esta escena muestra hasta dónde puede llegar alguien cuando se siente herido en su narcisismo, como la máscara de dulzura que presenta ante la sociedad no es el verdadero self, que todos los humanos habitamos las variantes del odio y este se activa de mil maneras cuando se quiere saciar el dolor . En lugar de padecer, de sentir el dolor de la pérdida de la ilusión fantasiosa de matrimonio, se recurre a las maniobras defensivas de omnipotencia, desprecio e ira con la finalidad de saciar la sed de venganza. Todo ser humano es capaz de asesinar, de destruir a otro, a veces sutilmente, porque no somos capaces de duelar las heridas y las perdidas.

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