Analisis De Flava Salvaje
Enviado por angelycfox • 17 de Agosto de 2011 • 3.717 Palabras (15 Páginas) • 2.143 Visitas
FLABA SALVAJE - CESAR VALLEJO.
I. EXPLORO EL MUNDO DEL AUTOR
IDENTIFICA EL PROPOSITO
El autor pretende que se reconozcan las acciones, emociones y vivencias de Balta Espinar en su relación como persona y como pareja, pero también reconocer a Adelaida como una verdadera mujer del campo dedicada a su labor, honesta y sumisa, en esta primera parte se evidencia la unión, el amor y la entrega de esta pareja no solo como esposos, sino como personas dedicadas al trabajo y a la responsabilidad. Aunque no existían problemas en esa pareja, tal vez el aspecto de cambio podría ser el inicio, ya que esa situación es la apertura a los sufrimientos de Adelaida y el conflicto psicológico de Balta.
De forma muy subjetiva se podría decir que el autor ejemplifica su vida por medio de su obra, tal vez se propone, que el lector lo reconozca como protagonista en su propia realidad.
DESCUBRE LAS CONEXIONES
El desarrollo de la historia, es dado en los andes Peruanos pues en el mismo texto es referenciado, es evidente que el autor representa su época, en los años de 1923 aproximadamente que es cundo la escribe, la obra se refiere a las vivencias de Balta Espinar y sus delirios de persecución que lo llevan a la muerte, de forma trágica. Por otra parte el texto ejemplifica las costumbres campesinas, las arduas jornadas de trabajo, la pesada obligación de la mujer en la faena y como toda esa paz de la naturaleza se evidencia en la vida y en las costumbres de la gente y sus tradiciones.
RETRATO DEL AUTOR:
Cesar Abraham Vallejo Mendoza:
Nació en Santiago de Chuco departamento de la Libertad en el norte del Perú el 16 de marzo de 1892 fue el menor de once hermanos Francisco de Paula Vallejo Benítez Nació en Santiago de Chuco, departamento de La Libertad, en la sierra norte del Perú, el 16 de marzo de 1892. Fue el menor de una familia de once hermanos, con ancestros vinculados al sacerdocio. Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza. Cursó estudios de secundaria en el colegio San Nicolás de Huamachuco (1905-1908) y, ante la imposibilidad de ingresar a la universidad debido a su precaria economía, trabajó como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”. En 1913 se trasladó a Trujillo para estudiar medicina, pero abandonó dicho proyecto e inició la carrera de Letras en la universidad nacional de dicha ciudad, graduándose como bachiller en 1915, con su tesis El romanticismo en la poesía castellana. Al mismo tiempo publicó sus primeros versos en la revista Cultura infantil. Trabó amistad con el grupo literario “La bohemia de Trujillo”, encabezado por Antenor Orrego y Víctor Raúl Haya de la Torre. Publicó luego las primeras versiones de algunos poemas que compondrán más tarde Los heraldos negros en los diarios La Industria y La Reforma de Trujillo (1917). Ese año enseñó primaria En el colegio Nacional San Juan de Trujillo, donde tuvo como alumno Ciro Alegría. En 1918 Vallejo se trasladó a Lima, como consecuencia de un desengaño amoroso, publicando Los heraldos negros, con evidente influencia del modernismo, principalmente de Darío, de Herrera y Reissig y de Chocano; dejando entrever, sin embargo, rasgos originales como una mayor sencillez, coloquialidad y una visión religiosa de la existencia. En Lima cultivó la amistad de Manuel Gonzales Prada y José maría Auguren reputados poetas de generaciones anteriores, fue un escritor reconocido y culto viajo y fue capturado por la elegancia de parís siempre estuvo relacionado con grandes figura, conoció a Picasso En 1923 publicó dos obras narrativas: Escalas melografiadas y Fabla salvaje y ese mismo año abandonó el Perú con destino a París, atraído por la cultura francesa; allí vivirá la bohemia del extranjero. Lo deslumbró el Louvre y frecuentó los cafés de Montparnasse y el Barrio Latino. Jamás retornaría a su patria. Conoció a Picasso, quien lo retrató en un célebre boceto. Sin trabajo, agobiado por diversas dolencias y por la muerte de su padre, escribió varios de los llamados “poemas en prosa” que figurarían más tarde en Poemas humanos. Alternó hacia 1924 con los intelectuales de la época y conoció a Huidobro, Desnos, Tzara y Marcel Aymé. Consiguió un puesto de trabajo como corresponsal en la empresa de los Grandes Periódicos Iberoamericanos (1925). Se dedicó a la creación literaria y, paralelamente, a la profesión periodística, que lo convirtió en prolífico articulista. Colaboró con la revista Mundial de Lima y viajó por primera vez a España (1925). Fundó, en 1926, con el poeta español Juan Larrea, la revista Favorables París Poemas y, en 1927, conoció a la que habría de ser su esposa, Georgette Philippart. Cada vez más influido por el marxismo, Vallejo visitó la Unión Soviética en 1928 y retornó un año después, en compañía de Georgette, ya casado. La pareja recorrió Berlín, Leningrado, Moscú, Praga, Viena, Budapest, Venecia, Florencia, Roma, Génova y Niza. En 1930 el poeta fue expulsado de Francia por sus actividades políticas, instalándose en Madrid, donde publicó la segunda edición de Trilce, con prólogo de José Bergamín y un poema de Gerardo Diego. Vallejo se afilió al Partido Comunista de España y publicó su novela El tungsteno (1931), tributaria del realismo socialista. Por tercera y última vez visitó la Unión Soviética, viaje que sería el origen de su libro Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin. Colaboró, desde 1933, en germinal, de París, con artículos sobre la situación social del Perú y con críticas a los surrealistas, a favor de un arte comprometido y realista. Debido a la precariedad económica de la pareja Georgette vendió su piso. En 1936 el matrimonio se instaló definitivamente en el hotel Du Maine.
Al estallar la guerra civil en España, Vallejo se consagró al apoyo republicano. En diciembre de 1936 viajó a Madrid y Barcelona, y tomó parte en el congreso de escritores antifascistas de Valencia (1937), al que asistieron Pablo Neruda, André Malraux y Octavio Paz, entre otras personalidades. De regreso a París, fundó el Comité Iberoamericano para la Defensa de la República y participó en la organización de Nuestra España, vocero del citado comité, junto con Pablo Neruda. Vallejo, que durante diez años había abandonado la poesía, incursionando en otros géneros como la crónica y el teatro, se dedicó a escribir febrilmente, dando a las prensas España, aparta de mí este cáliz. Algunos poemas suyos fueron publicados en la revista El mono azul, que dirigía el poeta Rafael Alberti. El 15 de abril de 1938, después de una penosa agonía en la clínica Aragó, falleció en París, tal como lo anunció en su poema “Piedra negra sobre una piedra blanca”. Cabe señalar que
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