Análisis Del Caso De "La Niña Salvaje"

Introducción

La sociedad es algo que nos une en un conjunto participativo en todas las partes; es como una gran máquina que sólo puede funcionar si se mueven sus engranajes, y obviamente todos nosotros somos esos engranajes, trabajamos y establecemos relaciones de todo tipo para poder mover a esa gran máquina llamada sociedad. Una sociedad no puede mantenerse en pie sin la participación y el aporte de nosotros. Pero, ¿a qué viene esto? Simplemente quiero dejar en claro el hecho de que el ser humano está adaptado psicológicamente para convivir en sociedad, que el ser humano es un ser completamente sociable y que le costaría mucho marginarse por un largo periodo de tiempo sin ningún tipo de compañía. Desde tiempos muy remotos las sociedades humanas han prosperado en todo el planeta, cada una con sus propios sistemas de jerarquías, gobierno y de convivencia: quizás esto es lo que ha hecho que el ser humano se haya adaptado demasiado al hecho de convivir socialmente, al hecho de aprender a socializar . Nosotros lo hacemos en la actualidad todos los días, en cada momento del día, ¡nuestra vida prácticamente se basa y gira en torno a eso!, no pasa un solo día en el que no tengamos ninguna especie de contacto con la sociedad, ya sea yendo a trabajar, a la escuela, a comprar algo, siempre socializamos, y ya es algo de la vida cotidiana, no podemos concebir nuestro estilo de vida sin eso.

Todo lo anterior mencionado, me lleva a una pregunta, pero más que una pregunta, es la pregunta en la que girará todo este texto: ¿Qué pasa si un ser humano nunca ha socializado en su vida? Las respuestas obviamente son de esperarse, más sin embargo quiero entrar más a fondo a las mismas y no pasar solo superficialmente por estas.

Durante el siguiente texto, analizaré el caso de Genie, conocida popularmente como “La niña salvaje”, un caso que aconteció e impactó al mundo durante 1970 en los Estados Unidos. Genie fue descubierta en una habitación en la que estuvo encerrada desde que era muy pequeña, ella nunca tuvo contacto con el medio exterior ni con la sociedad, por lo que prácticamente solo vio las paredes de su habitación, comió e hizo sus necesidades durante diez años.

¿Cómo hacer para que alguien que ha pasado por eso pueda aprender a entrar dentro de la sociedad? Ciertamente es una pregunta intrigante y que da para mucho de qué hablar, aunque más que intrigante me parece cruel e interesante. Es cruel el hecho de estar marginado durante 10 años sin tener contacto con nada, pero ¿es cruel si de hecho no sabes que existen otras cosas aparte de ti, las paredes y la mano que te da de comer? Únicamente son pensamientos formulados por mi mente, pero es algo que como dije antes más que intrigarme, me interesa, ya que el caso es morbosamente atrayente.

Desarrollo

Recién entrada la década de los 70’s, en Estados Unidos se desató un caso que impresionó mucho a todo el que lo escuchase, debido a lo poco común que era que se dieran este tipo de casos. Se trataba del caso de una niña de 13 años que fue encontrada encerrada en un cuarto, en casa de sus padres, lo intrigante era que tenía encerrada en ese cuarto 10 años, como si fuese un animal en cautiverio u otra cosa. Una niña desconectada completamente de la sociedad, sin nada mas que las cuatro paredes de su lugar de confinamiento por todo ese largo tiempo. La niña al ser descubierta fue conocida por la comunidad científica como “Genie” (genio, en español)…aunque obviamente cuando fue encontrada ella no podía articular ni una sola palabra, tampoco se veían signos de que tuviera algún tipo de emoción; era prácticamente un cuerpo sin alma con el único instinto de comer para poder sobrevivir y quedarse en un estado estático para siempre. Al ser descubierta su padre se voló la cabeza para evitar ser juzgado por maltrato infantil. Al parecer cuando Genie nació sus padres creyeron que tenía retraso mental y eso fue el causante de que la marginaran completamente, como si no quisieran que el mundo se enterase de que ellos tenían una hija. Prácticamente Genie nunca recibió una muestra de cariño o amor de ninguna persona.

Inmediatamente después de descubrir a Genie, los médicos, psicólogos y científicos interesados, comenzaron un proyecto con ella como principal objeto de estudio, para ver como un ser humano que nunca ha entrado en contacto con la sociedad puede obtener nuevos aprendizajes, si puede obtenerlos de igual manera, si tendrá la misma capacidad para aprender, y como afecta la marginación social extrema en la mente humana.

Los primeros momentos de la investigación comenzaban a vislumbrar lo que se vendría avecinando: Genie no mostraba ningún tipo de sentimiento y no era capaz de establecer relaciones, tampoco hacía mucho ruido ya que al parecer cada que lo hacía en su hogar, era lastimada, lo cual hacía que ella lo viera como algo negativo. Genie tampoco tenía mucha motricidad física, ya que el estar en un cuarto pequeño durante 10 años, en ocasiones amarrada a una silla ocasionó que Genie desarrollara extremidades muy frágiles que no podían sostener el peso de su cuerpo. Los médicos y psicólogos tenían que encontrar la manera de que Genie pudiese adaptarse a vivir en sociedad como cualquier persona, y esto sería algo difícil, ya que la niña desconocía completamente su entorno exterior; nunca miraba fuera de su habitación y por sobre todo nunca hablaba con nadie. El hecho de poder entablar una conversación, poder sentir alegría, tristeza, era algo que Genie nunca ha experimentado, y que se esperaba que pudiese llegar a experimentar, obviamente esto se convertiría en un largo y tortuoso camino, un largo camino para poder hacer que la mente de Genie pueda absorber los aprendizajes más básicos para la convivencia en sociedad.

Hay que pasar a analizar más a fondo el contexto en el que se desenvolvía Genie. Durante toda su vida su padre la mantuvo encerrada, y su madre temerosa a que su marido pudiese hacerles algo a ella y a sus hijos, siempre se mantenía al margen y se mostraba sumisa por seguridad. El cuarto estaba todo el tiempo en las penumbras y las ventanas estaban tapadas para que no se pudiera ver a través de ellas. Solo había en la habitación un corral y una silla entrenadora donde la niña hacía sus necesidades fisiológicas. La noche que su madre logró escapar de la casa con Genie y sus demás hijos y fue a pedir ayuda; la trabajadora social que los atendió pensó en primera instancia incluso que Genie era autista, ya que mostraba una mirada distante y nunca mostraba expresiones que demostrasen sentimientos o algo que se les pareciese.

Genie fue llevada a un hospital infantil en Los Ángeles , donde los médicos y psicólogos que trabajaban en el lugar empezaron a notar que tenía actitudes

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