Angustia y castracion de la madre

Angustia y castración de la madre

La angustia es un estado emocional intenso interpretado como muy desagradable e insoportable. Se caracteriza por aparecer como reacción ante el miedo, un peligro desconocido, o ante una respuesta de ansiedad. Suele estar acompañado por intenso malestar psicológico y por síntomas físicos, por lo cual hay que saber cómo afrontarla, de lo contrario, el trastorno por angustia puede derivar en serios problemas  para la salud física y emocional, puede incrementar y cronificar otros trastornos como la ansiedad, la depresión y el miedo, entre otras cosas.

Freud en su afán de comprender al sujeto en todas sus dimensiones psíquicas, tomó en su análisis a la angustia y ésta acaparó de inmediato su atención. Durante toda su vida trató de definirla, elaborando distintas teorías y proponiendo interrelaciones y mecanismos explicativos, para poder entender angustia de castración materna se tiene que tomar en cuenta que en uno de sus enfoques del año 1894,  dice que la angustia  muchas veces  proviene de la infancia y están relacionados con la sexualidad. En el caso de angustia de castración esta aparece a una corta edad, en los niños aparece en la fase fálica explicada por Freud como la etapa del desarrollo libidinal infantil  y es aquí donde se presenta el complejo de Edipo, por lo cual la angustia de castración hace que se abandone las tendencias edípicas. Por otro lado  las niñas el complejo de Edipo es despertado por la angustia de castración; la niña se interesa en el padre a causa de su decepción por la falta de pene en la madre. Se debe mencionar que esta fase de angustia por la que pasan casi la mayoría de los niños y niñas, para el psicoanálisis la construcción de la identidad sexual siendo hombre o mujer o cualquier combinación de ambos depende de su transformación al pasar por el trastorno de  Edipo. Como ya se mencionaba Freud postuló la existencia de una fase fálica, centrada en la hipótesis universal del falo que según las teorías infantiles, sería atributo de todos los seres humanos, esto quiere decir que para ambos el órgano de la sexualidad tiene significación fálica, el pene para el niño, donde se centrarían sus sensaciones placenteras, y para la niña el clítoris, pues en ese momento ella desconocería la existencia de la vagina, aquí es dónde se ve la evolución de cómo ambos vive  la diferencia  atómica y como está cumple una función de normalización ya que la amenaza de castración, hablando en el caso del niño, pone en movimiento importantes cambios  que pasan, como renunciar a la madre como objeto de amor, la identificación con el padre, la destrucción del complejo de Edipo y con ello la promesa del acceso postergado a las otras mujeres.

En 1908 Freud habla del complejo de castración en los niños y describe que este proceso psíquico tiene lugar en cuatro momentos o tiempos, hasta su resolución; En el primer momento el niño cree que todos tienen pene y al descubrir la parte genital femenina se da cuenta que no es así que existen personas que no tienen, después  esto lo asocia con las amenazas verbales no reales de que sigue con la autoexploración de sus partes puede perderlas y se niega a asumir que las mujeres no tiene pene, por lo tanto crea en su cabeza el pensamiento de que con el paso del tiempo les va a crecer, en el penúltimo momento  al descubrir que su madre es mujer y no tiene pene surge entonces la angustia de castración de la madre, la cual se experimenta de forma inconsciente, pensado “si ella no lo tiene, yo puedo perderlo”, ya que  aunque ya supiese que las niñas no tienen pene, el seguía imaginando que las mujeres ya mayores si y por esta razón en ese momento siente angustia de castración recordando las amenazas verbales del segundo tiempo esto pone final al complejo de castración, el niño acepta las reglas ante tal amenaza de poder perder su pene y se da cuenta que jamás podrá satisfacer su deseo sexual hacia la madre entonces como tal se le da fin al complejo de Edipo. Esta resolución positiva del Edipo implica elegir como objeto a una mujer e identificarse con el padre lo cual implica ubicarse del lado de los seres que llamamos hombres.

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