Antología De Las Teorías Sobre El Desarrollo
Enviado por • 9 de Octubre de 2013 • 3.300 Palabras (14 Páginas) • 237 Visitas
TEORÍA PSICOANALÍTICA
Sigmund Freud
(6 de mayo de 1856, en Příbor, Moravia, Imperio austríaco (actualmente República Checa) - 23 de septiembre de 1939, en Londres, Inglaterra, Reino Unido) fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.1
Freud postuló la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa, 2 tesis que causó una intensa polémica en la sociedad puritana de la Viena de principios del siglo XX y por la cual fue acusado de pansexualista. A pesar de la hostilidad que tuvieron que afrontar sus revolucionarias teorías e hipótesis, Freud acabaría por convertirse en una de las figuras más influyentes del siglo XX. Sus teorías, sin embargo, siguen siendo discutidas y criticadas, cuando no simplemente rechazadas. Muchos limitan su aporte al campo del pensamiento y de la cultura en general, existiendo un amplio debate acerca de si el psicoanálisis pertenece o no al ámbito de la ciencia.
Pulsiones
El motor de la actividad psíquica los constituyen los estados de tensión que se producen en el organismo y que éste tiende a reducir. Esos estados de tensión se originan en los estímulos que llegan hasta el organismo y que son de dos tipos:
Exteriores: No plantean grandes problemas psicológicos para sustraerse a ellos, por medio de movimientos musculares (por ejemplo, evitar una luz intensa, o un ruido).
Interiores: Constituidos por las “pulsiones”, que son mucho más complicados y cuya influencia resulta más difícil de eliminar o reducir. Según Freud, las pulsiones son exigencias que plantea el cuerpo a la vida psíquica, que resulta necesario satisfacer y que constituyen el auténtico motor del psiquismo.
Pulsiones sexuales
Pueden ser satisfechas de formas indirectas, cambiando de objeto, de fin, o ser reprimidas para aparecer más tarde bajo otras formas que aparentemente no tienen nada que ver con su origen, mediante mecanismos como la sublimación y la represión.
Las pulsiones sexuales se apoyan en pulsiones de autoconservación que proporcionan una base orgánica, una dirección y un objeto.
Aparato Psíquico
Sigmund Freud intentó explicar el funcionamiento psíquico humano, postulando la existencia de un «aparato psíquico» que tiene una estructura particular. Sostuvo que este aparato está dividido, a grandes rasgos, en tres instancias, el Ello, el Yo y el Superyó, que sin embargo comparten funciones y no se encuentran separadas físicamente.
Ello: Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. Está en conflicto con el Yo y el Superyó, instancias que en la teoría de Freud se han escindido posteriormente de él.
Yo
El Yo tiene como fin cumplir de manera realista los
deseos y demandas del Ello con el mundo exterior,
a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó.
El Yo evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del Ello actuando como un intermediario contra el mundo externo.
El Yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos secundarios que se podrían originar. Como ejecutor de la personalidad
el Yo tiene que mediar entre las tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el Ello y el Superyó,
el Yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada. Aunque en sus escrituras tempranas Freud comparó el Yo con nuestro sentido de uno mismo, en adelante comenzó a retratarlo más como un sistema de funciones psíquicas tales como el examen de realidad, defensa psíquica, funciones cognitivas e intelectuales (síntesis de la información, memoria y similares).
SUPER YO
O "superego". Aunque en Freud prima la perspectiva biologicista, no desatendió la importancia de la sociedad y la cultura, pues ésta se halla presente en la mente del individuo en el superyó.
El niño aprende de sus padres el código moral y valorativo que determinará sus actitudes y motivaciones posteriores; este aprendizaje se da fundamentalmente en las etapas pre-genitales y como consecuencia del temor al castigo y de la necesidad de afecto. El superyó tiene como función integrar al individuo en la sociedad.
Es la instancia que va a observar y sancionar los instintos y experiencias del sujeto y que promoverá la represión de los contenidos psíquicos inaceptables.
En gran medida su influencia en la vida del sujeto es inconsciente.
En el superyó se suele distinguir el llamado "ideal del yo" de la "conciencia moral", el primero para señalar las situaciones, estados y objetos valorados positivamente por el sujeto y a las que tenderá su conducta, y la conciencia moral para designar más bien el ámbito de las prohibiciones y las sanciones a las que las personas creen que deben someterse.
Etapas sexuales
El desarrollo de la personalidad según Freud iba unido al desarrollo de la sexualidad.
Freud defendió la idea de que los niños mantienen una importante actividad sexual desde el nacimiento.
De este modo, en el desarrollo de la sexualidad, diferenció 5 etapas:
Etapa oral:
A lo largo de su evolución el individuo pasa por una serie de etapas que están relacionadas con el desarrollo de su sexualidad y que están vinculadas a zonas corporales. Durante el primer año, el niño se encuentra en la etapa oral. En esta etapa el bebé centra la atención del placer en la boca. El placer está unido a la alimentación y a la figura materna, que es quien la proporciona.
Etapa anal:
Etapa sádico – anal: Abarca desde el año y medio hasta los tres años aproximadamente. En esta etapa los niños obtienen el placer a través de la expulsión y retención de heces. El sadismo asociado a esta etapa proviene de la idea que los niños utilizan sus heces como un arma frente a los adultos, particularmente, los padres. El niño descubre que puede irritar fácilmente a sus padres si usa adecuadamente sus propias heces, de ahí el aspecto sádico de la etapa.
Etapa fálica:
Va desde los tres o cuatro años hasta los cinco, seis o siete. El foco del placer se centra en los genitales. La masturbación a estas edades es bastante común. En ella, el niño descubre los órganos genitales como productores de placer. Se da cuenta de que las niñas no tiene pene y esto le produce la preocupación de que él también pueda perderlo. A esta inquietud se le conoce como miedo a la castración. Las niñas, por su parte, descubren que ellas carecen del órgano que poseen los niños. Empiezan entonces a sentir
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