Análisis a partir de la psicocrítica de cuento “Macario” de Juan Rulfo

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Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Facultad de Ciencias y Educación.
Lic. En Hum. Y Len. Castellana.
Teorías Literarias II
Pedro José Vargas Manrique
Michael Alexander Ospina Sánchez
Análisis a partir de la psicocrítica de cuento “Macario” de Juan Rulfo.

Para mi trabajo voy a tomar en cuenta dos focos de estudio siendo el primero la figura del “hambre” del personaje como representación de su locura y el personaje de “Felipa” como arquetipo de madre cuidadora y protectora.
Desde el cuento se puede tomar en consideración que la actividad del personaje de comer sapos, ranas, flores de obelisco y el garbanzo remojado que se le da a los puercos gordos y el maíz seco que le da los puercos flacos además de beber leche de chiva y también de puerca recién parida, es la descripción del trastorno mental del personaje que se deduce debe ser por las precarias condiciones en la que este personaje tiene que vivir según el contexto que este cuento permite develar.

El hambre insaciable se desarrolla a través del cuento de varias formas y marcando un énfasis en esta expresión, es por esta hambre que le surgen conflictos al personaje ya que los demás habitantes lo atraen con migajas solo para poder golpearlo y apedrearlo, un claro indicio de un trastorno o padecimiento mental ya que subconscientemente el personaje sabe que está mal comer estas cosas, pero inconscientemente no puede reprimir ese deseo de llenarse, un deseo casi instintivo de estar masticando. Aunque la imagen de comer flores se ha usado en la literatura de maneras un poco más bellas se podría decir en este cuento Rulfo hace que se opaque esta imagen ya que desmerita la idea de comer sapos, el personaje se come lo bello y lo más asqueroso y horrible con la misma facilidad porque simplemente no puede parar, no se puede detener, es un agujero negro que todo lo devora, la locura devorándose la cordura. el siempre tener hambre y no llenarse nunca Esta loco por que jamás se le acaba el hambre
Ya desde el punto de vista de querer más a Felipa que a la madrina, se puede decir que en el cuento la imagen de “La leche de Felipa” es repetitiva ya que ve en este la salvación ya que el personaje está en constante miedo a condenarse en el infierno, ya que la madrina le dice que si en el cuarto hay chinches y cucarachas y alacranes es porque se va  ir a arder en el infierno si sigue con las mañas de pegarle al suelo con la cabeza. El personaje padece de una constante lucha interna que le obliga a hacerse daño físico, el miedo a morir y arder en el infierno es una aproximación a la angustia que siente por dentro que expresa por medio del hambre y los ataques auto infligidos se repite esta escena en el relato cuando el personaje dice que le gusta darse buenos sustos con eso de que me voy a ir al infierno cualquier día de éstos, por tener la cabeza tan dura y por gustarme dar de cabezazos contra lo primero que encuentro. Sin embargo, lo de tener la cabeza así de dura es la gran cosa. Uno da de topes contra los pilares del corredor horas enteras y la cabeza no se hace nada, aguanta sin quebrarse. y aquello suena como un tambor. Asocia este daño físico con un acto religioso como una procesión que incluye el sonido de un tambor y sabe que su Madrina le encanta esta festividad, quiere que escuche el tambor que suena cuando golpea su cabeza contra algo o contra el suelo para que se alegre con el sonido de su tambor, un deseo de complacer al arquetipo de madre que es Madrina porque es de ella de done sale el dinero de la comida, desea más A Felipa porque esta no le da de comer le da de su leche que represente el sentimiento sexo afectivo, el amor y esta sensación el sabor de su leche, el sabor de su amor es lo más dulce de todos más dulce que el sabor de las flores.
El personaje exclama que -yo estoy repleto por dentro de demonios-  asegura que por estar loco está condenado al infierno y ve en Felipa Salvación porque ella le dice, cuando tiene ganas de estar con él, que ella le cuenta al Señor todos los pecados. Que irá al cielo muy pronto y platicará con Él pidiéndole que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo de arriba abajo. Ella le dirá que me perdone, para que yo no me preocupe más. Por eso se confiesa todos los días. No porque ella sea mala, sino porque yo estoy repleto por dentro de demonios, y tiene que sacarme esos chamucos del cuerpo confesándose por mí. Todos los días. Todas las tardes de todos los días. Por toda la vida ella me hará ese favor. Eso dice Felipa. Por eso yo la quiero tanto. Ve en el amor que ella le está dando una oportunidad de escapar de los martirios de los golpes, de la vida de indigente, de servidumbre, de subhumano viviendo de migajas de ranas y sapos ella es su salvación.  

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