Análisis cognitivo conductual del personaje “Benjamín Espósito” de la película “El secreto de sus ojos”

Análisis cognitivo conductual del personaje “Benjamín Espósito” de la película “El secreto de sus ojos”

        En este ensayo, se analizará el personaje “Benjamín Espósito” de la película “El secreto de sus ojos” bajo la perspectiva cognitivo-conductual. Este personaje se mostró interesante por la forma en que el crimen de una muchacha marcó su vida. Este se mostraba por un lado, amante de la justicia y valiente para defender a los demás, mientras; por otro lado, cobarde para confesarle a Irene el amor que sentía por ella.

        Según Beck, la dinámica del funcionamiento cognitivo es explicado cuando una situación activa, propicia o genera una evaluación cognitiva en la persona, de acuerdo a los pensamientos automáticos y atribuciones, creencias intermedias y creencias nucleares de ella; y esto, finalmente, se ve reflejado en la conducta: fisiológica, emocional, motora y cognitiva (2000). Es decir, los pensamientos automáticos se desprenden de las creencias intermedias y estas de las creencias nucleares generando una conducta. Así, “la teoría cognitiva afirma que el sistema mental humano está constantemente evaluando, interpretando y analizando información interna y externa” (Riso, 2006, p. 57).

        De esta manera, la persona “construye” su realidad mediante representaciones de el mundo, de los demás y sobre sí mismo. Los esquemas (estructura y contenido cognitivo) organizan la información  e influyen en cómo se percibe y responde a nueva información (J. Beck, 1995).

       Esto puede verse reflejado en el personaje Espósito, jubilado, ocupa sus horas libres en escribir una novela de una historia real y trágica de la que fue testigo en su pasado como funcionario judicial. En aquellos años,  a su juzgado se le había encargado la investigación sobre la violación y asesinato de una mujer joven y casada. El quedó impactado por la escena del crimen y por la injusticia de Romano de culpar a dos albañiles inocentes solo por cerrar el caso. Lleno de conjeturas buscó al asesino, junto a su asistente Sandoval, frente a la indiferencia del juez Fortuna, la corrupción de Romano, el amor que sentía por Irene (jefe en el juzgado de Espósito), entre otros.

       Con esto, se podría afirmar que los pensamientos automáticos de Espósito, frente a esta situación  fueron: “algo anda mal, a nadie le importa esto o nadie lo toma en cuenta” “soy único que puede investigar y llegar a la verdad”. Frente a la situación mencionada de injusticia, él sintió mucha cólera, enojo e impotencia.  

      Por un lado, una norma de acción que podría haberse autoimpuesto podría haber sido: “Si no se puede obtener justicia mediante la ley, entonces debo obtenerla por mis propias manos”. Esto se podría inferir cuando decide entrar, junto con su asistente, a la casa de la madre del presunto asesino sin ninguna  autorización judicial que permitía entrar al domicilio. Su objetivo era encontrar alguna prueba para poder culpar a Gómez del asesinato.  Además, esto se infiere también cuando  Espósito (después de muchos años) descubre que el esposo de la mujer asesinada, Ricardo Morales, al ver que el asesino fue puesto en libertad y decepcionado de la justicia, tomó la justicia por sus propias manos. Este había secuestrado al asesino por mucho tiempo y lo tenía encerrado en una celda en la casa donde se había mudado. Su objetivo y lo que creía justo era que cumpliese la cadena perpetua. Espósito observó esto, pero no avisó a nadie. Por tanto, se presume que estaba de acuerdo o que lo consideraba justo

       Además, se podría suponer  que las creencias intermedias del protagonista, es decir, que las hipótesis o suposiciones condicionales podrían haber sido,  “si no pertenezco a la misma clase social de la persona a quien amo, entonces ella no merece que la ame,  pues pertenecemos a distintos mundos y no la merezco”, “si yo soy mayor entonces no puedo amar a una persona más joven”. Estas suposiciones se podrían inferir pues el protagonista no se animaba en confesar su amor a Irene, pues al parecer la consideraba joven, mejor preparada, una gran abogada, de otra clase social, intocable, de otro mundo. El pensaba que ella podría tener un mejor futuro con su prometido, es decir, con un destacado ingeniero de la misma edad y estatus social. Esto también puede notarse cuando al enfrentar a Romano (por la injusta liberación de Gómez) éste le dice que él no la merecía, pues eran distintos en todos los sentidos. Sin embargo, Espósito se queda en silencio. Este se sentía profunda, secreta y hasta inútilmente enamorado.

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