Análisis de “Querejeta, M. (1999). Validez y credibilidad del testimonio

Análisis de “Querejeta, M. (1999). Validez y credibilidad del testimonio. La psicología forense experimental. Eguzkilore. 13 (1).  Pág. 157-168” – Por Flavio Soria Ribeyro.

En primer lugar, la evaluación psicológica forense se ve entorpecida por las mentiras e imprecisiones, ya sean consciente o no. Por un lado, en el caso de las mentiras, se ha intentado, de muchas formas, poder detectarla; pero lo cierto es que, a lo más, lo que se puede observar de la mentira son los cambios psicofisiológicos que están causan; y por lo cual, la interpretación de estos se ven alterados por la habilidad para mentir o algún estado psicológico alterado del testigo. Por otro lado, en el caso de las imprecisiones, se deben tener en cuenta, ya que existen factores externos (la cantidad de luz, tipo de suceso, el tiempo, la distancia) e internos (memoria, estrés, atención, intención, etc.); que pueden alterar la forma en que la persona describa los sucesos, ya sea por error o adrede.

En segundo lugar, los psicólogos deben tener las competencias para determinar la exactitud y credibilidad del testimonio. Por un lado, en cuanto a la exactitud, se deben tomar en cuenta los factores que impidan la recreación de los correcta de los recuerdos del evento, ya que la pueden ser alterados. Por otro lado, en cuanto a la credibilidad, las personas buscaran obtener la mayor posible, lo que podría causar que intencionalmente, utilicen estrategias para que su versión sea más creíble.

Por último, en el caso de tomar el testimonio de un niño, se debe tener en cuenta que es un testigo impreciso y sugestionable. Para poder evaluarlos se debe utilizar los métodos adecuados a su desarrollo, y sobre todo, tener el rapport para poder conseguir la verdad y la mayor exactitud de su versión de los hechos.

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